Chère Karla:
La rumbosa primavera está con nosotros. Con sus flores y sus luces, con sus cielos azules hace que la pandemia palidezca o nos hace olvidarnos de ese mal. De lo que voy a describir más adelante también lo pueden gozar las niñas y los niños, para festejarlos y decirles que los amamos y los queremos sanos y felices.
Te quiero decir esto que debe causar algo de envidia —como dicen las abuelas, envidia de la buena— Yo estaba en la playa, gozando de las olas y el aire fresco y la brisa, en la casa de unos amigos que tienen cerca de San Blas, en el estado de Nayarit. Me refrescaba con un agua de coco que tenía una copa de vodka, y miraba embelesado el vuelo de las gaviotas y los giros de los pelícanos que buscaban su alimento del día, esa actitud de las aves me recordó que la hora de la comida estaba presente. Entré a la cocina y la diligente de mi amiga habíame dejado ya preparadas varias delicias. Ella y su esposo habían salido a primera hora en su lancha, a alta mar, a pescar.
Y bueno, a quién le dan pan que llore. Me senté. A mi alrededor en sendas cazuelas y molcajetes y ollas y jarrones, la mesa me ofrecía un espectáculo digno de un sultán sibarita. Tomé unos platos, unos cubiertos, al lado había servilletas de tela, unos vasos y me dispuse a saborear todo. Va, chère Karla, esto que es una fiesta del camarón: Caldo de camarón: (Camarón, sal, agua, chile serrano). Olla de pulpo: (Pulpo, laurel, cebolla, sal, agua). Guacamole: (Aguacate, jitomate, cebolla, chile verde, sal, pimienta, limón, cilantro). Ceviche de camarón: (Camarón, cebolla, jitomate, chile verde, sal, pimienta, cilantro, limón, pepino). Salsa de jitomate: (Jitomate, sal, pimienta, agua).
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Arroz rojo: (Arroz, pimiento rojo, aceite de oliva, sal, ajo, caldo de res, perejil). Fiesta de camarón: (Camarón, sal, ajo, cebolla, pimienta, chile árbol). Tacos de camarón: (Camarón, tortillas, pimienta, frijol negro, molido, chile serrano). En la jarra había Agua de mango: (Mango, agua) y Agua de limón: (Limón, agua). Evidentemente al leer esta enorme lista de apetitosos platillos, pareciera que yo no podría acabar con ello. No. Mis amigos regresarían en la tarde con los peces que morderían sus anzuelos y gozarían, como yo lo hice, de la fiesta que es la buena comida.
Chère Karla, te comento que, en cada recipiente, al pie de los mismos, estaban las recetas que habían utilizado para la preparación. Y te digo lo que es sabido de todas nuestras lectoras, cada chef, cada ama de casa, cada cocinera, tiene su propia receta de preparación de los distintos platillos, y cada quien le quita, le pone, le agrega lo que crea que es conveniente para darle el sabor y color adecuados.
Terminé aquel festín, y caminé por las tibias arenas de la playa. El canto de las aves marinas acompañó con su música mi caminata.
Bien, si nuestras amables lectoras y nuestros amigos lectores no pueden ir a la playa, pues la recomendación es que, en su casa, al calor de su hogar, preparen uno o varios de los platillos aquí descritos. Y si me invitan, chère Karla, me sacrificaré e iré con el gusto de deleitarme con la charla y con los camarones, claro. Y si tienen hijos pequeños, llevaré algún regalo, como el libro del Principito.
Buena idea ¿no?
Vale
Carlos Bracho
