Ya desde el siglo 18, Benjamín Franklin decía, “El vino es una prueba constante de que Dios nos ama y le gusta vernos felices”.
¿Quién puede negar semejante afirmación? El vino, esa bebida que, en la más simple definición, “se obtiene del jugo de la uva fresca”, es el elemento que acompaña al ser humano en las ocasiones alegres, las reuniones con los amigos, las celebraciones, los reconocimientos, etcétera. No en vano se dice que “el vino alegra el espíritu del hombre y le libera de preocupaciones”. Las personas brindan por la felicidad de sus seres queridos con alguna bebida proveniente de la uva, llámese vino, champagne, brandy y otras menos conocidas pero no menos deliciosas.
Mucho se ha escrito de este líquido producto de la fermentación de la uva: que si existen tantos tipos, que dependiendo de sus procesos de elaboración es el sabor que se obtiene, que si las barricas, que si los terruños… Sin embargo, es probable que algunos aspectos curiosos del vino sean poco conocidos por algunos adoradores del dios Baco.
Éstos son algunos datos interesantes acerca del vino:
1. Para hacer una botella de vino se necesita 1 kilo y 1/2 de uvas.
2. La razón por la que generalmente se bebe el vino acompañado del consumo de carnes y quesos es porque ayuda a la digestión de las proteínas.
3. El conocimiento de que las uvas tienen propiedades curativas se remonta hasta tiempos bíblicos, mucho tiempo antes de que las investigaciones científicas lo comprobaran: facilita la digestión, es antiséptico, posee propiedades antitóxicas, y ayuda a mantener más limpias nuestras arterias, por lo que contribuye a evitar enfermedades cardiovasculares, entre otros beneficios a la salud.
4. Si usted ha tenido oportunidad de ver algunos viñedos y se ha encontrado con que hay rosas plantadas en ellos, una de las razones es que tanto estas flores como las uvas pueden ser atacadas por los mismos hongos, y son las rosas las primeras en mostrar los síntomas; esto señala a los plantadores del viñedo la posible presencia de plagas en las uvas y les permite combatirlas a tiempo.
| El vino es la poesía atrapada en una botella. |
novelista, poeta y ensayista escocés del siglo xix
6. ¿Ha observado que en idiomas como el inglés (red), el francés (rouge) o el italiano (rosso) los vinos son “rojos” y no “tintos” como en el español? Existen varias razones que pueden explicar esto, pero la que más sentido tiene es que, cuando cae o se le vierte sobre algo lo tiñe todo y, al menos en nuestro idioma, la capacidad de transferir color a un objeto se conoce como “tinte”. ¿Acaso la diferencia radica en la riqueza del lenguaje y nada más?
7. El vino se convierte en vinagre cuando la botella queda abierta y el caldo entra en contacto continuo con el oxígeno; esto hace que unas bacterias del género acetobacter entren en acción y transformen el alcohol etílico del vino en ácido acético que, además del agua, es el componente principal del vinagre.
8. Los beneficios cardiovasculares del vino tinto redundan en la sexualidad y se deben a su contenido de polifenoles (que le dan su color y sabor y de los cuales hay más de 200 en una copa de vino). Dichos polifenoles aumentan la producción de óxido nítrico en el organismo, un gas que interviene en la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que hace que le llegue más sangre el pene y, por ende, facilita su erección… siempre y cuando el vino se tome de manera moderada. Todos sabemos que el consumo excesivo de cualquier tipo de alcohol produce el efecto contrario: ¡un pene flácido!
9. Se dice que el vino es mejor cuanto más viejo es, pero la verdad es que, generalmente, un vino se mantiene e incluso mejora en la botella durante unos 5 o 10 años; pero a partir de ese tiempo, sólo los vinos con mucha estructura siguen mejorando. Sin embargo, cuando pasa su momento de mayor madurez, los vinos, como cualquier ser vivo, empiezan a declinar.
10. Es muy probable, como ha sucedido con muchos descubrimientos de la humanidad, que el del vino haya ocurrido por mera casualidad, “como el burro que tocó la flauta”: cuando alguien dejó olvidadas unas uvas en algún recipiente, éstas fermentaron y luego alguien se le ocurrió probó el caldo resultante. La referencia más antigua sobre el vino parece encontrarse en el Antiguo Testamento, cuando «Noé comenzó a labrar la tierra y plantó una viña; bebió el vino y se embriagó…» (Génesis 9-21), referencia que marca la presencia del vino en la tradición judeo-cristiana desde los primeros tiempos.
| «Después del pan, viene el vino, segundo elemento entregado por el Creador para la conservación de esta vida, y el primero celebrado por su excelencia”. |
–Olivier de Serres,
en 1600, en su Theatre D’Agricultura
Aparte de las llamadas uvas internacionales (las que conocemos), cada país productor tradicional tiene sus propias variedades de uvas autóctonas que normalmente son las que más producen, principalmente para consumo interno. Éstos son algunos datos curiosos de la historia del vino en México:
- Antes de la llegada de los españoles, en México existían vides silvestres con las que los indígenas preparaban una bebida fermentada muy ácida a la que agregaban otras frutas y miel con el fin de disminuir la acidez y ayudar a la fermentación.
- Otras bebidas alcohólicas previas a la Colonia eran derivadas principalmente de la fermentación no destilada del maíz, el agave y algunas frutas.
- La historia del vino como tal en nuestro país inició con los misioneros españoles, quienes, durante la evangelización, precisaban del vino para celebrar la Santa Misa; esto hizo que sembraran los primeros viñedos en la Nueva España y los convirtió en los pioneros de la vitivincultura en el Continente Americano.
- En 1597, el Rey Felipe II de España, otorgó a Diego Fernández de Velazco una dotación de tierras en el Valle de Parras (Coahuila), un verdadero oasis con manantiales de agua y una gran proliferación de vides silvestres. El propósito de Fernández de Velazco al solicitar esta “Merced” al monarca español fue plantar viñas para producir vino y brandy. Esto dio origen a la Hacienda de San Lorenzo, que cambió de propietarios varias veces a lo largo de los siglos.
- En 1893, Don Evaristo Madero, abuelo de Francisco I. Madero, compró la Hacienda de San Lorenzo y fundó Casa Madero, la casa más antigua elaboradora de vinos no sólo en México sino en toda América.
| “El vino lava nuestras inquietudes, enjuaga el alma hasta el fondo y asegura la cura de la tristeza». |
filósofo, político, orador y escritor romano
