“Reinventamos nuestra forma de ver las cosas”

Director General de Monte Xanic desde 2008, Hans Backhoff ha impreso una nueva cara a esta vinícola, resultado de su formación académica y del contacto con otras grandes empresas como Château Lafite Rothschild, Château Calon Segur y Chalone Wine Group. La innovación, la expansión y el reconocimiento del vino mexicano son las tareas a las que dedica gran parte de su vida.

¿CóMO RECUERDAS LA PRiMERA VEz QUE ACOMPAñASTE A TU PAPá A UN ViñEDO? La primera vez que lo acompañé fue cuando conocimos Monte Xanic, sólo era un rancho con una parte sembrada. Me acuerdo muy bien de ese primer día porque llegamos y a mí, obviamente de niño —tendría 9 años—, me sorprendió mucho que hubiera un lago, ya que a mi papá y a mí nos encanta pescar; cuando volteamos a ver el laguito dijimos: “de aquí somos”. Muchas de las actividades que a mi papá le gustan, terminé haciéndolas: pesca, cacería, golf, son cosas que él y yo hacemos, nada más.

CUáLES SON LOS AROMAS QUE MáS RECUERDAS DE TU iNFANCiA? La mantequilla; me llamaba mucho la atención que siempre que se comentaba un vino blanco, hablaban de la mantequilla y yo decía: “qué onda con eso”. Siempre tuve mucha curiosidad de ese aroma en particular, y por qué se daba en los vinos.

¿A QUé EDAD TOMASTE TU PRiMER ViNO?, ¿RECUERDAS LAS CiRCUNSTANCiAS EN QUE SE DiO? No recuerdo bien el primer día; pero recuerdo muy bien cómo. De niño me daban vino con agua, porque mis papás cenaban todos los días con vino. Era muy padre porque en esas cenas nos hacían participar dentro de sus temas y jugábamos a detectar los aromas de los vinos.

¿CóMO TE FORMASTE PARA SER DiRECTOR gENERAL DE MONTE XANiC? De niño me trataron de guiar y mostrarme posibilidades; desde los 12 años me ponían a trabajar en los veranos, era un aprendizaje de valorar las cosas. Fui creciendo y esto se fue volviendo algo mucho más fuerte. Cuando llegué a la prepa ya sabía lo que quería así que cuando entré a la universidad me resultó más fácil. Me quería dedicar desde un principio a ser enólogo, pero mi papá me recomendó que tuviera un espectro más amplio, por eso mi primer paso fue estudiar ingeniería en industrias alimentarias en el Tecnológico de Monterrey. Tras terminar la carrera, me fui a Burdeos a hacer mi maestría en enología, fue una de las experiencias más grandes que he tenido en mi vida; además me tocó trabajar con compañías increíbles, mi tesis la hice en Château Lafite, fue increíble. También estuve en Château Calon, donde aprendí mucho sobre la maduración de la uva y otras técnicas que luego repliqué en Monte Xanic. Posteriormente trabajé en Sonoma, Napa y Carneros, en Estados Unidos. Aprender de métodos, técnicas y estilos tanto del Viejo Mundo como del Nuevo fue muy importante en mi formación, para afirmar que no te puedes casar con un método, sino que hay que tomar lo mejor de los dos mundos y aplicarlo a tu lugar. En Reino Unido hice una maestría MBA en administración con especialidad en marketing.

Hace cuatro años, los socios de mi papá me invitaron a una cena, que en realidad fue una entrevista y les gustó mucho lo que estaba haciendo; después de esa cena me dijeron que querían que me viniera a trabajar a Monte Xanic. En un principio dudé, porque tenía 32 años y sentía que no estaba listo para una posición de una dirección general. De alguna manera me convencí y acepté, pero llegué en la peor época del mundo: la crisis de 2008. Entré en noviembre, en la temporada alta de ventas y me entregaron una compañía endeudada. En ese momento estaba muy preocupado, pero a final de cuentas el aprendizaje es increíble porque te dan una cosa, la agarras, le das tres vueltas, la estudias, la sacas y ahora ves una compañía totalmente diferente, rejuvenecida, sólida.

