La primera capital permanente de Japón se estableció en el año 710 en Heijo, la ciudad ahora conocida como Nara. Un destino impactante, se encuentra a menos de una hora de Kioto y Osaka. Esta ciudad nos enamora con sus tesoros culturales, incluidos algunos de los templos más grandes y antiguos de Japón.
Desde la arquitectura de sus barrios preservados hasta su riqueza en artes tradicionales, y desde sus artesanías y festivales hasta el esplendor de sus varios sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta importancia histórica y cultural es evidente en toda la ciudad.
Los ciervos que viven en el Parque Nara son animales salvajes que han sido designados tesoro natural de Japón. En el parque viven aproximadamente 1.300 ciervos. Estos ciervos no están domesticados, pero los visitantes pueden alimentarlos con galletas especiales para ciervos y es toda una experiencia interactuar con ellos.
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El precioso JW Marriott Nara nos sumerge en este destino único. JW Marriott es parte de la cartera de lujo de Marriott International y consta de hermosas propiedades en ciudades de entrada y ubicaciones turísticas distintivas en todo el mundo. Estos elegantes hoteles atienden a los viajeros sofisticados y seguros de sí mismos de hoy en día, ofreciéndoles el lujo tranquilo que buscan en un ambiente cálido, auténtico y relajado, sin pretensiones.
La experiencia en JW Marriott Nara comienza desde el momento que llegamos al hotel, con el ‘Mindful arrival’ en el bello bar Flying Stag, donde una pequeña sesión de terapia romántica con aceites esenciales se apodera de nuestros sentidos y nos relaja absolutamente, conectando nuestras mentes y cuerpos con el momento, el aquí y el ahora. Listos así para descubrir los más de 1300 años de historia de la región, el equipo del hotel nos recomienda los recorridos más interesantes.
Un portal a la excelente y celebre cultura culinaria de Japón, en el hotel nos encontramos con joyas gastronómicas inolvidables. AZEKURA es un restaurante que consta de tres rincones: teppanyaki, cocina kaiseki y sushi. En su ambiente inspirado en el estilo arquitectónico de un antiguo almacén de tesoros podemos disfrutar de maravillosos ingredientes importados desde diferentes rincones de Japón y las habilidades de chefs con más de 20 años de experiencia.
En este hermoso espacio culinario tuve el placer de disfrutar del teppanyaki en su máxima expresión. Elaborada frente a mí, la cena fue un espectáculo de sabores y aromas. Disfrutamos de pescados y carnes con diferentes preparaciones y diversas presentaciones, acompañados de una serie de tipo de sal y verduras locales.
Después de disfrutar la cena nos espera el sofisticado pero relajado ambiente de The Flying Stag, un elegante pub con sofás bellamente diseñados, una chimenea y obras de arte especialmente seleccionadas. Aquí se sirve un té tradicional con un extenso menú de té y dulces de un galardonado chef pastelero con notas de música en vivo en el aire.
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Un oasis dentro de una de las ciudad turísticas más bellas de Japón, JW Marriott Nara nos sumerge en un mundo de fantasía y nos envuelve en la magia de este destino sin igual.