El champagne, conocido como el primer vino espumoso, es quizá, de entre las diversas categorías o estilos de vino, el más versátil, seductor y exclusivo. 

Cuenta la historia qué en 1670, cuando el encargado del abastecimiento de alimentos y bebidas, de la abadía benedictina de Hautvilliers, en Épernay, llamado Dom Pierre Perignon, probó por primera vez el resultado de su recién descubierto método de segunda fermentación en botella, exclamó: “¡Venid todos! ¡Estoy bebiendo estrellas!” A este fraile benedictino se le atribuye la invención del método de elaboración del champán, vino se hacía desde mucho tiempo atrás, pero que el monje Dom Pérignon, introdujo una serie de cambios, tales como la selección de la uva, el corcho cónico sujeto con una grapa metálica y las botellas de vidrio más grueso.

El champán o Champaña del francés, Champagne, es un tipo de vino espumoso elaborado conforme al método Champenoise en la región de Champaña, Francia.  Se trata generalmente de un vino blanco, aunque también existe el champán rosado que se elabora a partir de varios tipos de uva, la mayor parte tintas.

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El champán tiene algunas peculiaridades con respecto a otros vinos franceses:

La vendimia se hace a mano, estando prohibida la vendimia mecanizada, porque se considera esencial que las uvas lleguen en perfecto estado a la prensa. 

La combinación de distintos tipos de uva, de vinos (dentro de la región) y de añadas es la norma, con el fin de asegurar una uniformidad en las cualidades enológicas y organolépticas. Se permite indicar la añada (aunque no es obligatorio) cuando sólo se mezclan vinos del mismo año, cosa que sólo sucede con los de alta calidad.

Es un vino espumoso que se mantiene a presión en la botella mediante un tapón de forma de seta, por contraposición a los tapones cilíndricos, que se sujeta mediante una cápsula y un bozal de alambre. 

Es el único tipo de vino rosado en el que se permite mezclar vino blanco y tinto, si bien el champán rosado se puede obtener también dejando que se coloree ligeramente el mosto de vino tinto con sus hollejos.

El champán se elabora a partir de muchos tipos de uva, aunque tres de ellos llevan la mayor parte de la producción: Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier.

La cantidad de azúcar agregada después de la segunda fermentación  varía y determinará el nivel de dulzura del Champán.

  • Brut Nature o Brut Zéro (menos de 3 g de azúcar por litro)
  • Extra Brut (menos de 6 g de azúcar por litro)
  • Brut (menos de 15 gramos de azúcar por litro)
  • Extra Sec (12 a 20 gramos de azúcar por litro)
  • Sec (17 a 35 gramos de azúcar por litro)
  • Demi-Sec (33 a 50 g de azúcar por litro)
  • Doux o Dulce (más de 50 g de azúcar por litro)

Siempre considerada como bebida de celebración hoy encontramos una gran variedad de vinos espumosos que se producen en el mundo, pero qué por razones de Denominación de Origen, no pueden ser llamados Champagne y se acuñan bajo diferentes nombres como Cava en España, Prosecco en Italia, Sparkling en California o simplemente espumosos en otros países como México.

Por cierto, hoy existen interesantes y divertidas opciones de Champagne o vino espumoso para agregarle hielo al momento de servirlo o bien, para crear cocteles con esta deliciosa bebida.

Es un vino que puede ser un excelente aperitivo, acompañar todos los platos de una comida o cena, puede ser el acompañante ideal de los postres o sustituirlos y puede, además, beberse solo o bien ser excelente para la preparación de cocteles que hoy, por cierto, han vuelto a ponerse de moda.

Es importante conocer algunas particularidades:

  • La temperatura de servicio debe estar entre 6 y 9º C.  Si la servimos excesivamente fría, inhibirá su expresión aromática y gustativa.
  • Para enfriar cualquier espumoso se recomienda colocarlo en una hielera con mucho hielo y un poco de agua, nunca en el congelador.
  • Puede enfriarse en el refrigerador por unas 3 ó 4 horas y mantenerse en la misma temperatura en el servicio con el uso de una hielera.
  • Para abrir la botella, se retira el retenedor o bozal de alambre, se toma el corcho firmemente con una mano y se sujeta la botella con la otra por la parte inferior inclinándola unos 45 grados. Se hace girar la botella, no el corcho, suavemente,  hasta que el corcho haga «pop» y éste se quede en la mano.
  • Las copas deben ser transparentes, delgadas y altas, tipo flauta o tulipán. Así como estar a temperatura ambiente y totalmente secas. 
  • Las copas se llenan un poco más de la mitad de su altura y normalmente las burbujas obligan a hacer esta operación en dos pasos.
  • Si no se consume toda la botella, ésta se podrá guardar por unas 12 horas, más o menos, tapándola con un dispositivo de goma o acero  que no deje escapar el gas y que ha sido elaborado con este propósito.
  • Nunca coloque el tapón original, porque puede ser expulsado y perder el gas.

¡Salud!

Lee después: Champagne, Prosecco y Cava, ¡Conoce las diferencias!

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