Una de las festividades que más nos ha marcado últimamente en el contexto internacional es la fiesta de Día de Muertos que celebramos a principios del mes de noviembre de cada año. Es interesante pensar que esta conmemoración a nuestros ancestros es uno de los rasgos que culturalmente nos identifica más como mexicanos.

Lo  cierto es que diversas culturas alrededor del mundo recuerdan a sus antepasados de alguna manera  e incluso con celebraciones similares a la nuestra. Y es que pensar en lo que sucede después de nuestra muerte es inherente a los humanos y a muchas ideologías sin importar el lugar de origen.

Hoy decidimos acercarnos a una de las tradiciones que presenta diversas similitudes con nuestra celebración del Día de Muertos a través del texto “Pan de muerto y comida fría: un estudio comparativo entre el Día de los Muertos y el festival Qingming”  de la académica Daniela Murillo Castro. Así exploraremos a una de las civilizaciones más antiguas que curiosamente conmemora a sus muertos año con año de una manera muy similar a la que lo hacemos nosotros.

Con gran apego al texto de Murillo desarrollaremos esta nota que en realidad se parece más a una reseña del estudio que esta autora propone. 

En este artículo Murillo nos propone cómo entender las festividades relacionadas con los eventos marcados por las dimensiones de vida y muerte. De hecho, es muy puntual al referirse cuál es la función en la sociedad de este tipo de celebraciones y, con apego a Durkheim sugiere comprenderlos como una representación de las relaciones invisibles entre el hombre y las leyes de la naturaleza. Se trata de festejos que no sólo están relacionados íntimamente a las prácticas alimentarias sino que también, refuerzan las estructuras sociales al desenvolverse como eventualidades que nos hacen vivir aunque sea por un momento un cierto desapego del cotidiano vivir en comunidad.

Vuelve a leer después: Dulces altares, las golosinas de nuestros muertos

¿Por qué estudiar estas dos culturas?

Murillo menciona que el motivo que despertó la curiosidad por ahondar más en las similitudes y diferencias entre está festividad y la que se lleva a cabo en China fue el lanzamiento del filme animado de Disney, Coco (2017) luego del cual, la mirada del mundo se centró en la expresión de la cultura mexicana en la festividad del Día de los Muertos y que, a partir de ello se vivió una intensa expansión de la cultura a través de la difusión de imágenes de altares, ofrendas con comida, salidas a los cementerios para limpiar tumbas, etcétera. Fue así que poco a poco desde distintas locaciones del globo se fueron encontrando asociaciones o paralelos con la celebración de esta festividad al grado tal que, en China se vivió un fenómeno: la taquilla fue mayor que en Estados Unidos y se mantuvo por 2 semanas más de lo esperado la transmisión de esta producción cinematográfica. 

A continuación un pequeño contexto de ambas celebraciones.

Día de muertos en México

Imagen de Darvin Santos en Pixabay
Imagen de Darvin Santos en Pixabay

Si bien pareciera de sobra hablar de este día en México nunca está demás seguir informándonos al respecto, ya que en ocasiones alcanzamos a comprender algunos aspectos que antes no lo habíamos hecho. Al menos debemos recordar que esta tradición mexicana se asocia al calendario litúrgico católico y por ello se lleva a cabo en los meses de octubre y noviembre, que es cuando encuentra lugar la celebración de Todos los Santos. En nuestro caso la celebración del Día de los Muertos es un gran motivo de alegría pues en ella los muertos vuelven a visitar el mundo de los vivos aunque sea por un solo día cada año, para compartir los alimentos y estar con sus familiares. 

Muchas de los elementos que son identitarios de esta festividad se remiten al uso de calaveras ya sea en pequeñas golosinas de azúcar, en el simbolismo en el pan de muerto, en las vestimentas de las Catrinas o hasta en motivos literarios o versos conocidos como “las calaveritas”.

Así también cobran importancia las ofrendas que son montadas directamente en los cementerios o bien en los altares en nuestras casas. Alrededor de ésta giran distintos rituales de los que vale la pena hacer mención: la puesta  y el levantamiento, los niveles de la misma, los alimentos puestos en ella y su consecuente pérdida de sabor después de que los muertos nos visitan; así como todos los simbolismos que éstas conllevan se convierten en una de las situaciones elementales a considerar en esta celebración. Tan sólo basta en pensar en los significados que tienen cada uno de los elementos en estas ofrendas como por ejemplo las flores, el papel picado, las velas, la sal, el agua, el incienso y hasta las fotografías. Se trata de un festejo en donde hay muchos colores, luces, música y hasta los alimentos favoritos de quienes se fueron antes de esta vida y, quienes nos quedamos, hemos de darles lo mejor aunque sea por solo una noche. 

