Por Heli Galván
La totoaba, también conocida como Corvina blanca, es una especie endémica del golfo de California, que ha sido víctima de la sobrepesca y explotación indiscriminada, hasta llegar a la lista de especies en peligro de extinción. Gracias a los esfuerzos de diferentes organizaciones, en la actualidad es posible consumir y comprarla de criaderos, que siguen medidas de sustentabilidad.
Para la gastronomía es un pescado de carne blanca ideal para diferentes métodos de cocción, desde el vapor, la plancha o incluso crudo, al estilo oriental.

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Santomar y la Totoaba
Santomar, es una empresa que apuesta por la acuacultura regenerativa de especies marinas, con proyectos como: viveros sumergibles, liberación controlada de totoabas a mar abierto y la reintroducción de la especie en el mercado mexicano. Además de contar con otras especies como huachinango y ostiones sol azul, destacando por sus métodos de pesca responsable y sustentable.

Su totoaba, dicho por ellos, es la única manera legal de consumirla y comprarla en el país. Cuentan con un código QR de cada ejemplar, mediante el que se puede conocer la trazabilidad de cada animal, asegurando un consumo seguro y dentro de la ley.
Experiencia Totoaba Santomar
Santomar en una campaña por expandir y dar a conocer el consumo responsable de la totoaba, presentó un menú con diferentes platillos que muestran la versatilidad que ofrece dicha especie en la gastronomía; desde tiras rebozadas, en tartar, sashimi y tataki. Una pequeña muestra de la riqueza tanto de sabor y presentación que nos puede ofrecer.



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¿Dónde encontrarlo?
Pablo Konietzko, el director ejecutivo de Santomar, nos comentó que el mercado nacional de la totoaba se ha ido regulando durante los últimos años y la siguiente meta es lograr exportarla al extranjero. Por lo pronto, para adquirirla las alternativas son sitios como: H.E.B e Ingredienta o directamente en Santomar.

Con un consumo responsable y legal de las especies, podemos seguir disfrutando de las riquezas que nos da la tierra y fomentar el interés por nuestros productos autóctonos.
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