La Scène
La Scène

Hay muchas maneras de festejar, ya sea alguna fecha, a una persona especial o simplemente por el placer de la vida, y la forma más mágica es hacerlo en París, rodeados de arte y excelente gastronomía. Fantástica e inspiradora, la ciudad es la residencia permanente del deleite terrenal y del goce del espíritu.

Gracias a su vasto patrimonio cultural, París es considerada la capital de las artes, además de ser una de las más bellas del mundo y en la que hay cabida para guardar el corazón de todos quienes la visitan. Recorrerla, es sinónimo de descubrir a flor de piel la historia de una nación, formada con arte clásico y vanguardista; es impregnarse los sentidos a cada paso sobre las calles, una obra de arte en sí mismas; es dejarse seducir por la voz de Edith Piaf desplazándose bajo el sol veraniego; y es dejarse consentir con su modernidad, donde la  música africana, los sonidos mestizos y electrónicos resuenan fuera de las hermosas edificaciones históricas, como una máquina que nos transporta en el tiempo.

El viaje a París amerita dejarse consentir por su refinada hospitalidad, sorprenderse con las muestras de amor exhibidas en las largas galerías del Museo del Louvre, sonreír ante las expresiones del cubismo, bailar al ritmo del jazz, y por supuesto, enamorarse de la habilidad de convertir ingredientes ordinarios en una fiesta de sabores.

Uno de los muchísimos bellos edificios que engalanan París, es el lujoso hotel Prince de Galles, construido nada menos que para recibir al Príncipe de Gales, hijo del rey Jorge V de Inglaterra. Desde 1928, el hotel es la materialización del romanticismo parisino, donde el diseño majestuoso y el más impecable servicio, se transforman en un placer puro que convierte a sus huéspedes en verdaderos miembros de la realeza.

Su fachada clásica es una invitación para entrar a descubrir sus exquisitas formas, creadas a partir del Art Deco parisino, de delicadas obras de arte, de un hermoso mobiliario, un magnífico patio interior de mosaicos y hermosos jardines. Sus 115 hermosas habitaciones y 44 suites de ultra lujo, son solo una parte de la experiencia de confort, a la que se aúnan hermosas decoraciones en mosaicos, tapices, tapetes y hasta tratamientos de spa en la privacidad de la habitación.

La joya de este palacio es su restaurante galardonado con una estrella Michelin, La Scène, donde se cocina poesía y se paladea el arte sublime de la gastronomía francesa, en un ambiente creado con detalles de mármol, madera y cristales de murano. Más espectacular que probar los platillos, es llegar a hacerlo abordo de un exuberante Bentley Flying Spur, verdadera obra de la ingeniería. Después de recorrer París con toda la elegancia de una estrella, se es recibido por un flamante menú. La chef Stéphanie Le Quellec transforma los productos de calidad excepcional en piezas maestras.

Los pescados, crustáceos y mariscos capturados en el mar Mediterráneo y el Atlántico norte, son convertidos en delicadas delicias como el Rodaballo tostado, con alcachofa y trufa negra, y otras delicias como el Pigeon from les Costieres asada, con vegetales dulces especiados con trufa negra. Su menú Improvisation se mueve al ritmo de las temporadas y de la espontaneidad del día, creando platillos como el Mediterranean Rock Fish, lubina de anzuelo escalfada en mantequilla de vainilla, y el postre de limón con verbena fresca y sorbete de limón. Estos sabores se maridan con vinos tintos y blanco franceses e internacionales, además de champaña, presentada en un fino carro de plata.

Durante el recorrido del Bentley Flying Spur por los Campos Eliseos, se admira el imponente Grand Palais, magnífica expresión de la vida parisina y construido durante la Exposición Universal de 1900, un templo dedicado al esplendor del arte francés. Este año se engalana con la magna exposición organizada con la Reunión de Museos Nacionales y el Museo Rodin. Para celebrar el centenario de la muerte del gran artista, el Grand Palais nos maravilla con una exposición de sus famosas obras como El Pensador, El Beso y Los Burgueses de Calais. La magna exposición acabará en julio, con horarios extendidos hasta la medianoche durante la Noche Europea de los Museos.

París es un viaje por la cocina más famosa del mundo, rodeada del glamour, del arte más elevado, de descubrimientos y de sabores excepcionales, como un cuadro de arte viviente que se admira con los sentidos.

Fotografía cortesía Deby Beard

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