Por: María de los Ángeles Elizalde Islas

 

 

Una noche fría y lluviosa dentro de la lujosa Residencia de Francia en México, se transformó en una velada cálida y llena de lujo con la presentación de la nueva botella Cristal Jeroboam 2002 del elegante Champagne Louis Roederer. A la develación de esta fina bebida, se dieron cita la Embajadora de Francia en México, Elisabeth Beton Délegue y Aurelie Durand, Gerente de Marca del Champagne Louis Roederer en México.

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Esta marca lleva más de 70 años en nuestro país, y con cada paso que da refuerza su aceptación a nivel mundial. El concepto “Cristal” para embotellar su champagne se dio en 1876 cuando el Zar Alejandro II de Rusia pidió a la casa Louis Roederer que la bebida “fuera aún más lejos” y la dejará para su uso personal; 137 años después se crea la botella Cristal Jeroboam 2002. El autor de esta maravilla es el artista francés Philippe di Meo, quien puso en el cristal un entramado de oro que asemeja una malla protectora la cual cuida la tan apreciada bebida. Esta botella de tres litros de capacidad y de la cual solamente se tienen disponibles 200 a nivel mundial (que tiene La Europea en exclusiva), se realizó a mano, con siete metros de cinta de latón bañada en oro de 24 quilates y 158 puntos de soldadura de plata.

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Aurelie Durand mencionó que la intensión era crear un vino que convocará una emoción, por lo que la añada 2002 fue extraordinaria para ello gracias a las temperaturas cálidas de manera uniforme, las lluvias equilibradas, noches frescas y vientos secos durante agosto y septiembre; de esta forma la uva logró tener una madurez ideal y una excelente concentración de aromas. Aunado a ello, este caldo maduró por cinco años en lías y tuvo un reposo de ocho meses tras el degüelle. El resultado fue un champagne intenso y delicado con una textura sedosa, mezclando 55% de pinot noir y 45% de chardonnay.

Por su parte Elisabeth Beton Délegue, destacó las virtudes del champagne: “el champagne es el compañero de la alegría y compañero íntimo de la soledad, es un gran aliado para las mujeres, el mejor embajador de la influencia francesa en el mundo y, como diría Napoleón: “Yo no puedo vivir sin champagne, en caso de victoria lo merezco y en caso de derrota, lo necesito”. Fue así como ante un grupo selecto de espectadores, se reveló la botella Cristal Jeroboam 2002 de Louis Roederer.

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