¿Cómo elegir un buen vino? Es una de las múltiples preguntas que a muchos nos pasa por la cabeza al momento de ir a una cena, comida o tertulia de cualquier índole. Aquellos sumergidos en el expertise del vino o el mundo gastronómico puede que no divaguen al cuestionarse, pero para los que nos gusta la diversión sin tanto conocimiento en el tema, la respuesta puede llegar a ser una aventura llena de confusión y mareo que tal vez desemboque en un resultado erróneo y no tan satisfactorio. Por ello, vengo a contarte sobre los vinos de Portugal, un país lleno de tradición, cultura y gastronomía que está dando a conocer su gran variedad de vides por todo el mundo.

Foto cortesía de Wines of Portugal

Al sur de Europa

Cuando se trata del Viejo Mundo (en el mundo del vino se denomina así al continente Europeo) lo primero que viene a la mente son los cuatro exponentes principales: Francia, España, Italia y Alemania. Sin dejar atrás los grandes vinos alsacianos llenos de mineralidad. Modelos clásicos como el Pinot Noir francés, el cárnico Tempranillo español o el tropical y sedoso Gewürztraminer alemán son un repaso en la lista de cualquier fanático del vino. Con una trayectoria igual de recorrida, Portugal se posiciona hoy como un excelente productor de vino que está en boca de todos.

Foto cortesía de Wines of Portugal

La región del Douro en Portugal fue la primera en el mundo en regular la calidad de su vino en 1756. En 2001 Duoro es declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, acreditando con ello su gran herencia y tradición en vitivinicultura. Durante los años noventa, los subsidios e inversiones tanto en viñedos como en bodegas portuguesas, ayudaron a revolucionar y mejorar la calidad del vino en este país. Dejaron de vender sus uvas o vinos como materia prima a grandes compañías, pequeños y medianos productores comenzaron a crear sus propias etiquetas. Así es como el vino de Portugal comenzó a hacer ruido en el mercado mundial. 

Foto cortesía de Wines of Portugal

Variedades autóctonas, el alma de Portugal

Arqueólogos cuentan la historia del vino en Portugal desde la Edad de Bronce, donde desde Fenicios hasta Romanos dejaron un legado en el arte de la fermentación. Una herencia que se detuvo por muchos años debido al cese de intercambio y exportación con otros países aledaños como España y Francia. Por lo mismo, los productores portugueses se quedaron únicamente con las cepas de su tierra para trabajar. Esto es una de las grandes peculiaridades y diferenciadores de los vinos portugueses: su extensa variedad en uvas autóctonas. Existen alrededor de 250 variedades autóctonas de Portugal, de las cuales muy pocas han tenido la oportunidad de ser cultivadas en otros países.

Foto cortesía de Wines of Portugal

Alvarinho, acidez y frescura

Una de las uvas más importantes de esta tierra es la Alvarinho, conocida en España como Albariño, una de las mejores exponentes de uva blanca en la región. Llena de gran acidez, mineralidad y si tienes la fortuna de encontrarte un vino embotellado con lías, te llevarás al paladar notas lácticas ligeras. La uva Alvarinho es de las pocas variedades que encontrarás como monovarietal. Pues una de las insignias de este país es el arte de mezclar –the art of blending– . Aunque siempre existe la excepción a la regla y el ejemplo de la región de Melgaco es una distinción excepcional. Se trata de un Vinho Verde, el cual es elaborado con una mezcla de uva Alvarinho y Trajadura -una de las varietales originales con las que se hace este modelo de vino-. El enólogo elige este blend para realzar la frescura en el vino. 

Foto cortesía de Wines of Portugal

El arte de mezclar

Portugal es el rey del blending, sus 250 variedades autóctonas las conocen de pies a cabeza y saben bien cómo utilizarlas dependiendo su perfil. En algunas ocasiones, el vino puede llevar más de veinte varietales para poder lograr el balance ideal. Se han llegado a combinar alrededor de 206 uvas para crear sólo un vino blanco. El arte de mezclar es algo que los portugueses llevan en la sangre, demostrando que conocen su materia prima, sus uvas, su terruño y su clima; saben cuando y como utilizar la uva para agregar sabores y aromas más delicados, tal vez para añadir notas a frutos pasificados o simplemente enriquecer acidez y cuerpo, crear el blend ideal para obtener un vino redondo y bien logrado.

Foto cortesía de Wines of Portugal

Vinho Verde, corazón portugués

El vino verde es el modelo de vino blanco portugués por excelencia. Contando con una Denominación de Origen, es una mezcla entre uva Loureiro, llena de estructura y frescura, combinada con las finas notas de la uva Trajadura, la cual suaviza y redondea el vino. Es ideal para maridar con mariscos o simplemente tomarlo como aperitivo.

De Duoro a Alentejo, de tintos a tintos

Douro es una región en Portugal que cuenta con Denominación de Origen Controlada, una de las regiones más importantes del país ya que de ahí salen los mejores vinos tintos portugueses. También se le llama así a un blend conformado por las uvas Touriga Franca, Tinta Roriz y Touriga Nacional. La Tinta Roriz, conocida de igual forma como Aragonez en la región de Alentejo, donde toma un gran protagonismo, es sinónimo de la uva Tempranillo en España, aunque claro, con un perfil particularmente portugués sabores a frutos negros y aromas especiados.

Una de las razones por las que estas mezclas existen es debido a la complejidad que radica en la extensa variedad de uvas. Debido a la riqueza en biodiversidad, terruño, climas y paisajes de Portugal. Lo cual logra distinciones dentro de los perfiles organolépticos de las uvas dependiendo la región en que se cultiven.

Foto cortesía de Wines of Portugal

Un maridaje muy mexicano

Los vinos tintos portugueses se adecuan al paladar mexicano. Ligeramente cárnicos con buena acidez y astringencia, pero sin llegar a ser aquellos modelos españoles y franceses que no puedes tomar sin tener un platillo a lado. Los tintos portugueses son aquellos que se disfrutan por tener gamas florales aromáticas, frutos rojos y negros en boca, además de una gran permanencia en retrogusto

Te recomiendo probar algún Alvarinho o Vinho Verde con platillos del mar, pastas cremosas, sopas de mejillones o unos ricos ostiones. Los tintos portugueses son ideales para las fiestas decembrinas, perfectos para maridar con platillos grasos y de larga cocción. Pierna de cerdo, pavo, pato, cochinita, un buen corte de res. Déjate sorprender con los vinos de Portugal ¡un mundo diferente y lleno de sorpresas gratas al paladar!

Foto cortesía de Wines of Portugal

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