DARK REVELATION es el nombre de un nuevo ritual de degustación de Dom Pérignon.

Con él, pretende desvelar de una forma poco habitual la personalidad de sus añadas. Un ritual de maridaje en el que participan un color, un plato y un vino y que está inspirado en la paleta cromática de Dom Pérignon. Este año, Dom Pérignon Vintage 2003 inaugura la primera edición de un viaje excepcional a las profundidades de Dom Pérignon.

Richard Geoffroy, creador de los vintages Dom Pérignon, ha seleccionado seis maridajes exclusivos que se presentan en cinco etapas para hacernos descubrir la intensidad excepcional de esta nueva añada.

Dom Pérignon se define su amor al compromiso, al riesgo, a las apuestas fuertes. Cada una de sus añadas es un nuevo comienzo, una creación, un paseo por la cuerda floja para rencontrar el espíritu atemporal del vino, más allá de las particularidades del año de su cosecha. La DARK REVELATION es una nueva ilustración de este compromiso de Dom Pérignon con la creación.

1El Dark, emblema cromático de Dom Pérignon

La DARK REVELATION es, en primer lugar, la expresión de un color: el de Dom Pérignon. Un color de una belleza indefinible, cautivadora. Es un negro profundo, polimorfo, cambiante. En su superficie se reflejan capas líquidas y sombras de verde, jaspeadas por efímeros brillos de estrellas, como si una luz secreta y pura habitara en sus profundidades e irrigase desde el interior su universo.

Este color es el Dark Dom Pérignon. Siempre se ha reconocido inmediatamente un Dom Pérignon por este Dark penetrante y único, del mismo modo que se le reconoce por la rotunda silueta de su botella o la elegancia de su escudo.

El Dark Dom Pérignon es más que un color. Es el reflejo mismo del alma del vino: de su intensidad, de su profundidad, de su sensualidad, de su complejidad, de sus paradojas, de su misterio. Cada añada tiene su propia forma de alcanzar y encarnar el espíritu Dom Pérignon. Cada añada tiene también su propia forma de alcanzar y encarnar el Dark Dom Pérignon. Ambos van de la mano. Cada añada adopta así un recorrido cromático que le es propio, pero que busca siempre enriquecer el tono del Dark Dom Pérignon.

2

Una degustación, una revelación, una experiencia

La DARK REVELATION es una invitación a revivir ese viaje a través de una degustación intensa de cinco marcos, cinco tiempos, cinco etapas. A cada etapa, un maridaje color-plato-vino. Blanco, amarillo, verde, rojo, Dark… La paleta de la añada se abre como una flor de un espectacular frescor. Le habla a los ojos, a la nariz, al paladar… En cad a maridaje, como si se tratara de una suntuosa partida de cartas en la que el vino fuese desvelando o poco a poco su juego, la añada revela una nueva faceta de su personalidad hasta poner todas sus cartas sobre la mesa. Helo aquí, consecutivamente rico y redondo, táctil y tónico, mineral y yodado, enardecido a base de tensiones y vibraciones y, por último, con una energía vertical rotunda, fresca y cordial que, desde lo más profundo del Dark, nos lleva a descubrir una nueva faceta de del fuego mágico que anima a Dom Pérignon.

Como en toda revelación, las etapas sucesivas de la DARK REVELATION responden a una dramaturgia del descubrimiento. El viaje dura aproximadamente una hora y se desarrolla en un tempo ágil, denso, subrayado por preciosos momentos de eternidad. Uno de esos momentos de maravilla en que el tiempo se detiene y en los que Dom Pérignon se ofrece en toda su intrigante complejidad. Una experiencia inolvidable.

Una DARK REVELATION no puede hacerse en un sitio cualquiera.

Dado que se trata de un acontecimiento fuera de lo común, hay ciertos lugares que le corresponden. Es una experiencia que se enmarca en lugares que la acogen calurosamente porque comparte con Dom Pérignon profundas afinidades: el sentido de la creación, la búsqueda de lo excepcional, el gusto por la experiencia exclusiva. Un museo, una galería, un centro artístico, o también, por qué no, un bar, un club o un restaurante. Con una condición: que el lugar que va a servir de teatro se distinga por una marcada impronta creativa a la altura de la experiencia.

El formato más íntimo puede ser de tres o cuatro personas, aunque también puede reunir a una docena de invitados, o incluso plantearse para un grupo de participantes más numeroso.

Del mismo modo, el decorado inmediato (la mesa, las sillas, el servicio, la iluminación) ha siso concebido como un joyero puro, hecho a base de alianzas, de contrastes gráficos y cromáticos netos y elegantes.

3

DOM PERIGNON VINTAGE 2003 DARK REVELATION

Unas palabras sobre Dom Pérignon Vintage 2003

Cada Dark Revelation se concibe en función de la añada que se quiere revelar. En Dom Pérignon, solo existen vinos de añada, es decir, vinos provenientes cada uno de un único año y por consiguiente, de una misma y única cosecha. Por eso cada añada es, a un tiempo, la expresión del año en que se cosechó la uva, y la expresión del espíritu atemporal de Dom Pérignon.

En ese sentido, Dom Pérignon Millésime 2003 es excepcional. Y es que el año 2003 se distinguió por un clima fuera de lo normal, un clima marcado por los extremos: con una primavera de heladas y un verano tórrido… La primera consecuencia de dichas circunstancias climáticas fue una uva rebosante de sol y sumamente rica. Dom Pérignon nunca se había tenido que enfrentar al desafío que planteaban unas condiciones meteorológicas semejantes.

