LOS BEST VALUE Y EL PARADIGMA DEL PRECIO

Llega la cuesta de enero con un cierre económico que de acuerdo a Francisco Coll Morales, publicado en Forbes.com el 2 de enero de 2020, comenta: ¨La situación para la economía mexicana es, como poco, compleja. De acuerdo con los pronósticos, el cierre del año podría ser peor de lo esperado. Una situación que podría alargarse al comienzo del año, provocando una recesión en el país. De acuerdo con los pronósticos de final de año, la economía mexicana cerrará el ejercicio con un crecimiento que oscilara entre el decremento (-0,2%) y el muy leve crecimiento (0,2%). Un crecimiento que, de acuerdo con los pronósticos, podría llevar a que ésta comience el 2020 con una recesión técnica, registrando contracciones en el PIB¨.

Este conjunto de características de índole social, económica y política generan grave afectación en muchas industrias, muy en especial, en la de turismo tanto nacional como internacional.

Muchos productos relacionados con la Industria de la Hospitalidad son sensibles a esta problemática, dentro de los que podemos citar al vino.

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En este sentido, el vino todavía es considerado como un producto de lujo y caro, aunado a que su consumo está destinado, en específico, a las celebraciones, a las grandes ocasiones, ve afectado seriamente su desplazamiento al principio de año, en especial, de un año difícil.

No obstante, quizá estemos hablando de un paradigma generalizado que considera que el vino es un producto  caro y que para ser bueno debe tener un precio elevado.

Recordemos que la calidad es la satisfacción de las necesidades, deseos o expectativas que el consumidor tiene con respecto a un producto y el precio que está pagando por éste.

El vino, al igual que otros productos responde a este concepto de calidad y a los usos y momentos determinados de su consumo.

Es decir, el precio, no es el único indicador de calidad que el consumidor debe valorar.

Desde finales de los años setenta, en un contexto internacional, destaca el renacimiento de los Vinos del Nuevo Mundo, los cuales se distinguen por diferentes condiciones de producción, mismos que se reflejan en distintos estilos de vino, focalizados en muchas ocasiones en una producción de volumen y con una apreciación como de ¨fácil beber¨.

Muchos de los Vinos de Nuevo Mundo están destinados a un consumo inmediato, ideales para un público poco conocedor, que se inicia en el mundo enológico y representa una opción interesante para los paladares más exigentes, ya que pueden acompañar diversos platos ligeros y son, también en general, ideales como aperitivos.  Están, por lo tanto, en sintonía con el estilo de vida de los consumidores actuales que desean que el vino que compran esté listo para beberse y que no requiera de la guarda para evolucionar y alcanzar su mejor punto, además de sumar disponibilidad, porque su elaboración permite la producción de volumen y accesibilidad en cuanto a precio, dado que existe una menor inversión en proceso, insumos y tiempo por parte del productor sin merma de calidad.

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De acuerdo al estudio presentado por ICEX en 2018, el lugar de consumo de vino en México varía si se analiza en términos de valor o volumen. En valor, el 63% del vino se consume en el canal HORECA (principalmente en restaurantes). Sin embargo, en términos de volumen, el 66,5% del vino se adquiere dentro de la Gran Distribución. 

Los vinos que mayor porcentaje de venta obtienen son aquellos que se sitúan en un rango de precio medio (entre 65 y 140 pesos). No ocurre así con los vinos espumosos, ya que los de gama media-alta son los que más se venden. 

Los vinos de calidad y precios accesibles son una opción idónea para incrementar la cultura del vino e incentivar el consumo moderado y responsable, pero consistente y sistemático que, a la postre, bajo estas carácterísticas, no solo es disfrutable, sino benéfico para la salud, en términos de prevención.

La cuesta de enero da oportunidad a estos vinos y al consumidor el no abandonar este hábito delicioso.  Los vinos de producción masiva o vinos de volumen, existentes en México, que reúnen el binomio ideal: calidad-precio, son estupendos para el consumo diario, armonizan cn la cocina casera mexicana, son un complemento natural para acompañar los alimentos que, por su precio, están al alcance de mayores segmentos de mercado.  Por último y fundamental, al incrementar el consumo per cápita, favorecen a una industria en franco crecimiento que incide en factores económicos y de empleo de nuestro país.

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