James Suckling, una de las personalidades más prestigiadas en el mundo del vino, descubrió Baja California desde que era pequeño en compañía de su abuelo, y su encuentro con la región ha llegado hasta las vides que lo inspiraron para crear su vino “One Wine One World” junto con Humberto Falcón, la persona que adentró a Suckling en el vino mexicano. Con motivo del lanzamiento que hicieron con La Europea, su distribuidor exclusivo, Sabor e arte platicó con James sobre el mundo del vino.

 

¿Cuáles son las regiones que están marcando tendencias en el mundo?

Diría que Australia sigue a la vanguardia, ahora con una visión de bienestar, los mejores vinos australianos que he tomado son orgánicos y sustentables.

 

Hay una amplia producción de vino alrededor del mundo, ¿qué criterios definen los vinos que catas?

Me baso en mi historia y en lo que me gusta, la gente me conoce por mis catas de Burdeos; Italia es un país donde viví y que aprecio enormemente, así que también cato sus vinos; nací en California y eso me apega a sus vinos. Siempre he tenido un cariño especial por México y durante años pedí a Wine Spectator hacer catas de vino mexicano… Me salí de la revista para poder catar justamente lo que me gusta y hacer lo que amo sin restricciones.

 

Hay quien piensa que la vitivinicultura moderna está creando vinos con un gusto global, ¿qué piensas sobre este concepto?

Hay una cierta homogenización, pero también hoy tenemos mejor vino en todo el mundo, en ocasiones es difícil percibir de dónde viene, pero finalmente siempre hay algo que te refiere a su origen.

 

¿Cuál es tu opinión sobre los vinos mexicanos? ¿Haz probado alguno que te haya marcado?

Hay muy buenos vinos mexicanos. Ensenada es un lugar mágico y maravilloso que ofrece buen terruño. Recuerdo perfectamente que me sorprendí al probar un Vino de Piedra.

 

¿Cuál sería tu evaluación sobre el resultado del experimento One Wine One World?

Este vino nace con una idea de eliminar fronteras y hacer un vino complejo, interesante y accesible –hacer vinos caros es fácil pero buenos vinos a buen precio es más complicado–. Se eligieron tres regiones vitivinícolas y durante el proceso de ensamblaje –que por cierto duró sólo 30 minutos– quedamos sorprendidos de la forma en que los vinos funcionaban juntos: Francia aportó frescura, acidez y taninos firmes; México frutos y aromas, Estados Unidos cuerpo y estructura… era una danza perfecta. El resultado ha sido muy bueno, creo que se rompen esquemas y paradigmas y me parece atinado que además sea una forma más de promover el vino mexicano.

 

Buen vino puede hacerse en cualquier parte del mundo, gran vino sólo en grandes terruños, ¿qué opinas de esto?

Coincido totalmente. Todo el mundo habla de terroir, pero existen muy pocos lugares con gran terruño, la mayoría en Francia, España e Italia.

 

Eres considerado uno de los críticos más influyentes en el mundo del vino. ¿Cuál dirías que ha sido tu aportación a este universo?

Quizá mi punto de vista que se fundamente en la “tomabilidad” de un vino, éstos deben tener carácter pero ser balanceados y armónicos, la gente lo que quiere es tomar un buen vino.


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