Hace algunos días tuvimos la oportunidad de vivir una experiencia inigualable de la mano del chef ejecutivo de Andaz Mayakoba, Miguel Gómez, un menú de canapés maridado a tiempos junto con champagne Dom Pérignon y tequila Volcán. Celebrando el nuevo partnership que tendrá el restaurante Casa Amate, ubicado dentro del hotel de lujo de la cadena Hyatt en la Riviera Maya.

Casa Amate by Andaz Mayakoba

El restaurante cuenta con distintas estancias y concepto residencial, haciendo sentir al comensal dentro de casa –si tu casa fuese una residencia enorme y hermosa, claro está–Ofrece cenas y sunday brunch, en un espacio un tanto informal con cocina latinoamericana sin perder la elegancia y el sello de grupo Hyatt.

¿Una copa de champagne? ¡Siempre!

Dom Pérignon la marca de prestigio de Möet Hennessy, es un champagne creado únicamente a partir de añadas excepcionales, su crianza mínima es de ocho años, y presenta aromas frutales y cítricos. Con sus burbujas dio maridaje único a los platillos creados para esta celebración. Según el año los expertos determinan si la añada es apta para crear el champagne, cuenta con dos variedades más: Dom Pérignon  plénitude 2: una añada extra especial en la que el tiempo de crianza se eleva hasta quince años y Dom Pérignon Rosé: cuyo tiempo de crianza llega hasta los diez años, conservando el equilibrio perfecto entre Chardonnay y el color característico rosado de la uva Pinot noir.

TE INTERESARÁ LEER: PLÉNITUDE 2, LA NUEVA CHAMPAGNE DE DOM PÉRIGNON

Si es México, tomemos tequila

De la familia Möet Hennessy, criado a los pies del volcán, este tequila lleva por nombre Volcán de mi tierra. Su agave es madurado alrededor de 3250 días para ser cosechado y procesado por expertos, dando como resultado dos variedades: el tequila cristalino con notas a caramelo, chocolate y vainilla, mismo que fue utilizado para crear algunos de los postres, y la segunda variedad: el tequila blanco con notas cítricas y herbales fue utilizado para crear la mixología de la noche. Este último fungió como preludio para una noche exquisita, acompañada de los amuse bouche del reconocido Miguel Gómez, chef ejecutivo del Hotel Andaz Mayakoba, hogar del restaurante Casa Amate, con quien celebramos esta nueva colaboración. 

¿Quién es Miguel Gómez?

Con especialidad en repostería, creció en las cocinas desde los quince años, donde aprendió el oficio de la mano de su hermano Oswaldo, pasando por varias marcas prestigiosas entre las cuales destacan, JW Marriott y Hyatt, marca en la que trabaja como chef Ejecutivo de Andaz Mayakoba, el resort paradisíaco ubicado en la Riviera Maya. Gómez describe su profesión como una pasión, que lo ha llevado a conocer y trabajar en países como China, Japón y gran parte de Estados Unidos.

Ganando como “Mejor maestro chocolatero Quintana Roo” en el año 2011, después de 27 años de carrera, continúa sorprendiéndonos con sus proyectos y creatividad.

Una historia que contar

Siempre he pensado que la cocina nos define, nos cuenta una historia (nuestra historia), cada platillo dice un poco de nuestra personalidad, de dónde venimos y muy ciertamente a dónde vamos.

La noche comenzó con cócteles de margarita con tequila blanco Volcán de mi tierra, la plática y la gente comenzaba a avivarse alrededor de ellos. La casa Volcán que sirvió como host para el evento, era por demás elegante y acogedora, aunque la mayoría de los invitados pasamos la velada en el jardín, meticulosamente decorado por petates y pequeñas mesas de cóctel que hacían parecer como si todo fuese parte del jardín mismo. Veladoras atenuaron la velada, risas y música suave ambientaban el lugar.

Los platillos y los sabores

Salió el primer plato, una pequeña tostada de tlayuda con carnitas de atún, con toque de habanero y frijoles, el festín comenzaba.

Seguido –y cabe decir muy bien maridado– nos ofrecieron una ensalada de betabel, chícharos y mi queso preferido, burrata caramelo, un gran comienzo. El resto de los platos siguió como la noche sin darnos cuenta, deliciosos cada uno a su manera, desde una tártara de Entrecote Prime, longaniza de Valladolid y sofrito de camarón, hasta una sopa de corazón de palmito, tapioca y maracuyá. Cada bocado distinto en una mezcla de sabores interesante y variada que sin duda, reflejaba los viajes e influencias del chef a lo largo de su carrera. Con orgullo mexicano siguieron las infladitas de maíz con un giro un tanto distinto, pues venían acompañadas de pato y mole de guayaba, maridado con champagne, convirtiéndose en mi plato predilecto; terminaron los platos salados con un pulpo con cremoso Huancaína y camote rostizado.

Lo mejor, siempre al final

Pasamos a la sala de la casa Volcán, que para entonces era más familiar y llena de risas. Todos teníamos frío y aquello se tornó bastante concurrido en un solo momento. Tiempo perfecto para el postre, en donde claro estaba que había mucho que apostar,  siendo el chef repostero de origen. Pequeñas magdalenas rosadas acompañadas de una salsa de chocolate rubio fueron pasadas alrededor del salón. Aquello me recordó mi infancia, la parte en la que has comido todos tus vegetales y mereces, sí, mereces un gran final. Aquellas eran suaves por dentro y crujientes por fuera, con dulce aroma a vainilla y notas tostadas.

Cerramos con canelles (aquel panecillo francés que se elabora en moldes de cobre) con un toque miel, queso cotija y más del tequila cristalino.

Así pues, una historia más, una noche más entre amigos, risas, champagne, tequila, buena comida y gran compañía. Esperamos poder contar juntos muchas historias más.

Publicidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.