Con el paso del tiempo la tierra, los cultivos, las raíces, todo va cambiando. Es inevitable la aparición de consecuencias ante tantos años de contaminación en el aire y en nuestro suelo. La leche que tomaban nuestros abuelos no es la misma que ahora tomarán las nuevas generaciones. Es por esto que hoy en día hay tantas alergias o intolerancias a alimentos que se han consumido por milenios. Por lo mismo, la búsqueda inagotable de ingerir alimentos buenos para la salud.

Foto tomada de https://www.sozcu.com.tr/2016/saglik/probiyotik-besinlerin-9-faydasi-1505776/

Alimentos fermentados 

Seguramente han escuchado hablar de los alimentos fermentados o probióticos. ¿Son lo mismo? No. La técnica del fermentado ha existido desde tiempos remotos. Desde culturas antiguas se ha descubierto que el proceso de fermentación ayuda a conservar los alimentos, así como darles sabor y textura. Pero, ¿por qué se han puesto tanto en boga? Aunque no ha sido científicamente comprobado en su totalidad, médicos y científicos del mundo aseguran que el consumo de cultivos vivos son benéficos para la salud.

Sin embargo, no todos los alimentos que pasan por una fermentación siguen manteniendo microorganismos vivos (aunque tampoco significa que todo alimento que tenga bacterias tangentes sean probióticos). El pan de masa madre es un ejemplo perfecto. La masa madre es un organismo que para funcionar necesita de organismos vivos: la levadura. No obstante, en el proceso del horneado, por la alta temperatura, estos organismos van muriendo dejando como resultado un producto fermentado más no con cualidades probióticas. Con la cerveza y el vino sucede algo similar, el resultado final jamás mantendrá la bacteria viva. 

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Foto tomada de https://bienestarenfamilia.com/author/erika/page/4/

Entonces… ¿qué es un probiótico?

Para que un fermento se mantenga en la categoría de probiótico debe de cumplir con ciertas características:

  1. Permanecer vivos en el producto y al pasar por el tránsito gastrointestinal.
  2. Adherirse a la mucosa intestinal. 
  3. Emitir sustancias antimicrobianas, como los antibióticos, diseñados para eliminar a las bacterias malas.
  4. Tener verificación mediante estudios científicos sobre los efectos saludables para las personas.

A pesar de que el último requisito sea muy importante, muchos de estos productos no tienen el respaldo suficiente.

Los principales de los posibles beneficios son que favorecen de manera considerable el funcionamiento del tracto digestivo al mejorar la flora intestinal y ayudar a todo el aparato en general. Con un consumo continuo y dosis adecuadas, ocasiona una ayuda holística al bienestar del funcionamiento del cuerpo humano. La higiene también es de suma importancia. La mayoría de estos productos son cultivados de forma casera, lo cual da lugar a que existan ciertos riesgos que provoquen resultados adversos y contrarios si no se toman las medidas adecuadas.

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¿Qué tipo de alimentos fungen como probióticos?

Existen una gran variedad: búlgaros de leche o tibicos de agua –mejor conocidos como kéfir de leche y de agua respectivamente–, kombucha, kimchi, chucrut, entre otros. Nosotros les daremos una brevísima explicación de los anteriores. 

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Kefir de leche

Originalmente se hace de vaca de leche, ahora existe de leche de oveja, cabra, coco, etc. Se trata de unos nódulos blancos que contienen levaduras y otras bacterias que al alimentarse con la lactosa, proliferan creando colonias de bacterias que,  con el cuidado correcto y la cantidad suficiente, son benéficos para la salud. Éstos hay que alimentarlos con leche cada 24 horas y después drenarlos para así obtener los beneficios del líquido restante. Puedes hacer varias recetas con el kéfir o bien combinarlo con tus frutas favoritas por la mañana, la variedad de nueces que más te gusten, un poco de chips de coco y tener un rico desayuno más que nutritivo y ligero.

Foto tomada de https://www.cocinadelirante.com/tips/que-son-los-bulgaros-para-que-sirven

Kefir de agua

Los tibicos de agua tienen una función similar a los de leche. La diferencia es que éstos se alimentan de azúcar morena y agua, obteniendo un resultado en el sabor del fermento mucho más avinagrado y con otras propiedades. Al igual, puedes crear varias recetas o bien tomarte un shot todas las mañanas. ¡Notarás la diferencia!

Imagen tomada de https://prokeydrinks.com/kefir-de-agua-propiedades-preparacion/

Kombucha

Este probiótico es muy especial. Se trata de colonias de microorganismos y levaduras vivas que se alimentan de té negro, azúcar y agua. El resultado es una sustancia muy avinagrada con mayor efervescencia que el kéfir de agua. Al alimentarse con infusión de té negro, se puede apreciar sabores distintos y mucho más intensos. Por el contrario, es uno de los fermentos con mayor posibilidad a contaminarse.

Foto tomada de https://cienciaybiologia.com/te-kombucha-peligroso-beneficioso/

Kimchi

Preparación coreana que consiste en el fermento de la col china a través de salmuera. La historia nos informa que desde tiempos ancestrales existía este platillo coreano, fue años después que se consumiría con chile picante. Es un producto al que se añaden chiles, jengibre, ajo y cebolla y el resultado final es un alimento cien por ciento saludable, peculiar y ¡delicioso!

Foto tomada de https://okdiario.com/recetas/que-kimchi-2526295

Chucrut

De origen alemán, es un alimento que también es a base de col pero ésta es blanca. Se sumerge en salmuera para fermentar durante días. Su sabor es exquisito aunque tiene varios adversarios que difieren al respecto. Lo mejor es hacerla en tu casa para que tu mismo decidas cuánto tiempo fermentar y así controlar el resultado deseado. Recuerda que puedes cocinarla pero perderá sus propiedades como probiótico, aún así, no perderá todos sus nutrientes (al igual que el kimchi). Así que atrévete y pruébala cruda, ¡ponte creativo!

Foto tomada de https://thepioneerwoman.com/food-and-friends/how-to-make-sauerkraut/

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La mayoría de estos alimentos se pasan de mano en mano de forma amistosa. Contribuye al mismo acto de hacer un bien por ti y compartirlo con los demás. Pregunta entre tus amigos quién podría tener un poco para regalarte y que tu mismo empieces tu fermento probiótico. Si no, siempre es de gran ayuda comprar libros especializados en fermentos. Hoy en día existe un mayor acervo de información ante la cultura del fermento. ¡Indaga más!

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