¿Quieres saber más sobre los significados de los elementos presentes en las ofrendas? Entonces lee también: Invitación abierta a ustedes, los que se adelantaron

Festival de Qingming

Qingming significa brillo claro. Se trata de una fecha que conmemora un término solar, es decir, el calendario chino se divide en 24 etapas o términos, y Qingming es uno de ellos. A cada término se le asocia con cambios de clima pero también con cambio de hábitos y costumbres alimentarias, y ocurre alrededor del 5 de abril de nuestro calendario. Se trata de una época en donde la temperatura va en aumento y los días son más largos. Curiosamente este festival está muy próximo a otra festividad llamada el Festival de Hanshi, por lo que ahora se conjugan ambas celebraciones dando origen a un festejo más complejo. El Festival de Hanshi, se conoce también como festival de comida fría y proviene de una leyenda trágica.

Imagen de Amazing World Taste en Pixabay

La leyenda de Jie Zitui

Jie Zitui era un sirviente fiel del príncipe Chong’er quién estuvo en el exilio por años. Este fiel sirviente con el afán de cuidar y proteger a su Señor, en alguna ocasión hasta le preparó una sopa con su pierna para nutrirlo luego de estar en un estado muy débil. Cuentan que cuando el príncipe regresó del exilio se encargó de recompensar a todos los sirvientes que le fueron fieles durante la dura etapa. No obstante, por alguna causa y sin el afán de dañarlo, se olvidó por completo de Jie Zitui.  Luego de los esfuerzos no recompensados, el sirviente se desilusionó tanto de su señor que, orgulloso y sin reclamar la recompensa al príncipe, se retiró al bosque a vivir en compañía de su madre. 

Luego de un tiempo el príncipe cayó en cuenta de la falta que había cometido al no haber reconocido el sacrificio de Jie Zitui por lo que pronto encargó la búsqueda de su sirviente. Luego de intentarlo sin obtener éxito Chong’er mandó quemar el bosque en el que se había enterado que vivía Jie Zitui, con la gran esperanza de que el sirviente volviera con él, huyendo de las llamas de aquel incendio. Así fue que el sirviente y su madre murieron a causa del incendio. El príncipe desconsolado estableció el festival de comida fría que implicaba el nulo uso de fuego y calor y, por ende, todos los pobladores debían comer únicamente alimentos fríos durante esa temporada. Y es que como bien lo menciona Murillo:

“La explicación que sobrevivió y que las personas toman en cuenta cuando celebran estos festivales, ya sea fiel a los orígenes o con transformaciones creadas con el tiempo, es la que da forma al significado de la celebración hasta el presente” (2007, p. 237)

Particularidades del festival de Qingming

Durante el festival de Qingming la limpieza de las tumbas de los antepasados es un primer paso. Luego se lleva vino y comida a las tumbas para compartir con los seres que ya fallecieron. La comida que se lleva a los cementerios se trata de comida fría y principalmente se trata de algún platillo de carne de sacrificio que preferiblemente sea cordero, algo de vino de arroz (sake) y un atol -así, sin “e”- de cebada dulce. Además tampoco se consumen alimentos suntuosos con la creencia de evitar visitantes fantasmales no deseados en las tumbas de los ancestros. Otro de los alimentos muy presentes en estas ofrendas es el Qingtuan, que son bolitas de arroz glutinoso mezclado con pasto de cebada  que se rellenan de una diversidad de ingredientes. 

Qingtuan, traditional Chinese food of the Qingming festival. Disponible en: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Qingtuan_1.jpg

Como parte de los rituales que conlleva esta celebración se hace la quema de árboles de dinero (ramas de bambú con papel moneda), con el objetivo de mostrar piedad filial con los que ya no están en este mundo, es decir,  se cree que de esta manera los vivos le pueden enviar dinero a los que ya perecieron para con que con ello, puedan hacer pagos que requieran en el más allá y con eso puedan vivir más cómodos. Así es como los vivos son responsables por la comodidad y el bienestar de los muertos.

