Sorprendentemente, México es el productor de vino más antiguo del continente americano.
La principal región vinícola es Baja California, que produce el 87% del vino mexicano, sin embargo, podemos encontrar muy buenos vinos en otros estados como Coahuila, donde se encuentra Casa Madero, la bodega más antigua de todo el continente americano.
La historia
Todo comenzó en 1568 de forma casi accidental, cuando los primeros exploradores españoles en lugar de encontrar oro en el desierto descubrieron un oasis con manantiales de agua y vides silvestres, lugar que hoy conocemos como Valle de Parras, en Coahuila.
En este inusual paraíso, los jesuitas decidieron establecer la Misión de Santa María de las Parras y cultivar las vides con las que se elaboró el primer vino mexicano, en el año 1594.
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Fue Don Lorenzo García quien fundó la Hacienda San Lorenzo, uno de los pobladores originales, que reconociendo las bondades que ofrecía este valle, logró establecer la paz con los nativos y se reubicó ocho kilómetros al norte en otro manantial de agua. Viviendo ya en el lugar, solicitó a Felipe II Rey de España, una “Merced” o dotación de tierras.
Los vinos de Casa Madero nacieron en un sueño y se hicieron realidad con el trabajo constante, son vinos que capturan la historia de una bodega, de un país, y de las cientos de personas que se esforzaron por transformar un pequeño oasis natural en un paraíso enorme. Junto al clima y variedades de uvas, son la mezcla perfecta que nos conquista con sus sabores y sus aromas.
Casa Madero, 420 Años De Evolución Y Compromiso
Viñedos y uvas
Los viñedos de Casa Madero poseen una vasta historia y belleza hechizante. Las verdes hileras de las vides llenan de color a las enormes hectáreas, que se pierden en el horizonte con una árida cadena montañosa, que a lo largo del día cambia sus colores entre grisáceos, ocre y un suave anaranjado.
En Casa Madero, la famosa productora de vinos mexicanos reconocidos a nivel mundial, cultivaron sus primeras vides en 1568, y hasta la fecha cosechan distintas distintas variedades de uvas, como la Cabernet Sauvignon, Shiraz, Merlot, Chenin Blanc y Chardonnay. Sus sabores llenan el paladar de sensaciones y recuerdos, que nos atrapan con el romanticismo del casco de la hacienda.
La Cabernet Sauvignon es una de las uvas tintas más conocidas en el planeta. Es una variedad que se adapta a diversos suelos, climas y latitudes. Se reconoce por su tono rojo intenso, así como por sus aromas frutales, florales y herbales, los cuales se vuelven más complejos con la crianza, por lo que con ella se crean vinos de gran expresión que retan al paladar.
Cabernet en Casa Grande
El Casa Grande Cabernet Sauvignon se marida excelente con mole y adobos, así como con lasaña, quesos semimaduros, carnes frías y filete mignon, pero también con postres con chocolate semiamargo.
En tanto, su vino blanco Casa Grande Chardonnay acompaña a las carnes blancas y salsas cremosas, así como chiles en nogada, sopa de cebolla y pavo relleno con frutos secos.
Su vino tinto Shiraz es ideal para maridar con platillos complejos, adobados y moles afrutados, así como el magret de pato, filete en salsa de champiñones, ternera con salsa de ciruela y enfrijoladas; así como el Cabernet Sauvignon, y el gran reserva.
La sabiduría se puede beber y la bodega más antigua de América lo sabe desde hace siglos. Casa Madero es indudablemente referencia global: un espacio mágico que combina tradición y visión, por un futuro que pareciera resumir en sorbos de fortaleza vinícola la historia de América y su gente.