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Azur, un steak house con estilo campirano

Julieta Cruz
Julieta Cruz
Gastrónoma y doctorante en Comunicación con especialización en vinos por la EMS. Investigadora en periodismo enológico y gastronómico en Ciudad de México, basada en teoría bourdiana, con fundamentos en Sociología y estudios de periodismo. Disfruta entrevistar y difundir la valiosa labor de quienes hacen posible nuestra gastronomía, única y viva en cada ingrediente, sabor y experiencia a la mesa.

A unos pocos minutos del centro de la Ciudad de México, en la zona del Ajusco, específicamente en el kilómetro 13.5 de la Carretera Picacho Ajusco se encuentra una parrilla al aire libre que nos permite desconectar del ritmo apresurado de la gran urbe rodeados del entorno natural que esta zona boscosa brinda.   

Y es que aún cuando se encuentra en la metrópoli, el ritmo de la zona marca la diferencia. Azur steak house, tiene un estilo único, se trata de un grill table en donde como su nombre lo indica, cada mesa tiene su propia parrilla para poder asar al centro los diversos cortes que se ofrecen. Aquí el fuego es el cálido anfitrión ya que no solo proporciona sabor y aroma a los alimentos, sino que proporciona un entorno acogedor al aire libre. 

Azur significa “el que ayuda” y es que justo este sitio se sostiene a partir de la colaboración de empleados de la zona, ofreciendo un espacio que sigue denotando el respeto por el entorno primario para que familias y amigos se sientan como en casa, compartiendo una mesa con comida de brasa y mucho sabor, que se transmite de inmediato al poder deleitarse con las preparaciones ante la vista de los comensales, logrando una #experienciaconsentidos.

Probando un poco de todo 

En esta ocasión fuimos invitados a conocer este espacio que además tiene rinconcitos super “instagrameables”, pues desde la entrada te podrás encontrar con un arco que tiene como propósito la interacción con los asistentes, ya que al final de sus estancia se les invita a escribir deseos en un trozo de tela  y amarrarlos. No te dejes de tomar fotos en las fogatas, el columpio o en cualquier espacio, sin embargo no olvides que aquí una de las filosofías de la casa es que no hay wifi, y aunque para muchos pueda ser considerado como una carencia, la verdad es que para nosotros es un gran atributo, pues en tiempos de tanto conectividad lo que se espera es regresar a la convivencia a la hora de consumir alimentos, así como un buen espacio para la sobremesa en donde el uso de dispositivos esté limitado, así que recuerda su lema: “Que la mejor red social sea una mesa”.

Para abrir apetito (e ir entrando en calor) nos ordenamos un par de cocteles, para los de gusto dulce nos decidimos por un clásico, Luces de la Habana; aunque como también nos gusta conocer las propuestas de la casa optamos por un Cielo rojo, un trago que integra mezcal joven, infusión de flor de Jamaica y jugo de naranja, en un vaso escarchado con sal de gusano, un trago único, repleto de sabores tradicionales mexicanos. Si lo tuyo es algo más clásico podrás optar por una cerveza artesanal o bien, descorchar alguna botella de vino de su dedicada selección. 

Respecto a los alimentos nosotros probamos una sopa de jitomate rostizado con romero, servida sobre un croton con un poco de queso de cabra, de sabores profundos y precisos, en temperatura, justa para mitigar el frío que se siente en esta locación. No te pierdas tampoco del jugo de carne, se trata de un caldo que se obtiene de una larga cocción y cuya correcta técnica se denota en cada sorbo; se acompaña con cilantro, cebolla y limones. También para empezar nos ordenamos unas papas a la francesa con arrachera, que se acompañan con un dip de queso azul así como un poco de cebolla morada fileteada y perejil picado. En verdad que estas papas son únicas, las vas a amar de principio a fin, te lo aseguramos.  

