El Sabor del Amor se reinventa

Por: María de los Ángeles Elizalde Islas

Sobre la avenida Álvaro Obregón, existe una casona de los años 30’s en donde el General Picard y doña Lorenza –antiguos dueños- inspiraron  un espacio en el que desde hace tres años lo único que se respira, vive, come y bebe es amor; allí la pasión por la comida, la explosión de sabores, ingredientes únicos, técnicas culinarias francesas y bellas tradiciones mexicanas dieron paso a un restaurante que llegó para quedarse: Sabor Amor. Este restaurante es único en toda la extensión de la palabra, el diseño interior está pensado para satisfacer cualquier estilo, por lo que en la planta baja Las Jacarandas nos reciben con su tranquilidad color lila y toques blancos con una brillante jacaranda suspendida; en el fondo, Las Óperas –verde y roja- nos regresan al México afrancesado de principios del siglo XX; en el segundo piso se encuentra el bar, en donde los sombreros de charro cuelgan e iluminan la barra, mientras que Las Puertas nos dan la bienvenida para recibirnos en maletas hechas sillones y Las Jaulas encierran literalmente las tradiciones de nuestro país, allí también está La Terraza, un área en donde las sillas acapulqueñas encajarán a la perfección una tarde de domingo; del otro lado se encuentra El Milagrito, aquí podemos pasar una noche romántica con nuestra pareja y ya se han hecho 50 propuestas de matrimonio; por último está La Clandestina, un espacio para  eventos privados con billar, póker, videojuegos, karaoke y toda la magia que puede despertar éste lindo ático.

Sin embargo, Sabor Amor reaviva su llama a través de su cocina, con un menú completamente nuevo e l chef Patrick Biancini enamora con cada bocado a sus comensales. En primera instancia, la mayoría de los platillos están pensados para compartir con tu pareja, familia o amigos, no es una comida pretenciosa pero sí llena de sorpresas; por otro lado, “Sabor Amor es mezcalero” así lo menciona Silvia Navarro –dueña- por lo que debes abrir tu apetito con un Guabayaba, coctel de mezcal, licor de ciruela japonesa y guayaba. Como primer tiempo, consiéntete con El Apapacho un ceviche de camarones maridados en cítricos con mango y salsa de raíz fuerte y pepino acompañado de aceite de chile; como segundo tiempo puedes pedir el Señor-Señora que está compuesto de tuétano horneado y alcachofa parrillada con vinagreta francesa, pero si traes antojo de productos del mar, no puedes dejar de saborear Los cachondos, mejillones con salsa de holandesa y un toque de chipotle, perfectamente bien cocinados y sazonados; como plato fuerte hay dos opciones de las que no te vas a arrepentir, todo depende del estado de ánimo en el que te encuentres, pero ya sea que ordenes La Cosquilla, costilla de cerdo exquisitamente confitada con achiote y camote a la parrilla en el que los sabores se fusionan increíblemente o el Pataquear, que es medio pato cocinado estilo carnitas con salsa de mostaza antigua, papas al romero y lechuga o tortillas para hacerte un taquito, absolutamente perfecto, y aunque la carta de postres no ha cambiado, La Tiznada es el cierre ideal de tu comida, cheesecake de queso de cabra a la ceniza con higos horneados. Todos estos platillos y más, los puedes disfrutar de lunes a sábado de 1:00 p.m. a 2:00 a.m. y el domingo de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., éste día cuentan con servicio de desayunos.

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