En las décadas de los sesenta y setenta, Puerto Vallarta pasó de ser un tranquilo pueblo pesquero a uno de los destinos turísticos más conocidos de México. El gran punto de partida fue el rodaje de la película “The Night of the Iguana” en 1963-1964, dirigida por John Huston y protagonizada por figuras como Richard Burton y Ava Gardner. La presencia de Elizabeth Taylor y el escándalo mediático que rodeó su romance con Burton hicieron que la mirada internacional viera , por primera vez, en el puerto.

A partir de entonces, el puerto comenzó a transformarse con rapidez. En 1970 se inauguró el muelle de El Salado, que convirtió a Puerto Vallarta en el primer puerto de altura de Jalisco y facilitó la llegada de más turistas y cruceros.

Casa Kimberly y el famoso Puente del Amor
La pareja decidió quedarse en el barrio de Gringo Gulch, una zona en lo alto del centro histórico que ofrecía privacidad y vistas a la bahía. En 1964, Richard Burton compró como regalo de cumpleaños la casa que más tarde se conocería como Casa Kimberly para celebrar los 32 años de Elizabeth Taylor.
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Poco después, Burton adquirió la propiedad de enfrente y mandó construir un puente elevado que uniera ambas casas sobre la calle Zaragoza. Este arco blanco, diseñado como una réplica del Puente de los Suspiros, permitía a los actores cruzar de un lado a otro sin ser vistos por los paparazzi y con el tiempo adoptó el nombre de Puente del Amor o Arco de los Amantes. Hoy sigue en pie como uno de los símbolos románticos más reconocibles de Casa Kimberly y de la ciudad.
Un amor intenso que marcó a Puerto Vallarta
La relación entre Richard Burton y Elizabeth Taylor fue intensa y complicada a la vez: hubo discusiones públicas, reconciliaciones espectaculares y constantes titulares en la prensa internacional. Sin embargo, entre tanto ruido mediático, Puerto Vallarta funcionó como un espacio donde podían bajar el ritmo y convivir lejos de Hollywood, rodeados de calles empedradas y del paisaje de la bahía.
La pareja se casó por primera vez en 1964, se divorció en 1974 y volvió a contraer matrimonio en 1975, antes de separarse definitivamente en 1976. Aun así, regresaron varias veces a la ciudad, incluso después de la ruptura, lo que reforzó la imagen de Vallarta como escenario permanente de su historia.
El legado de Casa Kimberly en la actualidad
Con el paso de los años, Casa Kimberly pasó a manos de nuevos propietarios y fue transformada en un hotel boutique que conserva gran parte de su atmósfera original, incluido el célebre Puente del Amor, que todavía une las dos residencias donde vivió la pareja. El alojamiento cuenta únicamente con nueve suites, lo que garantiza un ambiente íntimo y muy exclusivo.
Cada habitación tiene un diseño distinto y nombres inspirados en la relación de Elizabeth Taylor y Richard Burton o en sus películas. Muchas ofrecen terrazas privadas con jacuzzi, techos abovedados, bañeras clásicas y murales hechos a mano, detalles que hacen que la estancia se sienta casi tan cinematográfica como la historia que se desarrolló en este lugar.

Dentro de la propiedad también se encuentra The Iguana, su restaurante principal, llamado así en honor a La Noche de la Iguana. Ahí se sirve cocina mexicana contemporánea preparada con productos frescos de la región, además de una amplia selección de tequilas y mezcales, y una vista privilegiada de Puerto Vallarta. En algunas noches se presenta mariachi en vivo, lo que refuerza el ambiente local. Entre su pequeña alberca y su íntimo spa, Casa Kimberly no solo ofrece lujo y comodidad, sino que mantiene viva una parte importante de la historia romántica de la ciudad.
Elizabeth Taylor continuó visitando Puerto Vallarta después de la muerte de Burton en 1984 y finalmente vendió la propiedad en la década de 1990. Aun así, la casa, el puente y las historias que se cuentan en torno a ellos mantienen vivo el mito de una de las parejas más famosas del siglo XX y consolidan a la ciudad como un destino ligado para siempre a su romance.
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