Por once días un pequeño poblado de Canadá llamado Whistler vivió una fiesta llena placeres culinarios: Cornucopia. Este evento recibió a todos los amantes de la gastronomía, chefs, sommeliers e interesados en el tema, para mostrar lo mejor de los productos, vinos y bebidas que se producen en Columbia Británica y sus alrededores.
Del 5 al 15 de noviembre, un solo nombre resonó en Whistler, y éste fue el de Cornucopia. El Festival encerró las cinco regiones vinícolas de Columbia Británica así como los alimentos que producen; se impartieron catas, degustaciones, cenas exclusivas, seminarios, y por supuesto no puedo dejar de mencionar uno de los magno eventos, Crush Grand Tasting. Allí más de 65 bodegas ofrecieron sus vinos a 1,100 personas ávidas de conocer las propuestas de los enólogos de cada viñedo, además se disfrutó de productos locales como quesos, aguas saborizadas, aceitunas, embutidos, entre otros.
Durante estos días más de 60 restaurantes prendieron sus fogones para cocinar productos locales como manzana, queso, zanahoria, atún, salmón, frutos rojos u ostras, todo ello para impresionar el paladar de los miles de asistentes que llegaron de diferentes partes de Canadá y Estados Unidos. Aunado a esto, las cervezas y destilados elaborados en la región fueron los acompañantes ideales de esta experiencia gastronómica.
Así, Whistler logró deslumbrarme no solamente con la belleza de sus paisajes y sus altas montañas -que dicho sea de paso son perfectas para esquiar- sino que demostró con su cocina y sus productos el potencial que posee dentro de la escena gastronómica, llevándome a tocar un pedacito de cielo con sus platillos, sus cervezas, sus Icewines y cada una de sus expresiones culinarias. ¡Ya estoy en espera del siguiente año, para descubrir más del sabor de Columbia Británica!
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