Por Marissa Vega

Un buen vino, con seguridad tendrá también una buena historia. José Moro, presidente de Cepa 21, se encargó de que cada una de sus etiquetas tenga su personalidad. Cada sorbo cuenta un relato y aquí te contaremos un poco más de ellas.

Bodegas Cepa 21 nace en el 2007 con 50 hectáreas en la Ribera del Duero, España. Dirigida por José Moro, un gran conocedor del vino moderno, arraigado al terroir que ofrece este rincón de España, además de un gran representante de la viticultura sostenible, aplica todos sus conocimientos y sentimientos por el vino en cada botella.

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José Moro se ha dedicado a crear un espacio en que toda la gente pueda entender su vino, para él, está bebida debe de ser divertida, juguetona y flexible. Además, se ha acoplado a lo moderno, pues se ha percatado que el suelo ya no es el mismo de antes, así que juega con esto: las complicaciones crecientes debido al cambio climático se han convertido en una oportunidad para probar cosas nuevas.

Tuvimos la oportunidad de hablar con José Moro sobre sus etiquetas favoritas y las más conocidas, al mismo tiempo que pudimos degustar de un delicioso maridaje elaborado en colaboración con el restaurante Somma Polanco.

Fotografía por Marissa Vega
  • Hito Rosé: un vino rosado con la uva emblemática de Ribera del Duero, la tempranillo.  Presenta notas frescas parecidas a frutos rojos y en boca una ligera acidez juguetona.
  • Se percibe con una mineralidad perfecta para limpiar la boca y dejar tenues susurros florales. A este vino lo degustamos con un taco de jaiba suave, perfecto para un equilibrio salino y limpio con una textura tierna para pasar con el vino.

“Es calidez y armonía: un vino que entra con respeto y se va con finura, dejando la boca limpia y amable”.

Fotografía por Marissa Vega

Hito Tinto: la máxima expresión de la uva tempranillo, su color rojo cereza es intenso, al igual que su aroma al varietal en su máximo punto de madurez. Este es un vino joven, el poco tiempo que pasa en barrica de roble francés le regala notas especiadas. El nombre del vino significa “poste de piedra” que indica la dirección en los caminos, que viene ilustrado en la misma botella. A este tinto lo probamos con un taco de pato que bailaba perfecto con la untuosidad y elevaba los sabores pronunciados del ave.

Cepa 21: otro vino tinto monovarietal con 12 meses de barrica de roble francés, con un aroma intenso y complejo. Sugiee notas a frutos negros maduros, con una mineralidad de tiza y expresión de barrica notable. Es un vino competitivo, se puede robar el protagonismo del maridaje. Este vino combina las tradiciones vitivinícolas de la región más la innovación que la edad contemporánea exige, usando uvas de la más alta calidad. Acompañado de un volcán de Rib Eye, el vino provocaba que los sabores de las salsas explotaran en boca al igual que el dorado del queso, dejando una sensación suave en el paladar.

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Fotografía por Marissa Vega

Malabrigo: otro vino tinto de alta intensidad aromática con notas de frutas negras maduras con una pincelada balsámica que perdura en boca. Su tanicidad es otra característica destacable dado a su suelo arcilloso, de ahí el nombre. Malabrigo es el nombre de la tierra areno-arcillosa  del terroir en donde toma lugar este vino. Emparejado con medallones a la pimienta con una salsa de frambuesa que acentuaba la acidez del vino.

Horcajo: Un vino con notas a frutos rojos y negros, con expresiones tánicas y balsámicas que se aferran a la boca. José Moro destaca de ella su sabor a tinta china, algo inusual y único de la etiqueta. Su nombre viene del terroir con una altitud de entre 850 a 900 metros que le regala fertilidad a los suelos y un tono homogéneo.

“Un vino grande en su conjunto, con concentración brutal, máxima elegancia y una textura en boca como de beso continuado”

Fotografía por Marissa Vega

Los conocimientos y experiencia de José Moro han enamorado a miles de paladares alrededor del mundo, cada vino canta una canción seductora que marea las papilas. Como muchos enólogos, ha afrontado el gran reto que implican las afectaciones del cambio climático a los viñedos y por ende, que han cambiado los perfiles de los vinos.  Más que un obstáculo, él aprecia esto como una oportunidad para trabajar con el viñedo y compartir su conocimiento con la gente.  

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