A veces de cáscara amarilla, en otras, de tonos rojos que se combinan con verde y amarillo; de pulpa carnosa y en ocasiones fibrosa; de sabor dulce o agridulce; jugoso y simplemente exquisito. Así es el mango. Esta extraordinaria fruta que pertenece al género de la mangifera destacado por su gama de color tan peculiar, que como mencionaba, van desde un amarillo intenso a naranjas pálidos, pasando por verdes muy fuertes o una mezcla entre el verde y el rojo. Su sabor suele ser dulce o agridulce cuando alcanza su mejor punto de madurez, con esa textura tersa y al mismo tiempo fibrosa que deja esos pequeños hilos de la pulpa cuando lo muerdes con fuerza y deja una sensación de satisfacción al terminar de comerlo. ¿No se antoja en esta época?
El mango es proveniente de Asia, por la zona de India, Pakistán y Filipinas; adoptado cariñosamente por las tierras de las regiones tropicales como Centroamérica, el sur de México, Perú y Brasil. Podemos inferir que necesita un clima húmedo y una cantidad alta de lluvias, de suelos sumamente fértiles y con alguna corriente de agua constante. Tiene una cantidad considerable de vitaminas y minerales importantes para nuestro cuerpo y su correcto desarrollo, tales como potasio, riboflavina y betacarotenos, es un alimento verdaderamente completo en muchos aspectos, por ejemplo, ayuda al mejoramiento del sistema respiratorio, circulatorio y digestivo, entre otros beneficios.
Pero eso no es todo, dentro del mundo culinario el mango tiene una extensión amplia, no solo para la gastronomía mexicana sino para distintas partes del mundo. Un ejemplo, en Asia usan la pulpa como parte de los ingredientes base de diversos platillos como el postre mango sticky rice o bien, lo muelen y lo secan para usar su polvo como condimento y potenciador en sus platos.
Regresando a nuestro país, en México se disfruta de distintas maneras: crudo, con un poco de picante en polvo, limón y sal; o bien puede ser parte de alguna preparación, como ceviches por ejemplo; en cuanto a repostería, su uso más conocido es en crema, infusiones, mermeladas o jaleas; también se disfruta en jugos, ensaladas, dulces, salsas, potajes e inclusive como licor. ¡El límite es la imaginación!
Su sabor particular permite jugar con diferentes elemetos de la cocina, en los mariscos hace una amalgama perfecta con aquellos que tengan una cantidad de grasas bajas; ideal para cocteles con un grado de azúcar bajo porque puede ser un “contrapeso” y elevar el dulzor. ¡Exquisito para el verano! Ya que puede refrescarte al ser transformado en agua o nieve, cortando al instante cualquier sensación de calor.
Sin duda alguna el mango es un acompañante ideal para toda ocasión, ¿qué estás esperando? Anímate, prepara todo lo que tu imaginación y creatividad te permitan hacer con esta fruta. Estamos en su temporada -de marzo a agosto- y tenemos tiempo suficiente para consumirlo en sus diferentes presentaciones, ya sea para cocina salada o dulce, lo importante es comerlo y disfrutarlo.
Fuentes consultadas:
- Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), 2017, “Planeación Agrícola 2017 – 2030”, Mango Mexicano, consultado de: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/257078/Potencial-Mango.pdf
- ASPIC, Instituto Gastronómico, “Frutas de Temporada en México una excelente opción», consultado de: https://www.aspic.edu.mx/articulos/las-frutas-de-temporada-en-mexico/
- Nasser Jacob, “13 propiedades curativas comprobadas del mango”, consultado de: https://temassobresalud.com/propiedades-curativas-mango/
- Cárdenas Alejandra, “Origen y Beneficios del Mango”, consultado de: https://gourmetdemexico.com.mx/comida-y-cultura/origen-y-beneficios-del-mango/#
Texto: Shalom Castillo