Fotografía cortesía
El tequila es un destilado mundialmente reconocido como producto mexicano que se vincula inmediatamente con la cultura popular, ya sea a través de las hermosas plantas de agave de las cuales se obtiene o por su tradicional forma de beberlo, en caballitos tequileros. La aceptación entre los consumidores de esta bebida alcohólica ha permitido su desarrollo y perfeccionamiento a lo largo del tiempo, logrando conjugar la innovación y tradición en el proceso de elaboración e incluso llevándolo a niveles sofisticados que vale la pena conocer, como es el caso de Volcán de mi Tierra.
Esta marca toma su nombre del volcán de Tequila, en Jalisco, que hizo erupción hace 200 mil años y cuyo terreno esperó pacientemente para regalar su mejor expresión al momento de transformarse en el sueño de la familia Gallardo por hacer tequila, un proyecto que tomó fuerza gracias a la alianza con Moët Hennessy, casa especializada en destilados premium.
Mi acercamiento con Volcán de mi Tierra tuvo cita en Casa Volcán, el lugar donde vivió por mucho tiempo la familia fundadora y que ahora se mantiene abierto únicamente para vivencias exclusivas con embajadores de la marca. Es así como puedo describir complejo y elegante a este tequila que tiene dos versiones, cristalino y blanco, para ofrecer una experiencia exquisita proveniente de una destilería propia y de dos regiones, Valles y Los Altos de Jalisco.
Aunque la marca es relativamente nueva en el mercado, el esfuerzo por hacer una botella de calidad por dentro y por fuera es notable. Su imagen es totalmente estética y anuncia un contenido de alta calidad que se comprueba después de disfrutarlo.
El tequila Volcán de mi Tierra es valioso por lo que despierta en tus sentidos al momento de probarlo, las notas del tequila blanco son principalmente herbales, con un tono ligeramente cítrico que te prepara para un interesante cierre con especias; por otro lado, el cristalino es una mezcla de añejo y extra añejo, que presenta elegantes aromas producto de su paso por barricas en las que se añejó whisky y con sabores acordes como vainilla y caramelo.
Para terminar de explorar Volcán de mi Tierra fue preciso acompañar con una comida reconfortante y así comprobar la versatilidad de esta bebida para toda ocasión. Platillos sinceros y deliciosos hicieron desfile para un maravilloso cierre: sopa de tortilla, rib eye con salsa de siete chiles y un trío de helados (zapote, mamey y coco), todos preparados en Casa Volcán. Por supuesto, la coctelería también es parte de los intereses de la marca, por lo cual desarrollaron algunos tragos que están inspirados en la lucha libre y en las notas frescas de este tequila, mi favorito fue el Temible: una mezcla elaborada con el tequila blanco, pimienta rosa, limón eureka, jugo de toronja y jarabe de agave, un tributo a los sabores y a la cultura popular mexicana.
¡Te invito a descubrir la excelencia de este tequila!
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Fotografías: Aurora Yee
