Mi primer acercamiento con la gastronomía fue gracias a mi abuela, una mujer como muchas otras que  dan todo por su familia.  

Nunca podré olvidar las vísperas de Día de Muertos cuando mi casa se impregnaba de sabores y olores como las especias, plátano, cacahuate, chiles, chocolate y tortilla, ingredientes que ella utiliza para darnos amor con su inolvidable mole.

En los hogares mexicanos las mujeres fueron impuestas a las tareas  domésticas desde la época prehispánica, ellas, tenían tareas específicas para velar por su familia.

Barrer era un ritual que hacían con  celeridad para  después ejercer su oficio: la cocina, tejer

 Por sus manos creativas desfilaban el maíz, el cacao, los frijoles y los nopales que más tarde se convertirían en agasajos para su comunidad.

“Mira que con mucha diligencia y con toda curiosidad y aviso aprendas cómo se hace esta comida y bebida, que por esta vía serás honrada y amada y enriquecida, donde quiera que dios te diere la suerte de tu casamiento.”, menciona Salvador Novo de la mujer náhuatl.

La cocina mexicana se ha ido transformando por sus diferentes etapas y el mestizaje.

En un ambiente donde convivían indígenas, españoles, mestizos y criollos creando una fusión no solo de creencias, sino en la propia cocina en la que utilizaban recetas y productos españoles o árabes con ingredientes mexicanos creando así nuevos platillos adicionados con costumbres y sazón de otro continente.

Durante esta época surgieron personajes importantes tanto para la gastronomía mexicana: las monjas.

En los conventos se podían apreciar las recetas más deliciosas de dulces que entre rezos buscaban con curiosidad alquimia de sabores y olores para crear productos que les ayudará a subsistir el lugar en donde vivían, algunas mujeres estaban ahí por amor, algunas otras impuestas a esta vida.

 “El dulce nació en la enrarecida atmósfera de la altura espiritual y las pugnas conventuales, entre el deseo y el recogimiento, en un espacio de privaciones y fantasías. Si el dulce mexicano fue femenino por definición, no era atributo exclusivo de la delicadeza, sino de un destino carcelario que en la suculencia de alfajores, yemas y suspiros encontraba un puente al exterior.” 


Mónica Lavín en su libro “Sor Juana en la cocina”

Una mujer importante de esa época fue Sor Juana Inés de la Cruz que nos regaló aportes científicos, literarios y culinarios. Un ejemplo de resiliencia y amor a su vocación que ha inspirado a miles de mujeres en todo el mundo.

Gracias a ella preservamos recetas originales de sabores mestizos que había en los fogones en ese tiempo que hasta hace 46 años fueron publicados

Hasta 1976 se publicaron recetas del Convento de San Jerónimo escritas por Sor Juana Inés de la cruz en las que preservamos los sabores mestizos y quien no solo ha dado un aporte culinario, sino científico y de la literatura; una mujer que ejerció con libertad su vocación en un México donde solo los hombres podían brillar.

“Cocinar es base de economía” es el lema de una de las primeras cocineras en innovar en México: Josefina Vázquez de León, quien impartía clases por medio de correo, radio y televisión quien busco y publico recetas tradicionales del país, una mujer que le daba no solo la importancia a la gastronomía por el buen comer, sino por la parte nutricional, social y cultural.

Los cambios llegaron y mujeres han dejado un legado de la cocina mexicana como Josefina “Chepina” Peralta que enamoro a los televidentes con sus ingeniosas recetas que marcaron un antes y un después del cómo veía la gente la gastronomía.

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Carmen Ramírez «Titita» Degollado y Karla Sentíes. Molcajete de Plata 2018.

Así como Carmen “Titita” Ramírez una mujer empresaria de lucha y carácter que ha logrado una carrera exitosa con sus Restaurantes “El Bajío”; una defensora de las causas justas y un ejemplo de amor por la cocina que ha dejado huella en los corazones chilangos.

Hoy en día las mujeres siguen siendo un referente en la gastronomía, desde la cocina se ha construido un espacio de resistencia y lucha en diversos movimientos en América Latina, un punto de encuentro donde la mujer teje un espacio de confianza para contar historias de su familia y de su comunidad mientras transmiten conocimiento culinario ancestral.

Muchas son las mujeres que tomaron la cocina como forma de vida y que son embajadoras de la cocina mexicana en el mundo que se han logrado tener una carrera solida y exitosa en un oficio difícil llevando la gastronomía a otro nivel con sus creaciones.

Hoy en este día en el que conmemoramos a las mujeres que lucharon y perdieron la vida por darnos la libertad y derechos que nos merecemos, hacemos una reflexión de lo que aún falta por hacer, sin duda el rol de la mujer en la cocina ha ido cambiando, lo que antes era imposición ahora es tomado como profesión con  elección propia.

Celebramos la valentía de las mujeres que se atreven a hacer algo diferente y que buscan no solo el crecimiento individual, sino colectivo.

Agradecemos a nuestras abuelas, mayoras y cocineras esas  mujeres que preservan la cultura y el verdadero sazón mexicano con amor y pasión.

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Fuentes:

Cocina Mexicana historia gastronómica-Salvador Novo

https://valoreshumanosiuem.files.wordpress.com/2017/05/sor-juana-en-la-cocina-monica-lavc3adn-y-ana-benc3adtez-muro.pdf

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