En México hay cientos de destinos turísticos repartidos en todo el territorio nacional, cada uno con sus características únicas que lo convierten en un destino lleno de cultura, arte y gastronomía que merece ser visitado. Sin embargo, pocos de estos son tan populares como San Miguel de Allende, famoso, entre muchas otras cosas, por sus edificaciones coloniales y su catedral de cantera rosa.
De paseo por San Miguel
Vengas de donde vengas, nada más entrar al pueblo seguro que te sorprendes, pues San Miguel es un lugar lleno de color y vida, tanto en sus edificaciones como en su gente. En el centro verás más que casas antiguas e iglesias -aunque de éstas hay por lo menos 6 que vale la pena visitar si te gusta ese tipo de avistamientos, como la parroquia de San Miguel Arcángel, la de San Francisco y la Iglesia de la Inmaculada Concepción-.
Durante el día puedes visitar la plaza central y tomar un helado, o entrar a alguno de los museos de la zona -mi favorito es el Museo del Juguete Popular Mexicano-; también puedes echar un vistazo a los negocios locales de artesanías y souvenirs, donde seguro que encuentras, entre vestidos tejidos y sombreros elegantes, algún objeto digno de tu atención. Pero de noche, San Miguel se pone de fiesta, con música, mariachi y mucha alegría, los antros y bares abren sus puertas para recibir a todos los amantes de la noche.
A comer
Pero de entre todas las cosas, San Miguel destaca también por su gastronomía, pues como en cualquier otro pueblo, puedes encontrar restaurantes tradicionales deliciosos, pero también un sinfín de opciones para satisfacer a cualquiera sin importar cuál sea el antojo.
En este pueblo no solo hay comida mexicana, sino que puedes encontrar varios restaurantes de gastronomía internacional escondidos (o no tanto) entre las calles del centro. ¿Quién diría que, detrás de la fachada pueblerina y tradicional, encontrarás algunos de los mejores restaurantes de fine dining?
Uno de mis favoritos es Aperi, el restaurante del hotel Dos Casas, que también es una gran opción para hospedarte si quieres una habitación tranquila, cómoda y lujosa.
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En el restaurante, que recientemente volvió a los reflectores después de un proceso de reestructuración, encontrarás algunos de los mejores platillos de cocina fusión. El concepto es muy simple: comida para los cinco sentidos, preparada con pasión y los más frescos ingredientes de la región, y una ejecución impecable; el chef Jesús Vázquez Reyna, junto con su equipo, tanto de cocina como el de servicio, enmarcan la estancia con toda la atención del detalle, consintiendo tanto a tu paladar como a ti.
Es cierto que yo tuve la suerte de probar un menú preparado no solo por Jesús Vázquez, sino que lo acompañó su mentor, Matteo Salas, quien dirigió el restaurante durante muchos años, pero eso no quiere decir que sin su presencia la comida no sea digna de un rey, porque sí, así es como te sientes cuando comes en Aperi.
El menú
Sí, sí, ya quedó claro que es uno de mis restaurantes favoritos, pero basta de elogios vacíos, porque así cualquiera. Uno puede decir que “equis o ye” restaurante es su favorito sin prueba alguna y no queda más que confiar en su palabra, pero en esta ocasión sí tengo pruebas que respalden mis palabras, pues basta con leer algunos de mis platos preferidos para entender que se trata de un lugar que vale la pena visitar.
Para empezar, ¿qué te parece un ostión con xoconostle y habanero? O tal vez un pulpo con ponzu, cocido a la perfección, crujiente por fuera y suave por dentro. No te puedes perder el foie gras con lengua, acompañado de una compota de xoconostle y otra de higo, que se deshace en la boca, inundándola con su exquisito sabor.
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Para el momento de los platos fuertes, la cocina de Aperi se luce con el pato en mole negro, cocido a la perfección con su crujiente costra y su carne suave y jugosa. Y qué decir del atún sellado, que, a pesar de lucir, saber y verse como un plato del más alto nivel culinario, no deja de recordar a lo más casero y reconfortante de lo tradicional; acompañado de una salsa martajada, guacamole y papa, este plato se convirtió en mi gran favorito.
Si después de este menú aún no me crees cuando digo que es de los mejores, o si, como a mi que no puedo esperar a volver, se te antojó cada uno de los platillos, no olvides visitar su Instagram y página web y recuerda este imperdible en tu próxima visita a San Miguel de Allende.
Coctelería de vanguardia
Y claro, después de una buena cena, nada como un coctel para bajar la comida, y sucede que, en San Miguel, se encuentra uno de los mejores cocktail bars no solo del estado, sino de todo el país, y posiblemente del mundo entero, no por nada Bekeb está catalogado como uno de los lugares revelación por 50 best.
Y es que Fabiola Padilla, dueña del bar y creadora de la mayoría de los cocteles, tiene un verdadero talento para encontrar combinaciones, así como un concepto innovador y creativo que no deja de lado los ingredientes mexicanos. De hecho, muchos de sus tragos tienen como componentes principales algún ingrediente ancestral mexicano y un destilado nacional. Así encontrarás, por ejemplo, un tepache casero con raicilla y licor de chiles, o mi favorito, el aguamiel, que se prepara con pulque, pox, licor de cacao y extracto de coco.
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Si quieres probar estos y muchos otros cocteles creados por una de las mejores mixólogas del mundo, no te pierdas la oportunidad de visitar Bekeb y seguirlo en Instagram para conocer más.
Es cierto que San Miguel de Allende ha pasado por un polémico crecimiento gracias a la gentrificación, pero después de visitarlo debo admitir que esta vez he quedado sorprendido y con muchas ganas de volver. Si está en tus planes viajar a San Miguel, definitivamente no puedes perderte de la experiencia que Aperi tiene para ti.
