Equilibrado, elegante, único… así es como defino los vinos espumosos de Bellavista -de la región de Franciacorta, Italia- después de haber tenido la oportunidad de degustarlos en una cata dirigida, ni más ni menos, que por Sara Pedrali, Brand Ambassador.
Es el “new air of wine” dice Sara, con su carisma y alegría distintivas. Mientras tanto las delicadas copas se llenaban de burbujas y colores pálidos que emanaban un brillo especial. Alma Cuvée Brut (chardonnay, pinot noir y pinot blanco) rompió el hielo con sus aromas frutales, su color paja casi blanco y sus finas pero constantes burbujas, en boca se presentó ligero, amable y delicado.
“No inventamos nada, lo aprendimos”, menciona Pedrali al tiempo que probaba el Satén, un blanc de blancs con una personalidad muy marcada, elegante y con tonos cítricos.
Siguió el Brut 2008 (chardonnay y pinot noir), que es la expresión de Franciacorta, con un aroma potente en el que el pinot noir está a la altura; definitivamente es un vino que se puede disfrutar sin ninguna compañía, con una acidez balanceada que lo hace excelente.
“La inspiración de Bellavista es Roederer”, contesta Sara Pedrali después de probar el Pas Operé, ya que este vino en especial posee una personalidad desbordada, en la que la acidez logra un equilibrio admirable, en boca es persistente con el chardonnay y pinot noir muy bien integrados.
Sin embargo, el Rosé fue la gran sorpresa de la noche, ya que derribó esquemas entre los rosados: de color muy discreto en donde el 
rosa era casi una pincelada; con notas frutales y florales en nariz; cremoso en boca; con una acidez que se distinguía y una duración prolongada en el paladar, éste vino fue la estrella de aquella noche en Estudio Millesime, en la que comprobé las palabras iniciales de Sara Pedrali: “El vino es también divertido… nosotros tratamos al vino con emoción, no como matemáticas y tenemos las raíces en el cielo para volar con la cabeza.”
