En el siglo XVI los primeros exploradores españoles se aventuraron hacia el norte, descubriendo las tierras y sus riquezas. Sin saberlo, su llegada a Coahuila significa el encuentro de un tesoro inesperado, uno que no era de oro ni de plata, pero sí exquisito, y que siglos después sigue maravillándonos con sus frutos.
Casa Madero es un auténtico oasis en el desierto que nos sigue deslumbrando con la rica producción de los vinos más antiguos de todo el continente, los primeros vinos mexicanos, y los más galardonados en el extranjero.
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Actualmente Casa Madero se mantiene como una empresa familiar a cargo de la quinta generación de la familia Madero, quienes trabajan constantemente para estar a la vanguardia en técnicas de viñedo y procesos de vinificación, con el objetivo de elaborar vinos mexicanos de gran calidad, logrando con ello ser una de las marcas líderes, así como la bodega mexicana con el mayor número de reconocimientos internacionales en el mercado vinícola.
En el 2012, Casa Madero obtuvo una certificación por implementar el primer viñedo orgánico de México, y se presentó la Primera Línea de Vino de Uvas Orgánicas de Casa Madero y del país, siendo la primer vitivinícola mexicana en obtener este tipo de certificación.
Los vinos de uvas orgánicas son elaborados a partir de uvas orgánicas cuyo cuidadoso proceso de viticultura respeta las directrices de la agricultura orgánica, dando como resultado vinos más sanos. El cuidado por el medio ambiente llevó a Casa Madero a tener el primer viñedo orgánico certificado de México por USDA Organic y BCS ÖKO Garantie.
El vino 100% Cabernet Sauvignon Orgánico Casa Madero, ganador de oro en el concurso Internationaler Bioweinpreis 2020, luce un color rojo carmín con bordes violetas. En nariz es muy expresivo, con dominio de frutos negros y especias, como arándanos, grosellas negras, ciruelas maduras, menta, higo y romero, menta, pimienta, maderas finas y café
tostado.
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El segundo vino orgánico de Casa Madero es 100% Chenin Blanc, cuyos destellos verdes y dorados juegan con nuestros sentidos. Un vino que en nariz es altamente expresivo con aromas de frutos tropicales, flores blancas y amarillas, lima, lichis, maracuyá, mango, piña, tejocote, duraznos, su frescura es refrescante y nos recuerda la hierba fresca, las flores de tilo y jazmín.
Los vinos de Casa Madero son leyenda y tradición viva, un majestuoso legado de historia y sabores, cuya dedicación centenaria es un orgullo nacional que se disfruta a sorbos.