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Un siglo de espumosas navidades

Angel Venegas
Angel Venegas
Gastrónomo y periodista gastronómico apasionado por la fotografía, historia y comida. Mantiene conexión con la cocina para preservar su sazón y comparte su pasión con otros. Dispuesto a ofrecer datos curiosos, referencias históricas y rarezas de la vida.

Amantes de la cerveza, esta nota es para nosotros y no importa si te gustan las industriales o artesanales, hoy hablamos de una que se ha vuelto una tradición. La temporada navideña se acerca y eso significa una cosa, el regreso de la Noche Buena.

Una cerveza que con el paso de los años marca el inicio de una temporada de festejos y que al menos en lo personal, espero con emoción. Pero este 2024 es aún más especial, ya que Noche Buena celebra un siglo de historia.

Así es, ya 100 años de llenar las navidades de ese amargor y notas de café y caramelo que la caracteriza. Para disfrutar la celebración nos invitó a una cena a cuatro manos entre los chefs Lula Martín del Campo y César de la Parra.

Noche de burbujas y tradiciones

El menú constó de cinco tiempos en los que la inventiva y la tradición maridaron con la esencia de Noche Buena. Empezamos con una dupla de tacos interpretados por cada uno de nuestros anfitriones de la noche.

El primero fue de la chef Lula, se trató de un taco de Barbacoa de cerdo con jocoque, jugando con lo tierno de la carne y un toque de acidez. La compañía perfecta para resaltar las notas dulces de la cerveza, ese característico toque de chocolate de las bock.

Mientras que el chef César abrió pensando en la parrilla, con un taco de Picaña ahumada con una salsa borracha con cerveza. Una opción en la que la cerveza matizó las notas picantes de la salsa junto a la grasita de la carne.

Continuamos con una pareja unida por el mole, por parte del chef César, unos ravioles de pato confitado con mole. Perfecto para los que no perdonan una dosis de proteína animal y preparaciones con una influencia internacional.

Ya que si prefieres una opción más ligera y llena de sabores tradicionales, la chef Lula presentó una tortita de huazontle rellena de quesillo y bañada con mole. Una combinación de sabores que con las notas de Noche Buena logró un resultado muy satisfactorio en el paladar.

Más que un goloso hasta luego

Pero como todo en esta vida la velada tuvo que llegar a su final y para despedirse el postre fue un pastel imposible. Pero no el clásico, pues el flan estaba en forma de helado y el bizcocho era más cremoso de lo normal.

Si bien la noche de festejos en taquería La Once Mil fue breve, marcó de manera perfecta el arranque de una nueva temporada de brindis con Noche Buena en la mano. Una de las tantas historias que acompañan al recuerdo de esta icónica cerveza.

Así que los invito a que si al igual que yo, acostumbran acompañar estas fechas con las burbujas de malta de Noche Buena, lo hagan con más alegría por ser parte de un siglo de historia y tradición. Siempre recordando que todo se disfruta más con medida y que con moderación uno puede atesorar más recuerdos.

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