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Enoturismo en Querétaro

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3 enero, 2022

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Una larga travesía nos esperaba pero hemos de admitir que cada minuto valió la pena. En esta ocasión nos dirigimos al hogar de la ruta del queso y vino, donde asistimos a una de las cavas más profundas de Latinoamérica en donde además conocimos un proyecto educativo para los futuros enólogos, que seguramente te asombrará.

Uvas queretanas

Después de aproximadamente cuatro horas, llegamos a Freixenet ubicada en el corazón de los viñedos queretanos. Esta cava de inspiración española está asentada en tierras mexicanas desde 1978. Freixenet nos recibe con un diseño de una casona mexicana, contando con una vista despejada de la peña de Bernal y sus viñedos que próximamente florecerán nuevamente durante la primera semana de agosto.

Luego de un pequeño recorrido por las instalaciones, conocimos sus cavas a 25 metros de profundidad, bóvedas de cañón corrido que permiten corrientes de aire natural y temperaturas entre los 14 a los 18 ºC, con una humedad del 70 al 80%, y en cuyo interior descansan miles de botellas de espumoso elaborado por el método champenoise, otorgándonos burbujas y sabores complejos.

Una vez acabada la exploración por la cava, nos dirigimos a una sala central en compañía de Lluis Raventós -Enólogo y Director de Freixenet México- para catar vino tinto y un brut rosado, acompañados de quesos, carnes frías y fresas.

“Cuatro regiones” es un tinto cosecha del 2018, con un porcentaje del 12,5 de alcohol; este vino es un blend varietal de cepas provenientes de cuatro estados (Querétaro, Aguascalientes, Zacatecas y Guanajuato), y una crianza de 12 meses en barrica nueva de roble americano. Un líquido en el que visualmente sobresale el color violáceo y en boca predominan las especias junto a los frutos del bosque.

Continuamos con un espumoso de Finca Sala Vivé, elaborado con el método tradicional. Vino de la cepa pinot noir, que denota colores dorados y destellos rosas. En el primer ataque tiene una efervescencia gentil en boca, permitiéndonos poder disfrutar de su acidez y dulzor.

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Una boutique para los mexicanos

Al llegar la noche asistimos a la apertura de su boutique, de la mano de sus anfitriones Lluis Raventós Llopart y Meritxell Ricarte Bauza (Directora de Relaciones Públicas), acompañados del Consejo Mexicano Vitivinícola y la Asociación Vitivinícola. Esta apertura se traduce como una oportunidad de impulsar el enoturismo y los vinos mexicanos. Con una ampliación de ciento cinco metros cuadrados, cuentan con una sala de degustación, mezzanine ideal para llevar a cabo catas privadas, más de cien etiquetas del grupo Henkell-Freixenet y vinos nacionales como la línea Premium Sala Vivé y Viña Dolores. En el evento, se llevó a cabo la inauguración de la exposición “La persistencia de la Pintura” del artista Manuel Lomelí, joven promesa queretana en el gremio del arte. Freixenet México muestra una vez más que son líderes en la región vitivinícola, que día a día tiene sus puertas abiertas para recibir a sus clientes.

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Tras una maravillosa velada, llegaba nuestro momento de regresar, pero no podíamos irnos sin antes visitar una fábrica singular, un inmueble en una de las colonias más antiguas de Querétaro, rodeado de cerros y casas, donde la pasión por el buen beber, la gastronomía y la música se unen para crear este espacio.

Escuela para los amantes del vinos

Nos dan la bienvenida en EVA (Escuela de Vino del Altiplano), una asociación civil dedicada a fomentar la viticultura a través de la educación, que después de 10 años tiene la firme filosofía de que la mejor forma de aprender es con la práctica.

Contando con diversos cursos, ellos no buscan un perfil en específico para sus estudiantes, estando abiertos a todos los interesados en aprender y conocer. Uno de los diplomados más completos, es donde los estudiantes se involucran en todo el proceso y crean su propio vino.

¿Cerveza de jamaica?

Al aire libre con una ambientación industrial conocimos la Compañía Cervecera Hércules, con áreas de esparcimiento cultural y fábrica de cervezas artesanales para todos los gustos. Al ver su amplia carta no sabíamos cual conocer, finalmente probamos la “Redshift”, la auténtica cerveza de jamaica con la acidez de la flor y espumosa, todo un acierto en un buen spot para conocer y disfrutar del momento.

La tarde pasaba y se acercaba nuestra hora de retirarnos. Después de conocer estos lugares te quedas con ganas de más tiempo para disfrutar de los espacios, y aunque no queríamos irnos, sabíamos que después de estos días volveremos ansiosos de revivir esos sabores y sensaciones. Ya que conoces toda la cultura gastronómica que hay en Querétaro, aventúrate a conocer estos lugares y adiestrarte en el arte del vino.

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