Para Richard Geoffroy, el creador de los Vintages de Dom Pérignon, el reto consistía en recuperar el espíritu Dom Pérignon sin ceder al brío y la fuerza excesiva de esta uva extrovertida nacida de un año de extremos. Hubo que canalizar este brío, esta fuerza, y transformarla en «intensidad». Intensidad: esa es la palabra clave que resume Dom Pérignon Vintage 2003. Es el logro de esta añada. Un término que ilustra a la perfección la fuerza creativa que en Dom Pérignon preside la elaboración de cada nueva añada.

4

Los cinco tiempos de la DARK REVELATION

La degustación tiene lugar en torno a una gran mesa negra donde todo va en consonancia con el Dark Dom Pérignon. Está decorada con jarrones y flores Dark que se retiran cuando llega el primer maridaje, el primer color. Los platos y las bandejas son blancos o negros, siempre monocromos y de líneas muy sobrias. Han sido concebidos como joyeros minimalistas, inmaculados. Pensados para desaparecer ante el plato presentado y realzar su textura y su color.

Los cinco tiempos de esta REVELACIÓN se inspiran en la huella cromática de Dom Vintage 2003.

1. BLANCO. Huevo «a la Passard»

Presentado en una huevera blanca. Aquí el blanco es una forma de conferirle al paladar su virginidad, su inocencia, de predisponerlo para la experiencia que va a comenzar.

Se trata de un huevo pasado por agua «a la Passard», receta del talentoso chef francés

Alain Passard. Hundimos la cuchara en la suave crema y surge la yema del huevo que anuncia la siguiente etapa del viaje. Algunas especias, una nota de arce. Una nube de dulzura, casi se distingue un aroma de pasteles…

Dom Pérignon Vintage 2003 es un vino rico. Su textura un tanto carnal acepta la cremosidad del plato. Pero, al mismo tiempo, como si hubiera sido desafiado, el vino se yergue con un frescor inesperado que aporta tonicidad al conjunto. Nos sorprende. El descubrimiento ha comenzado.

2. AMARILLO. Risotto al azafrán

En su plato negro, este arroz italiano encierra la nobleza de sus siete años de envejecimiento en su propia vaina. Su grano es perfecto, no ha sufrido ninguna rotura. Le llaman «el arroz de los chefs». En el paladar se percibe plenamente esa tersura. Al entrar en contacto con el plato, el vino reacciona inmediatamente, desplegando, él también, su nitidez. Un encuentro entre materias. Se entabla un diálogo de precisiones entre el arroz y el vino. En segundo plano, suscitada por el

5

azafrán yodado, la mineralidad arcaica de Dom Pérignon se perfila, vertical. Nos intriga.

3. VERDE. Té matcha

Este polvo fino de té verde japonés molido se ha batido en agua caliente con un pequeño batidor de bambú llamado chasen. Servido en un vaso transparente, el té matcha es dulce sin renunciar a un leve toque amargo. Se bebe de un trago para evitar la amargura de la victoria. El vino que bebemos a continuación reacciona inmediatamente y se impone a esa amargura. El paisaje se amplía. Tenemos la impresión de sobrevolar la cumbre curva de un green de golf. Entonces el vino revela

los aromas cítricos que lo definen. Nos seduce.

4. ROJO. Caviar Prunier Saint-James y jalea de hibiscus

En su platito blanco y hondo, el caviar, entre gris y negro, reposa sobre el lecho rojo oscuro y brillante de la jalea de hibiscus. Un sabor a pimienta aromatizada con flores rojas, a frutos rojos… El vino desemboca en algo de sanguíneo, yodado, como los whiskys de las islas escocesas. La mezcla es incisiva, sensual, teatral, ¡casi shakesperiana! Rico y ambivalente, el vino se vuelve magnífico, todo vibración. Algo

ha cambiado, empezamos a descubrirlo en su globalidad multidimensional. Nos fascina.

5. DARK

Es la última fase de la revelación. Nos adentramos en las profundidades del vino, y también en la arquitectura de sus equilibrios bajo tensión. Esta última exploración es tan intensa y sutil a la vez que se hace en dos tiempos.

6

DARK 1. Mole negro sobre foie gras a la plancha

A esta mezcla espesa, compuesta por unos cuarenta ingredientes, tan antigua con el país del que proviene, México, y donde es una de las bases de su cocina, la acompaña un plato hondo y blanco. Al contacto con el molé, el foie gras adquiere en boca una ligereza casi inmaterial. El vino aporta su frescor que cobra notas de anís, de mentol… por efecto de la densa salsa con dejos ahumados y tostados. En el corazón de este Dark, el maridaje se vuelve cálido, concentrado de energía, y el vino brilla con une extraña blancura argentada, color platino, como un metal precioso en la oscuridad. Nos deslumbra.

DARK 2. Té Pu’Er y caviar «à la royale»

Llegamos aquí al DARK Dom Pérignon y al espíritu Dom Pérignon. Es la dimensión suprema del vino, donde alcanza un equilibrio polifónico orquestado por un sinfín de tensiones y vibraciones.

El caviar se degusta «à la royale», colocándolo en el dorso de la mano abierta, en el hueco entre pulgar e índice. Con sus aromas de frutas y verduras cocidas a fuego lento, el té Pu‘Er Sheng Cha aporta su calor plácido y acogedor, amortiguando el caviar. El vino se estimula y, en la intensidad de su verticalidad, arrastra al conjunto hacia esta otra dimensión evocada hace un momento. Como si, en lo más profundo del Dark, acabasen de encenderse fuegos artificiales. De hecho, nos transporta…

Publicidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.