DOM PÉRIGNON
Hacer «el mejor vino del mundo»: Se necesitaba un espíritu visionario y un sentido de la audacia excepcionales para formular esta ambición a finales del siglo XVII. Esta visión fue el primer regalo de Pierre Pérignon.
En 1668, el joven monje Pierre Pérignon asume las funciones de provisoría y procuración de la abadía benedictina de Hautvillers, en las laderas septentrionales del río Marne. Él hará prosperar el patrimonio de la abadía y, en primera instancia, sus viñedos. Tenía apenas 30 años y, hasta su muerte en 1715, no renunciará a su ambición.
Dom Pierre Pérignon inventa, perfecciona y eleva a niveles superiores unas técnicas hasta entonces titubeantes para crear un vino cuya reputación se volverá inigualable. Las élites de entonces, en búsqueda de nuevas sensaciones para el paladar, se reconocerán en él inmediatamente. El renombre del «vino del Padre Pérignon» es tal que el Señor Claude Tribouleau, uno de los proveedores reales que tienen el privilegio de abastecer de vinos la «Maison-Bouche» de Luis XIV, realizará un pedido.
Revolución enológica, revolución del sabor, revolución de las costumbres, todo va de la mano: el «vino del Padre Pérignon» se convierte en el vino predilecto del nuevo arte de vivir que florece en la época y que hará del siglo XVIII el gran siglo del placer.
Dom Pérignon sólo puede ser un vino de añada
Hoy en día, la Maison Dom Pérignon mantiene intacta la visión de Dom Pierre Pérignon, enriqueciéndola para reinventarla en permanencia. Cada Dom Pérignon es una auténtica creación, un reto que tiene como recompensa el nacimiento de un Vintage. No hay más Dom Pérignon que el vintage o, dicho de otra manera, el que procede de las cosechas de una misma y única añada.
Actualmente es Richard Geoffroy, Chef de Cave, quien crea los Vintages Dom Pérignon, un trabajo de ensamblaje inspirado para perfeccionar este equilibrio frágil y misterioso reinventado en cada ocasión, esta dualidad del blanco y el negro, de las dos cepas Chardonnay y Pinot Noir. Sobre él recae toda la responsabilidad de declarar, o no, el nacimiento de un Vintage.
Dom Pérignon es unánimemente reconocido por su potencial de conservación y, hecho notable, tanto en el Rosé como en el Vintage (blanco). El vino pasa un periodo mínimo de 8 años envejeciendo en las bodegas en el caso del Vintage, y de 10 años en el caso del Rosé para una primera edición, para una primera expresión de Dom Pérignon.
A continuación, se conservará un número limitado de botellas para una maduración aún más prolongada. Éstas saldrán bajo el nombre de Dom Pérignon Œnothèque sólo cuando el Chef de Cave así lo decida.
Dom Pérignon proclama los principios que gobiernan su espíritu, el acto de creación de sus vinos excepcionales a través de Le Manifesto: su visión única y singular de la creación de un vino. Se trata de una profesión de fe inspirada en los orígenes del champagne y de su creador.Dom Pérignon, Fuerza de Creación:
DDesde siempre, Dom Pérignon tiene una confianza absoluta en la fuerza de creación. Ésta es fuente y principio de su inspiración.
Dom Pérignon encuentra esta fuerza de creación en los creadores contemporáneos que superan los límites de su arte, exploran, reinventan su lenguaje sin jamás traicionarse.
En el pasado, una colección con Marc Newson, un homenaje a Andy Warhol, una colaboración con Karl Lagerfeld, y hoy la visión de David Lynch, que realiza la última campaña publicitaria y una edición limitada. En el futuro, Robert Wilson, Lang Lang y Alexandre Desplat crearán juntos una obra colectiva para Dom Pérignon, tomando como punto común los Vintages de estilo inquieto, con ritmo y sin costuras, y encontrando una arquitectura de vibración donde desplegar el suplemento de alma de Dom Pérignon.
Dom Pérignon Vintage 2003, Dom Pérignon Rosé Vintage 2000 están hoy disponibles en los mejores establecimientos.
Contacto de Prensa Internacional Dom Pérignon: Irina Manoliu 65-67 avenue de la Grande Armée 75016 Paris, France Tel: + 33 1 5897 6890
Móvil: + 33 6 2605 3895
