En la primera parte de este texto estaba a punto de responder la siguiente pregunta: ¿dónde queda la leyenda del toque de Midas?
Sucede que las vasijas encontradas eran de bronce, y una vez quitada la corrosión, brillaron como el oro, así que la leyenda pudo haber nacido cuando algún viajero hizo una equivocada suposición.
Muchas de las vasijas aún contenían residuos de una bebida ancestral, la cual era de color amarillo intenso; entre ellos, se descubrió ácido tartárico, la huella digital indiscutible de uvas en el Medio Oriente, ya que la fermentación sucede espontáneamente en climas cálidos, gracias a las levaduras presentes en la piel de la fruta.
Asimismo, el “Dr. Pat” y su equipo descubrieron que otro ingrediente era una miel con alto contenido de azúcares, la cual también se fermenta de forma natural al contener levaduras, convirtiéndose así en hidromiel; y oxalato de calcio, que indica la presencia de malta. En conclusión, la bebida de la tumba del Rey Midas era una inusual mezcla de cerveza de malta, hidromiel y vino.
Entonces, ¿qué siguió? McGovern aprovechó una cena de productores cerveceros realizada en el Museo que dirige, para anunciarles que habían descubierto esa mezcla inusual, y que necesitaba de alguien que pudiese replicarla de forma agradable. Finalmente, la mejor propuesta vino de Sam Calagione, de la micr
ocervecería Dogfish Head.
La pregunta que seguramente te estarás haciendo ahora, estimado lector, es: ¿Y a qué sabe? Su amargor es muy moderado, 12 IBUs (2), ya que el agente que lo aporta es el azafrán, y no el lúpulo, el cual se comenzó a usar hasta el siglo VIII en Europa; Turquía era famosa por su azafrán, y se cree que los residuos amarillos de las vasijas de hace 2,700 años son su huella.
En nariz y boca, Midas Touch ofrece notas a miel, papaya, azafrán y bollería; una combinación especiada con toques dulzones y de acidez c
omparable a la de un vino blanco. Y con nueve por ciento de alcohol por volumen, es una sustanciosa amalgama de las tres bebidas fermentadas de la antigüedad.
Además del toque de Midas, vayamos a otras regiones: Egipto y China.
Para elaborar la cerveza que llamaron Ta Henket, Calagione y McGovern recorrieron muchísimos expendios de especias en el Khan el-Khalili, el mercado más grande y antiguo de El Cairo, Egipto; y se las arreglaron para capturar una cepa de levadura autóctona, en una granja de dátiles, que tal vez descienda de cepas antiguas. Estas muestras se congelaron para ser enviadas por avión a un laboratorio en Bélgica, donde comenzaron a reproducirlas.
Los ingredientes de Ta Henket son una antigua especie de trigo, pan cocinado en horno de ladrillo, especias del Medio Oriente, manzanilla y fruta de palmera dum.
Château Jiahu busca replicar esa bebida que también combinaba vino, cerveza e hidromiel, en el norte de China, hace 9,000 años. Lo más interesante es que se trata de la receta de la bebida fermentada más antigua que se conoce. Para ella, se usó miel de flor de naranja, mosto de uva moscatel, cebada malteada y bayas de espino blanco, todo se fermentó mediante levaduras de sake durante un mes. Con diez por ciento de alcohol por volumen y este tipo de ingredientes, no sorprende que el amargor sea muy moderado, si bien el conjunto de sabores y sensaciones hace que merezca la pena buscar esta peculiar creación.
Estas son algunas de las cervezas recreadas por Dogfish Head a partir de rasgos históricos, sin duda alguna, te invito a probarlas y dejarte envolver por especiales cervezas.
1.- Un túmulo es un montículo construido, con diversos materiales, para engrandecer la sepultura de personajes poderosos en la antigüedad.
2.- IBU son las siglas en inglés para Unidad Internacional de Amargor.
