Tacos
Tacos

Chère Karla:

Las grandes casas de modas, las que dictan las tendencias, los hombres y las mujeres que dirigen esos emporios, franceses, italianos, etc., imponen en el mundo los colores, las telas, los diseños que agradarán y le sentarán de maravilla a los jóvenes, a las muchachas todas, a las señoras, a los señores. Sí, eso significa tener un equipo de creadores que tengan un conocimiento casi perfecto de lo que será el común denominador y lo que prive en los gustos de la gente en general para estar actualizado. Sí, eso es lo que acontece en el mundo de la moda y todos y todas estamos prestos a seguirla, so pena de estar fuera de lugar y lucir como esperpentos en las reuniones sociales sino se pone uno al día. Bien. Pero lo que ahora quiero remarcar, Karla, es que también en nuestro gran mundo de la gastronomía hay chefs, cocineras magas del molcajete, creadoras de ritos de las bebidas, chamanes de las verduras, inventores de cómo comer carnes, Mandrakes de los cocteles, Merlines de las sopas y los postres, ellas, ellos, todos, son los que en este mundo de los sabores, con sus aportaciones, con sus percepciones del gusto, nos dictarán sus productos acabados, mismos que serán las tendencias universales y que todos los comensales de trapío del mundo seguiremos a pies juntillas. Y claro, todos los mejores restaurantes del mundo pondrán en sus cartas y lo anunciarán a los cuatro vientos que es sus mesas se servirán tales maravillas y que son la apreciación correcta de dichas tendencias. Y a propósito, debemos de recordar que una tendencia –aún vigente- es el tomar mezcal. En los bares del mundo se puso de moda el pedir tal bebida mexicana. Y antes lo fue el tequila. Y ahora, lo que noté claramente en mi viaje a Noruega, en donde, por cierto, me recibió en su chalet Nora, amiga que me atendió como si yo fuera un Sultán. Sí, paseamos en su velero, tomamos copas de mezcal, y aparte de los besos que a nombre de Noruega y México nos dimos, ella preparó unos tacos, sí, Karla, ¡tacos, tacos, con tortillas mexicanas y con un rico pescado noruego al que le puso unos trozos de aguacates y los adornó con chile chipotle! Y para colmo, para festejar nuestra amistad, en unos jarritos –sí, Karla, también mi amiga tenía jarritos- nos deleitamos con un mezcal. Fue una delicia. Y yo, claro, le dí veinte abrazos a Nora, diez por los tacos, y diez por el mezcal, abrazos calurosos por tal acontecimiento. Ella me comentó que en varios países de Europa, incluidos algunos cafés y bares de su Oslo querido, hay un ofrecimiento de tacos.

O sea que la tendencia universal, según lo que he visto y comido en varios países -claro que en EEUU ya esta moda está vigente y gozada a pleno-, es el ofrecer TACOS. Bueno, nosotros los mexicanos que viajamos por algunos países, por trabajo o por negocios o por placer, estamos más que felices por esta tendencia. Sí, ¡Vivan los tacos! ¡Vivan los tacos de canasta! ¡Vivan los tacos sudados! Que vivan todos los tacos a los que los chefs les hayan puesto aguacate, frijoles, chipotles, quesos, lechugas, cebollas, sardinas, carne de cerdo, carne de pollo, carne de res, de mole, de chicharrón, de suadero, de lengua, de oreja, de buche, de birria, de macisa, de cabeza, de machitos, de moronga, de barbacoa, de… y la lista de los posibles ingredientes de los tacos, ingredientes que serán de distintos colores y sabores, según el país en el que se implante esta tendencia.

Bien, Karla, por hablar de los mexican tacos, por gozar esta tendencia, se me olvidó comentarte lo que Nora y yo hicimos después de deleitarnos con los tacos. Pero eso, Karla será motivo de otra Tendencia.

Un saludo muy taquero,

Carlos Bracho

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