Este estado, ubicado en el oriente del país, es uno de los más visitados por el turismo internacional y nacional, debido a las bellezas naturales que alberga y a sus playas llenas de colorido. Si a estos atributos se suma la bonhomía de sus habitantes y un variado mosaico gastronómico que abarca tanto las tendencias más modernas como una cocina tradicional, el placer del viaje está garantizado.

Cancún y la Riviera Maya son, con mucho, los espacios más conocidos. La amplia oferta hotelera y restaurantera han sido un polo de atracción para el viajante que busca el confort, la aventura gastronómica, la diversión y el deleite teniendo como escenario los prodigios del Mar Caribe y relativamente cerca los vestigios de la cultura maya, como se puede observar en la zona arqueológica de Tulum. Sin embargo, Quintana Roo cuenta con diversos destinos, llenos de cultura, historia, selva, mar y una cocina abundante, además de los atractivos que ofrece el parque temático Xcaret.

A algunos de esos lugares se dirigió la cuarta Ruta de Aromas y Sabores que encabezó la chef Patricia Quintana, quien junto con un grupo de periodistas, cocineros y tour-operadores indagaron sobre las tradiciones coquinarias de esta región del país, influenciada por su herencia maya que se ha combinado, a lo largo del tiempo, con las tradiciones mestizas, españolas, caribeñas, y de un gran número de migrantes.

Su colindancia con Campeche y yucatán hacen muy semejante sus cocinas, con las que comparten especialidades como la cochinita pibil, los tamales colados, la salsa xnipec, el empleo de abundantes recados, el queso relleno, el pollo pibil, los encurtidos, el siquilpac, el atole de maíz nuevo, el chulibul, entre una larga lista de platillos tradicionales. El comercio internacional, también ha sido factor en la conformación de esta cultura gastronómica, por ejemplo, los barcos que llegaban desde Europa al puerto de Chetumal llevaban consigo productos como el queso holandés que desde hace tiempo se ha incorporado a muchos platos representativos de la región, el más conocido es quizá el queso relleno.

MAjAHUAL. A 145 km al noroeste de Chetumal, esta playa es una muestra clara del vigor por atraer al paseante a través de una diversa muestra culinaria basada en productos de la región, como el pez león, ya sea empanizado o relleno de mariscos con salsa de chile de árbol, fajitas de mero con pimientos y cebollas, arroz batido con flor de calabaza, rollos de alga marina, boquinete (pescado de aguas caribeñas) con crema y camarones rebozados a los tres quesos.

COzUMEL. Esta isla —la tercera más grande del país— se encuentra a 50 km de Cancún; en maya significa “tierra de las golondrinas” y es un destino casi obligado para los visitantes del Caribe mexicano, que deben abordar el transbordador desde Playa del Carmen. Una vez llegado ahí, es imperdible visitar Punta Sur, reserva ecológica cuyo objetivo es el rescate y conservación de la flora y fauna de la zona. Cerca de ahí se localiza el faro Celerain, cuya vista desde las alturas e espectacular. Cozumel cuenta con una amplia infraestructura hotelera y con múltiples restaurantes con una muy variada gama de alternativas que van desde ceviches de caracol al mojo de ajo o de pez león; asimismo se pueden disfrutar de las empanadas mayas, elaboradas con masa de maíz mezclada con chaya y rellenas de carne, queso o pescado; boquinetes fritos, junto con los pimitos (pequeños sopes fritos en manteca), frijoles machacados y refritos con manteca y el ixcochin (pescado entomatado), antojitos que es menester probar. La oferta culinaria puede continuar con un ceviche de langosta, ensalada de cangrejo, pez león en costra de pepita de calabaza con salsa de aguacate, y para endulzar la boca, nada como un helado de coco.

HOLBOx. Otra atractiva isla del Caribe, a la cual primero hay que viajar por cerca de dos horas desde Cancún para llegar al pueblo de Chiquilá desde donde se toma el ferry para arribar a este encantador destino. Una vez ahí, los traslados se realizan en carritos de golf que hacen las veces de taxi, o bien en motonetas y bicicletas. Existen diferentes hoteles boutique, como Las Nubes o Casa Bárbara, con decorados muy acordes al lugar, es decir, tratando de respetar el entorno natural. Para llegar al mar, prácticamente sólo hay que caminar unos cuantos pasos y la inmensidad acuática de impresionantes tonos azules colmará de gozo a quienes la contemplen.

Esta isla también tiene fama porque de mayo a agosto arriban a sus playas decenas de tiburones ballena. En esas fechas la afluencia de visitantes se incrementa y los paseos en lancha para admirar a estas especies son abundantes.

Al recorrer esas calles sin pavimentar de Holbox, uno se puede encontrar con discretos bares, antojerías, o restaurantes que colmarán el apetito con una mezcla de sabores propios de la región o con preparaciones llegadas ahí recientemente, tal es el caso de la pizza de langosta que se prepara en el restaurante Edelín y que cada vez cobra más fama. El restaurante ¡Viva zapata! es una buena alternativa para disfrutar de suculentos pescados a las brasas envueltos en hojas de plátano con recado rojo, al estilo tikinxic (con achiote), caldo makum (hecho con 4 variedades: sardina, mero, cherna y robalo en un sofrito de jitomate con ajo y orégano), lisa a las brasas con chaya. Por su parte, La Conquista ofrece suculentas empanadas de mantarraya, cazón, langosta y queso de bola, fritas en aceite de oliva y acompañadas de chile habanero, cebolla morada encurtida y salsa de tomate verde. La característica de estas empanadas es que se cuecen a dos fuegos: primero son fritas a fuego lento y posteriormente se pasan a otra sartén a una temperatura más elevada, con el objetivo de lograr un sabor único y una consistencia crujiente. Por las calles es también común observar carritos donde se preparan tortas de cochinita pibil, lechón en escabeche o relleno negro.

TULUM. Esta majestuosa zona arqueológica se localiza a 128 km al sur de Cancún. Las pinturas murales que se encuentran en las construcciones denominadas El Castillo y el Templo permanecen en muy buen estado de conservación.

Estudios arqueológicos recientes señalan que existe evidencia para afirmar que Tulum fue una de las principales ciudades mayas de los siglos XIII y XIV; su ubicación la convirtió en paso obligado para cualquier ruta comercial y para la explotación de los recursos marítimos de la costa de lo que actualmente es Quintana Roo. Se afirma también que Tulum funcionó políticamente como asentamiento independiente del dominio de otras provincias hasta la llegada de los españoles, cuando fue definitivamente abandonado.

 

Fotografías Claudio Pellettieri

ESCRITO POR Julio Chávez

jchavez@saborearte.com.mx

 

 

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