A finales de agosto, la Ciudad de México recibió un encuentro singular entre las cumbres nevadas de Utah y la energía cosmopolita de la capital. Bajo el título “Los Sabores de Deer Valley en la Ciudad de México”, el Chef Zane Holmquist, director culinario del legendario Stein Eriksen Lodge, diseñó una serie de cenas que unieron la tradición alpina con el ingenio de la cocina mexicana contemporánea.


La experiencia comenzó en el Club de Industriales, un espacio que conserva el prestigio de lo privado y lo distinguido. En dos noches memorables, la mesa se convirtió en un puente entre dos geografías. Ostiones con cangrejo y mezcla, salmón curado con aquavit y zanahoria, wagyu asado con mole negro y colinabo, además de un imponente rack de cordero acompañado de chutney de ruibarbo y yogurt de cabra al limón, mostraron la capacidad del chef para entrelazar sabores intensos con matices delicados. Cada platillo representó una conversación entre montañas y volcanes, entre praderas nevadas y campos mexicanos.
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La celebración se trasladó después a Moonbass, el nuevo speakeasy del W Hotel Mexico City. Allí, en un entorno íntimo y futurista, la propuesta gastronómica se transformó en una velada multisensorial. Música, coctelería de autor y cocina experimental dieron vida a un festín donde el mousse de trucha y la albóndiga sueca compartieron protagonismo con un coctel a base de elderberry, piña y aquavit de Alpine Distilleries, la bebida favorita de Stein Eriksen. La atmósfera recordaba una travesía nocturna en la que la elegancia de los Alpes se abrazaba con la vitalidad de la gran urbe.

En cada escenario, los sabores del jamón ibérico Cinco Jotas aportaron un acento de excelencia. Elaborado desde 1879 en Jabugo, España, y considerado un tesoro gastronómico por su origen 100% ibérico de bellota, este jamón se integró a la experiencia como un hilo conductor de lujo y autenticidad.

El artífice de este encuentro, el Chef Zane Holmquist, es reconocido por la Fundación James Beard y admirado por su estilo que combina sostenibilidad, intensidad aromática y respeto por las raíces culinarias. Su visión ha posicionado al Stein Eriksen Lodge de Park City como un referente internacional de hospitalidad alpina. Este resort, situado en las montañas de Deer Valley, Utah, es célebre por su estilo inspirado en la tradición nórdica, con interiores que evocan chalets europeos, chimeneas encendidas, spas de clase mundial y un servicio galardonado con cinco estrellas y cinco diamantes. Su restaurante insignia, bajo la dirección de Holmquist, ha recibido elogios por un menú que conecta ingredientes locales con sofisticación global, siempre fiel a la idea de que la gastronomía puede reflejar la grandeza del paisaje que la rodea.

La Semana de Stein Eriksen en México dejó mucho más que cenas exclusivas: se convirtió en un símbolo de colaboración entre culturas, un tributo al poder de la cocina para unir territorios y sensibilidades. Fue un recordatorio de que la mesa es, ante todo, un lugar de encuentro donde los sabores se transforman en lenguaje compartido.
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