Para el segundo tiempo nos decidimos por otro drink de la casa, Neblina del Ajusco, un clásico gin tonic con toques de pimienta, clavo, cítricos y un delicioso ahumado de romero fresco realizado al momento a la vista del ccomensal. Un must para los amantes de un buen gin tonic.

Ya entrados en ambiente al centro de la mesa se abre la parrilla y se dispone el carbón al rojo vivo y se arranca con algunos ingredientes para preparar una deliciosa salsa molcajeteada para acompañar los cortes: algunos trozos de piña y un par de chiles habaneros; así, sin más, ya tatemados se van martajando en un molcajete y se terminan con cebolla morada recién picada y un toque de sal gruesa, toda una maravilla esta salsa para acompañar los cortes. La cocina está a cargo del chef Ismael Sosa, quien además se acerca a la mesa a explicarnos las preparaciones y darle el toque final a cada platillo.

Al momento también chisporrotean algunos cortes en la parrilla, en nuestro caso un New York así como una Arrachera. Lo ideal de tener una parrilla en la mesa es que se puede optar por sacar la pieza del calor cuando alcance el término deseado, así como poder regresar al fuego si es que alguien en la mesa desea un término más de cocción. Para las guarniciones podrás optar por una amplia variedad, nosotros elegimos unos esquites a la parmesana, champiñones al ajillo y unas bolitas fritas de puré con queso crema al interior.  Algunos otros imperdibles son el salmón al grill con salsa de piña y habanero así como los tuétanos con pico de gallo de elote amarillo. No olvides preguntar por algunas otras opciones de salsas molcajeteadas, son imperdibles. También revisa las opciones que ofrecen en cortes importados y nacionales pues además tienen tomahawk, cowboy, rib eye entre otros que logran elevar la experiencia con un asado perfecto. 

Una cálida despedida con muchos malvaviscos

Para el momento del postre decidimos pasarnos a una de las fogatas que se disponen en el jardín en donde, ya con el fuego bien encendido, comenzamos a tatemar algunos malvaviscos y también ordenamos un postre al estilo norteamericano: una pequeña plancha de hierro fundido con una ganache de chocolate amargo al fondo, sobre el que descansan malvaviscos, mismos que se flamean con una antorcha al momento y se acompañan de galletas de vainilla  para hacer los s’mores al gusto. El broche de oro lo pusimos con una rebanada de cheesecake con frutos rojos, terso casero y espectacular. Y como para la puesta de sol, el frío ya empezaba a calar, nos pedimos un café de olla y un chocolate con más malvaviscos.  En este momento fue cuando además de disfrutar de la sobremesa nos dedicamos a escribir los deseos en una cinta para anudar al arco de entrada.

Además de la gran comida con notas ahumadas de principio a fin, el espacio se disfruta a cada momento pues a cada vistazo nos recuerda a una velada en un patio trasero (y para aquellos que vivimos en un departamento, este respiro de aire libre al calor de una fogata es glorioso), que se va transformando con el paso de las horas y la decoración con luces y fogatas. Así que si lo que buscas es una escapada aunque sea por unas horas del estrés citadino –sin salir de la ciudad, valga la redundancia– Azur steakhouse es una excelente opción que además es pet friendly, y sólo abre los fines de semana. 

 

Tip viajero: Te recomendamos muchísimo llegar por Periférico y tomar la carretera Picacho Ajusco desde ahí. Te lo decimos ya que algunos navegadores GPS te envían por las calles aledañas a la carretera, lo que en verdad es casi imposible de lograr por la inclinación tan pronunciada que presentan, así que ya sabes. 

¿Dónde?

Dirección: Kilómetro 13.5, Carretera Picacho Ajusco, Tlalpan, C.P. 14700

Horarios: Viernes, sábado y domingo de 13:00 – 22:00 hrs

Para mayor información visita:

 https://azur.com.mx/

Fb: AZURSTEAKHOUSE

Ig: azurprimesteak

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