Sabor es Polanco
Sabor es Polanco

Si alguien cuestionaba el enorme peso que tiene la gastronomía en esta ciudad capital, la concurrencia de 6,000 personas al festival de dos días «Sabor es Polanco», cuyo precio de acceso es alto, es una evidencia sólida que ha de eliminar cualquier duda.

En números, los expositores presentes en el Campo Marte fueron alrededor de 200, entre restaurantes, elaboradores e importadores de vino y destilados, productores agropecuarios y cerveceros artesanales; así como una suficiente oferta de cafés, tés, postres diversos y puros.

¿Y cuál es el enfoque principal? Sin duda, la comida. El número de restaurantes fue de más de 50, algunos allende la zona de Polanco, algunos que son muestra del refinamiento y creatividad que podemos disfrutar en esta sibarítica época (como Lipp Brasserie, Nudo Negro y Raíz), otros con platillos totalmente convencionales (léase tacos al pastor y ceviches). Además, se tuvo una interesante muestra queretana, de la que sobresalieron el pollo al cuñete y el mole con chapulines de El Pastorcito.

El tipo de preparación más popular fue la proteína animal al carbón, un favoritismo seguramente derivado del ritual de nuestros ancestros cuando capturaban y cocinaban una pieza de cacería. Hubo varios oferentes: Fogo de Châo, Nexo, Sonora Grill Prime y Rubaiyat tuvieron las filas más largas, siendo todos superados por Don Abel, cuyo jabalí entero levantó expectativas horas antes de llegar a su término; sobra decir que sólo una parte de los asistentes, dotados de harta paciencia, pudieron disfrutarlo.

Sabor es Polanco Restaurante Estoril
Sabor es Polanco Restaurante Estoril

Además de los asados, el formato elegido por los restaurantes consistió en ofrecer de dos a cuatro preparaciones, en evidente tamaño de bocado y pinchos; es decir, por la tremenda cantidad a probar, es obvio que las porciones no deberían ser grandes. Aún así, no hay posibilidad alguna de que las cinco horas que duró el festival alcanzaran para que el mortal promedio probara ni, lejanamente, la mitad de la oferta; y por si esto no fuera suficiente, los restaurantes del Camino Real: Morimoto, Beef Bar y China Grill, se retiraron una hora antes del horario de finalización.

Y es en este punto que merece la pena hablar de la relación calidad-precio: ¿Es cara la entrada? Los boletos costaron $1,140 comprados en Ticketmaster y $930 en taquilla. Tomando en cuenta la cantidad y calidad (al menos en su mayoría) de comida y bebida, la primera respuesta es que no; pero como el tiempo asignado alcanza sólo para probar algo así como una sexta parte de la oferta, considero que el precio es un tanto caro, entendiendo caro como algo cuya relación calidad-precio es reducida. ¿Entonces, vale la pena asistir? Sin menoscabo de lo anterior, digo que sí. La calidad de los vinos y destilados compensa esta parte.

Entre estos, debo destacar a tres expositores: los vinos de La Rioja, expuestos en un pabellón ad-hoc, un remanso en medio de la multitud, con sombra y sillones; la vasta área de La Europea, que reunió a muchos de sus proveedores en la cancha de frontón del Campo; y los destilados de la importadora Marinter.

Sabor es Polanco Jamón
Sabor es Polanco Jamón

Así, la oferta de vinos riojanos fue amplia y de calidad: en muy pocas muestras se ofrecen vinos de la altura de Remírez de Ganuza, uno de los mejores elaboradores de la región; La Europea se molestó en reclutar al único champagne que hubo en todo el festival, Taittinger rosé; y Marinter puso a disposición whiskys de alta gama, como el excelso Tomatin de 18 años (¡no dejes que el nombre te prejuicie!).

Además, en cuanto a vino se refiere, estuvieron presentes, entre otros: Bodegas de Santo Tomás; La Naval, con vinos portugueses y españoles; Don Leo, vinos de alta calidad de Coahuila; Cava Aragón, con sus etiquetas Madera 5, de diversos valles de la zona de Ensenada; Tierra Adentro, de Zacatecas; la veterana Casa Madero y la pequeña productora Salto de Fe, cuyos vinos son mimados, en su etapa de crianza en barricas, con música (Tono 8) y letras escritas sobre ellas (Grapho); de Querétaro, la mejor opción fue la provista por Bodegas de Cote, con su excelente merlot.

Entre los destilados ofrecidos, quiero destacar a una importadora de reciente creación, Pangea, que ofreció rones únicos en México, elaborados y puestos inicialmente en barricas americanas en el Caribe, y terminados en Francia en barricas francesas; así como a los mezcales 7 Misterios, Wahaka y Sabios de Luá, el bourbon de Kentucky Maker´s Mark, el ya icónico ron Zacapa, y el cognac Hennessy VS, enfocado en esta ocasión a la coctelería.

Sabor es Polanco Tesis Té
Sabor es Polanco Tesis Té

En cuanto a los cerveceros artesanales, estuvieron presentes Alebrije, Allende, Regina, El Portal y Flaco Cara de Perro; y en cuanto a tés, el proyecto Tesis ofreció una variedad de pociones, algunas infusionadas con hebras traídas de las montañas de China, otras más combinando éstas con hierbas, flores y frutas mexicanas.

Concluyendo, un evento gastronómico muy masivo en el que la selectividad previa se recomienda para optimar la inversión individual en el placer. ¡Salud!

Fotografías cortesía

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