Una de las palabras más hermosas que podemos encontrar en el español es apapacho y no por el significado de diccionario, sino por el que conocemos y usamos en México, “acariciar con el alma”. Hay comidas que llegan a esta categoría, generalmente las que hacen las abuelas o las mamás, sin embargo, esta ocasión hablo del trabajo de la chef y emprendedora Shantale Carrera.
La Tante es una pequeña repostería que empezó como muchos emprendimientos, a causa de la pandemia, impulsada por los gustos de toda una vida y refinada poco a poco con la especialización panadera.
“Hornear me hizo sentir creativa y ver como mis seres queridos, vecinos y clientes disfrutan comer el pan que hago, me motivó”, comenta la dueña y vaya que se nota esa motivación. Pues aunque tienen por base recetas tradicionales, el giro de ingredientes y presentación le hace destacar.
Tuve el gusto de probar tres de los productos que ofrecen y quedé muy complacido, pues no sólo el sabor es muy bueno, también desafían a uno para usarlos de una manera tan creativa como su presentación.
El gigante bueno
El primero de estos panes fue un pan de caja con cúrcuma y ajo, desde que llegó a mis manos me llamó mucho la atención su gran tamaño y vibrante color amarillo. Después lo saqué de su empaque y el aroma me terminó de enamorar.
Uno de mis gustos culinarios es ajo, por lo que tenía que usar de manera especial cada una de las rebanadas de este pan. Al volver a analizar su tamaño, decidí recrear un desayuno cinematográfico, para ser específico los huevos con tocino de la película “El Castillo Vagabundo”.
En apariencia y en técnica es un plato sencillo, sin embargo, en esa sencillez recae todo su encanto. Los matices del pan acompañaron perfectamente los ahumados del tocino y resaltaron el sabor de la yema de huevo.
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Un arcoíris comestible
El segundo pan me tomó por sorpresa, pues antes de separar las rebanadas tenía una apariencia peculiar. Opinión que cambiaría al momento de dorarlo, cuando encontré el arcoíris que guardaba en su interior.
La descripción dice que es ideal para el almuerzo de los pequeños del hogar, pero a mí se me antojó para un pequeño gusto dulce. Después de un rápido paso por la plancha y un baño de cajeta, estaba listo para volver a mis años mozos.
Terminando con un clásico
Por último había un paquete con galletas de chispas de chocolate, una opción clásica y que, prácticamente les gusta a todos. Para acompañarlas y no abusar más del azúcar, recurrí a mi fiel taza de café negro.
Este acercamiento a La Tante Repostería me pareció ideal, pues probé las tres facetas principales del proyecto. El amor por los sabores clásicos, el gusto de hacer pan y la inventiva de la chef.
Aunque aún no se cuenta con una tienda física, si vives en CDMX o el Estado de México, puedes hacer tus pedidos a través de la cuenta de instagram @la_tante_reposteria, anímate a probarlo y disfruta esta original forma de percibir al pan.
