Cada 20 de octubre, México rinde tributo al mezcal, esa bebida que resume siglos de historia, fuego y tierra. En esta celebración del Día Nacional del Mezcal, un nombre resuena con fuerza entre los grandes: Mezcal Divino Blanco, originario de Matatlán, Oaxaca —la Capital del Mezcal—, reconocido con las máximas preseas de oro en el International Taste Institute de Bruselas, una de las competencias más exigentes y prestigiadas del mundo.
Elaborado 100% con agave espadín por Licores Veracruz, una empresa familiar con 75 años de trayectoria, este espirituoso ha logrado algo inédito: conquistar durante cuatro años consecutivos (2022–2025) las calificaciones más altas en cata a ciegas, superando los 90 puntos y obteniendo tres estrellas de oro cada edición. Un logro que lo convierte en el único mezcal del planeta con semejante récord.

La clave de su éxito radica en su origen y en su alma. Mezcal Divino honra las raíces oaxaqueñas, la destilación artesanal y el respeto por la tierra. En cada sorbo se perciben notas herbales y minerales que evocan su entorno volcánico y la nobleza del agave. Su versión Blanco es cristalina, fresca y elegante; mientras que su Extra Añejo 1984, con 30 años de maduración, es una verdadera joya de colección.
Más que una bebida, Divino es una declaración de identidad. Sus etiquetas narran, como códices, el origen prehispánico del mezcal: el fuego, el sol, el agave, el jaguar y el habla de los dioses. Así, cada botella es testimonio de que México no solo produce grandes destilados, sino también historias que brillan con oro propio.
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