Quizás una de las características más importantes que tiene este festival es el grado de solemnidad con que se lleva a cabo, así como el enaltecimiento de lo espiritual que conlleva un ritual para quienes ya no están en este mundo. En otras palabras, se piensa que inclusive cuando ya no se está en este mundo, cualquier persona nunca deja de pertenecer a su familia. 

Qingming Festival, Chonghe Dong Cemetery, Kolkata Disponible en: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Chonghe_Dong_Cemetery,_Qingming_Festival_1.jpg

Una de las partes más puntuales del texto de Murillo es la que nos recuerda cómo es que la cultura china reconoce lo que sucede después de que se deja este mundo, y no solamente se refiere a la existencia de un alma que puede viajar a otra vida, sino a la conexión familiar que reconoce que se pertenece a un núcleo familiar aún después de la muerte y que plaga toda una filosofía que da origen a esta festividad:

«Los vivos, por lo mismo, están bastante conectados con el mundo de los muertos, y los muertos nunca abandonan realmente el mundo de los vivos. Además, la vida de los vivos es una continuación de la vida de los muertos, quienes construyeron el camino para las nuevas generaciones. Por tanto, el regalo de la vida debe ser venerado permanentemente. Al pertenecer todavía de alguna manera al mundo de los vivos, y al tener una asociación con el poder supremo del cielo se puede pedir a los antepasados protección y bendiciones. Por el contrario, descuidarlos puede terminar tanto en catástrofes para la familia como para el alma en el más allá» (2007, p. 243). 

Continúa con: Pan de muerto: un regalo de la Colonia

Paralelismos de muerte y vida

Calaveritas Imagen de Andy Giraud en Pixabay

De manera general podemos decir que estos dos festejos tienen un cúmulo de similitudes y diferencias pero aquí resaltamos las siguientes:

Similitudes

  • En ambas culturas los muertos visitan el mundo de los vivos, donde los recuerdan y cuidan bien.
  • Se ofrece lo mejor que se tiene a los muertos.
  • Hay gran sentido de servicio y un afán de piedad con quienes no están (que quizás da más alivio a  los vivos que a los muertos).
  • Ofrendas tienen sentido dual ya que no sólo son un ofrecimiento para los difuntos sino que también son un símbolo de prosperidad de las sociedades agrarias.
  • Los muertos siguen siendo partes dinámicas familiares que son, igual o hasta más poderosas que las de los vivos (pueden ofrecer protección o castigo dependiendo del trato que se les dé)
  • Existe la limpieza de tumbas, lo que nos recuerda la importancia del cuerpo físico aún después de la muerte.

Diferencias

  • Qingming es una celebración solemne y silenciosa; el Día de Muertos es colorido lleno de estímulos visuales, exaltación, festejo; colorido y sonoro. 
  • Mientras que Qingming forma parte del calendario solar, el Día de Muertos es una celebración fundamentalmente con vínculos de identidad nacional y religiosa.
  • Día de Muertos es un evento hasta con fines turísticos, mientras que Qingming está muy reservado a lo local.
  • Los simbolismos de ambas celebraciones tienen significados muy particulares en cada una de las culturas que no pueden equipararse. 

Interesante sería saber cómo es que se han conjugado estas dos festividades en alguna escenarios o cómo es que se han incorporado algunos elementos de una festividad en otra dependiendo el país y la disposición de recursos con la que se cuente. Esta es una de las conclusiones de la autora, quien puntualiza en ese vacío en la literatura o área de oportunidad para futuras investigaciones. 

Si quieres profundizar más en el texto sobre esta celebración te invitamos a que leas completo el artículo del que parte esta nota y te adentres más en el entendimiento de las culturas alimentarias que de alguna manera u otra tienen similitudes con la nuestra.

Quizás te interese seguir con: Cempasúchil: el camino de las almas

Bibliografía:

Murillo Castro, D. (2007) “Pan de muerto y comida fría: un estudio comparativo entre el Día de los Muertos y el festival Qingming” en: Los chinos de ultramar: sabor, cultura alimentaria y prácticas culinarias, editado por Campos Rico y Martínez Esquivel. Editorial Palabra de Clío, “El Pacífico, un Mar de Historia”, México, pp. 233-249.

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