Nos encanta el pan, no solo porque satisface el hambre, sino porque uno bien hecho puede provocar un genuino placer que pocas cosas igualan. Pero para hacer un pan que nos ponga la piel de gallina, hace falta más que solo un poco de agua y harina.
41 años de tradición
En la Ciudad de México hay cientos de panaderías que destacan por la calidad y el sabor de sus productos. Sin embargo, pocas han logrado hacerlo por casi medio siglo como Alcázar.
Fundada hace 41 años, esta panadería y pastelería se ha ganado el corazón de muchos capitalinos. A pesar de su trayectoria y sus 19 sucursales, sigue siendo una empresa comprometida con la excelencia; desde la selección de materias primas hasta la entrega y distribución, cada proceso refleja el respeto por la tradición y la calidad.

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Una empresa familiar
Además de su historia, Alcázar destaca por ser un negocio familiar que, a lo largo de los años, ha mantenido sus valores y su esencia.
Desde el nacimiento del proyecto, sus creadores se han preocupado por mantener un estándar riguroso que no solo los ha consolidado como una de las mejores panaderías de la ciudad, sino que también les ha permitido crecer y renovarse constantemente.
El nuevo Alcázar
Trabajar en familia y cuidar la calidad no es lo único necesario para construir una historia de éxito como la de Alcázar; también es fundamental mantenerse vigente con el paso del tiempo.
Por ello, en 2019, la pastelería inició un proceso de renovación, transformando tanto sus espacios como su oferta para satisfacer las necesidades y gustos de sus clientes actuales.

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Un claro ejemplo de esta evolución es su sucursal en la calle de Aguascalientes, en la colonia Roma, que fue la tercera de las 19. Tras su remodelación, el espacio ofrece una experiencia más fresca y contemporánea.
La tradicional dinámica de venta detrás del mostrador ha dado paso a un entorno abierto e integrado, donde las áreas de exhibición y estancia conviven de manera fluida. La iluminación cálida, los acabados sobrios y elegantes, y una distribución que permite visualizar toda la operación refuerzan la sensación de transparencia y calidad.
Los nuevos panes
Además del cambio de imagen, la renovación de Alcázar también ha significado la diversificación de su oferta con la incorporación de nuevos panes.
Entre ellos destaca el Kouign-amann, un pan de origen bretón cuyo nombre significa “pastel de mantequilla”. Se distingue por su exterior caramelizado y crujiente, con un interior hojaldrado y suave. También ha sumado a su catálogo el Bretzel Croissant, conocido como “laugencroissant”, un híbrido entre croissant y bretzel que combina lo mejor de ambos mundos: una corteza crujiente con el característico sabor del bretzel y un interior esponjoso y suave.
Descubre el nuevo Alcázar y disfruta de su innovadora propuesta. visita su Instagram y cuéntanos en los comentarios cuál fue tu pan favorito.