En un mundo creado por hombres y para hombres como es el del vino, hoy las mujeres tienen oportunidad de participar y romper paradigmas.
Cada vez más las mujeres toman un papel más relevante en el mundo vitivinícola, participando como enólogas, sommeliers, comercializadoras, bodegueras, promotoras y, sobre todo, como consumidoras.
Se estima que, en 2025, las mujeres mexicanas serán las principales consumidoras de vino en el país. Tan solo en los últimos años las mujeres han incrementado la participación en el mercado en 5%, por lo que hoy se encuentra dividido en 58% hombres y 42% mujeres.
Sin embargo, aún continuamos viendo que en muchos restaurantes el vino lo elige el hombre y los meseros suelen dirigirse a los caballeros para que ellos seleccionen el vino. No es un asunto únicamente de protocolo sino de considerar que solo ellos saben hacerlo.
Existe otro paradigma respecto a que las mujeres prefieren los vinos blancos y los vinos dulces. No obstante, hace cuatro años, en Estados Unidos, la consultora Rossman Grahamm Associates hizo una encuesta entre 500 mujeres neoyorquinas con los siguientes resultados: cerca del 57% de las mujeres encuestadas prefirió el vino tinto (no el blanco como era una tradición suponer). El 30% prefirió el blanco y el 9% el rosado.
Un mito bastante común es pensar que los mejores enólogos son hombres. La realidad actual nos muestra que cada vez contamos con un mayor número de mujeres enólogas y productoras.
Como vemos, este tema, no solo tiene que ver con el gusto o preparación, sino también con un componente físico y biológico. Algunas investigaciones de reconocidas universidades europeas confirman que, como género, las mujeres tienen una mayor capacidad olfativa y gustativa que favorece su talento para la cata y la creación de grandes vinos. Ustedes, ¿qué opinan del tema?