Lo único malo de un buen desayuno es que se acaba, y para nuestra mala suerte, la mayoría de los restaurantes tienen un horario establecido para los huevos, los chilaquiles o los hotcakes. Incluso en la calle es difícil (por no decir imposible) encontrar un puesto de chilaquiles en la tarde.

¿No sería increíble echarse un desayuno a la hora de la comida? Pero no, el desayuno se consume en la mañana… ¿o no?

¿Por qué la comida tiene horarios?

¿Alguna vez te has preguntado por qué en los restaurantes los desayunos se sirven hasta la 1? ¿O por qué las pizzerías y taquerías abren solo por la tarde? ¿Quién le dijo al mundo que algunas cosas son para desayunar, otras para comer y otras para cenar?

Fotos por Rodrigo Contreras en Motín

La respuesta corta es: “quién sabe”. Pero como eso no satisface nuestra curiosidad, vamos a desglosarlo un poco.

Resulta —para sorpresa de nadie— que no existe una razón absoluta sobre por qué la comida se consume en horarios específicos. No hay una “ley biológica” que diga que los hotcakes son de mañana o que la pizza no se desayuna: son construcciones culturales, sociales y prácticas formadas a partir de diversos factores.

Desayunar ligero o pesado

Por un lado, está la creencia de que “es mejor desayunar ligero” para no atacar al estómago tan pronto, pero no me vas a decir que los chilaquiles bien picosos con dos huevos estrellados y un bolillo son exactamente una comida ligera.

Por otro lado, tenemos la —mejor fundamentada— teoría de que el desayuno, al ser la primera comida del día, debe ser una fuente de energía rápida y fácil de digerir; es decir, una buena dosis de calorías para aguantar el día. Pero aun esta postura no nos dice por qué no podríamos comer chilaquiles o desayunar tacos al pastor.

Pasta carbonara

Te puede interesar: Recetas de panqueques de avena para el desayuno

Y sí, tal vez no deberíamos cenar muy pesado, pero honestamente, en México parece importarnos un cacahuate… ¿no son acaso las taquerías uno de los lugares más populares para ir a cenar?

Rutina y mercadotecnia

Otra razón por la que hemos otorgado horarios a los alimentos es porque nos ayuda a establecer una rutina —y si me preguntan, esta es probablemente la única razón válida para mí—. Empezar el día con un desayuno y terminarlo con una cena nos permite sentirnos en control de nuestro tiempo, llevar un orden en la vida y sentir que hacemos las cosas “bien”.

Pero probablemente la razón de más peso —y al mismo tiempo la más absurda— es la mercadotecnia. O dicho de otra forma: empresas convenciéndonos de consumir ciertos alimentos en horarios específicos para que, al despertar, siempre queramos comprar su cereal, su harina para hotcakes o sus barras de proteína, por ejemplo.

Croque Madame

Rebelarse contra la norma

De cualquier modo, no importa la razón, lo cierto es que no tiene nada de malo consumir omelette a medio día. No te va a caer mal, ni se va a enfermar tu perrito; no estás cometiendo un pecado ni faltando al respeto a nadie. Así que, si se te antoja, no tienes por qué detener tus ganas de prepararte unos hotcakes para cenar: nadie se va a enojar.

De hecho, te recomiendo que lo hagas. No solo porque me encanta el desayuno, sino porque hay algo en rebelarse que resulta muy emocionante, y dado que rebelarse contra el patrón, contra el gobierno o contra el capitalismo puede ser muy complicado —y a menudo contraproducente—, tal vez levantarse en contra de los horarios de los alimentos pueda ser una buena manera de empezar.

Cold brew

Lee también: Desayunos saludables para mandar de lunch

Motín: desayunos todo el día

Sí, eso de rebelarse suena bien, pero ¿cómo vamos a lograrlo si en los restaurantes dejan de servir el desayuno a la 1:00 de la tarde?

Si bien preparar el desayuno en tu casa a cualquier hora del día suena bastante sencillo, la verdad es que no todos podemos darnos el lujo de cocinar a medio día. Además, ¿qué clase de revolución sería si lo hacemos solo para nosotros mismos?

Por suerte, existen otras opciones, como Motín, un paraíso con sucursales en la Roma y la Juárez donde, aunque existe una carta de desayunos y una de comida, en realidad puedes pedir lo que quieras en el horario que quieras, no importa si son las 9:00 de la mañana o las 4:00 de la tarde.

Y la verdad es que Motín vale la pena por más que solo la posibilidad de desayunar a media tarde, pues sus platillos son realmente deliciosos. Ya sea que quieras desayunar una exquisita pasta carbonara o comer un sándwich Croque Madame, nada te va a decepcionar: ni los desayunos ni las comidas, ni los salados ni los dulces, ni las bebidas frías ni las calientes.

Visitar Motín es más que una experiencia sensorial inolvidable: es una declaración de rebeldía. Porque en la vida hay que seguir demasiadas reglas como para que también quieran decirnos a qué hora tenemos que comer. Atrévete a desafiar la rutina y deléitate con los manjares de Motín; visita su página web y síguelos en Instagram para enamorarte de su menú atemporal.

Publicidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.