¿CUáLES CONSiDERARíAS LOS PRiNCiPALES APORTES EN ESTOS CUATRO AñOS AL FRENTE DE MONTE XANiC?

Lo primero que tuvimos que entender, todos, es que el mercado evolucionó; la gente quiere vinos que puedan tomarse inmediatamente y no guardarlos por cinco años, que sean suaves, con mucha fruta, frescos, muy francos, que el varietal se exprese. Tuvimos que reinventar nuestra forma de ver las cosas y algunos de nuestros productos, como Calixa, que lo redefinimos completamente y ahora es el vino más vendido de nuestra bodega, siendo un producto que iba para abajo; lo mismo con Monte Xanic, nuestro vino insignia.

Los concursos internacionales y las medallas no te dicen que un vino es el mejor del mundo, pero sí te marcan tendencias. En 2011 obtuvimos 65 medallas, fue un año histórico, no existe una vinícola que haya hecho eso en su historia; qué te dice eso, pues que estás haciendo las cosas bien, que hay  una consistencia en todas tus líneas. Estoy satisfecho con lo que estamos haciendo, pero tengo que transmitirlo a la gente: los consumidores tienen que aprender más y nosotros tratamos de acercarnos más a ellos. Con las nuevas tecnologías podemos entablar un diálogo, tienen preguntas y te las quieren hacer, eso nos ha servido muchísimo porque hemos compartido la información, la gente se está enterando, se está informando de diferentes temas a través de las redes sociales, de los códigos QR.

¿CóMO ViSUALizAS MONTE XANiC EN LOS PRóXiMOS 10 AñOS, QUé PERSPECTiVAS TiENES DEL MERCADO MEXiCANO?

Nos va a tocar vivir algo muy importante. Somos un gigante dormido: el 17% de los mexicanos consumen vino, nada más, y consume una vez al mes, pero lo interesante es que las tendencias son buenas, seguimos alrededor del medio litro, pero hemos triplicado ese medio litro en los últimos diez años; creo que vamos a consumir más, vamos a ser más conscientes de los productos de calidad. Visualizo que alcanzaremos los dos litros. Por ello, como productores tenemos que producir más vino y ser más conocidos también, necesitamos exportar, la exportación no es sólo para vender más, también sirve para poner una imagen de México a nivel internacional, pues fuera de los concursos y de la gente que sabe, el consumidor internacional no tiene la menor idea del vino mexicano; necesitamos esa bandera de México.

¿CUáLES SON TUS PRóXiMOS PROyECTOS? El más importante es la expansión: exportación. Quiero ser reconocido como la vinícola mexicana en el mundo, que fuera de México se empiecen a dar cuenta de lo que tenemos. Ya empezamos, estamos en Costco de Estados Unidos desde hace unas semanas. La exportación es la llave para que los críticos y líderes de opinión conozcan México, ya lo empezaron a hacer, pero ahora hay que venderlos allá, que la gente no nada más los lea y diga qué buena onda. Es muy importante que se reconozca que en México se están haciendo muy buenos vinos. Por otra parte, quiero terminar mi vinícola, estamos en un lugar paradisiaco y nuestro producto es de muy alta calidad, pero nuestra bodega no está bien, necesitamos un lugar del primer mundo, que se vuelva un atractivo del enoturismo, ya que dar a conocer mi región, particularmente a través de mi vinícola, es una parte muy importante. Finalmente quiero convertirme en una voz muy importante como líder de opinión de vinos en México. Necesito darme a conocer más, creo que tenemos todo lo necesario para hacerlo, ya tengo el apoyo de muchos productores, pero tengo que trabajarlo más.

¿CUáL ES TU COMiDA FAVORiTA y CON QUé ViNO LA PREFiERES? Mi comida favorita son los mariscos —se nota que soy de Ensenada—, me mata un marisco bien preparado, que puede ir desde un coctel de almeja pismo a un buen abulón, o una pasta de caracoles, y casi siempre va con un vino rosado o blanco, lo que no significa que no me gusten los tintos, ¡me encantan!

 

ESCRITO POR Julio Chávez jchavez@saborearte.com.mx

FOTOGRAFÍA:  Cortesía Monte Xanic

 

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