Saltamontes, grillos, moscas, escarabajos, hormigas y hasta larvas son tan sólo ejemplos de la variedad de insectos que existen en el mundo. Con una historia de vida de hace más de 300 millones de años, estos seres vivos han tomado gran importancia en el curso de la historia del planeta tierra. Nuestra vida, como seres humanos, dependen total y completamente de ellos pues gracias a muchas especies es que nuestra supervivencia es posible. ¿Un ejemplo muy concurrido? Las abejas, está comprobado que no sólo nos regalan ese néctar exquisito llamado miel sino que son parte del equilibrio total de nuestro ecosistema. Si algún día nos llegaran a hacer falta, causarían un desbalance total  en nuestro planeta, que incluso podría ser fatal para la especie humana.

1.

Ahora bien, es muy común en la actualidad utilizar los beneficios que provocan estos bichos de forma indirecta. La vainilla es otro ejemplo del mismo, gracias a una especie de abeja llamada Euglosina podemos obtener ese elixir aromático de la orquídea. Pero te has preguntado ¿a qué saben los insectos? Si bien muchos de nosotros los vimos de pequeños en la película El Rey León con las ocurrencias de los insectívoros Timón y Pumba, donde nos los mostraron como “viscosos pero sabrosos”, es muy posible que  tal vez nunca en tu vida te hayas animado a probarlos. A decir verdad, nuestra historia como mexicanos nos muestra una relación con los insectos en definitiva mucho más profunda e intensa. Así como en muchos lugares del mundo, estos bichos han jugado diversos papeles en nuestras vidas. Desde ser alimento hasta simbolismos y amuletos de vida y poder. Si alguna vez has probado alguno de estos petit fours entomológicos, te felicitamos; si no quizá podamos ayudar a quitarte ciertos tabúes. 

¿La comida del futuro?

Cuando hablamos de insectos comestibles, podríamos decir que es una cuestión de gustos: algunos los aman, otros los odian, a unos cuantos les da curiosidad y a los demás un poco de disgusto. Lo que sí es una realidad innegable es que son una de las soluciones ante el cambio sostenible que se ha querido impartir desde años atrás. Como podrán recordar, en el artículo sobre la gastronomía sostenible planteamos el problema que genera un oficio tan milenario como sobreexplotado: el agropecuario. Dialogamos sobre el efecto que tiene éste tanto en la capa de ozono como en la tierra y acordamos en la búsqueda implacable de soluciones. ¿Una de ellas? Sí, el cultivo y la ingesta de insectos.

Échale un ojo a: Gastronomía sostenible, eficiencia sin frenesí

¿Por qué? 

En valor nutricional, se ha comprobado que aportan al cuerpo humano una cantidad similar de proteína que los alimentos cárnicos. En cuanto a minerales, muchos insectos aportan altos niveles de hierro, incluso más que la proteína animal; además de contenido vitamínico como el calcio entre otros.

Existen 1900 especies registradas de bichos comestibles: escarabajos -los cuales en muchos países son considerados una delicatessen-, grillos, termitas voladoras, orugas y gusanos. Otro ejemplo: la oruga Mopane -llamada así por el árbol en el que habita- es una delicia que se come en Sudáfrica, siendo así fuente de proteína de gran importancia para millones de personas. 

Alimento sostenible

Por si fuera poco el valor nutricional, también causaría gran impacto ecológico la implementación de una dieta insectívora. Echémosle ojo a algunas cifras: comencemos por la comida que se requiere para alimentar animales de ganado. Para obtener un kilogramo de pollo en la mesa, se necesitan 4.5 kilogramos de comida para alimentarlo, para el cerdo se requieren 9.1 kilogramos y para la res 25 kilogramos (sólo para obtener un kilogramo de carne comestible). ¿Te imaginas qué cantidad requieren los insectos? La mínima de 2.1 kilogramos, la diferencia es bastante considerable.

Otra cuestión es la propiedad del insecto de transformar el desecho orgánico en productos de alto nivel proteico para la alimentación del mismo ganado. Una alternativa para vacas, cerdos, pollos, ovejas y hasta peces en donde la dieta general radica en cereales, grano de soya o comida para fauna acuática, la cual puede llegar a ser mucho más cara. Por otra parte, una cuestión que también discutimos con anterioridad fue la del uso del suelo y del agua en el pastoreo. El 70% de toda la tierra se usa para fines agropecuarios, éste significa no menos que un tercio de todo el uso del suelo mundial; para el cultivo de cualquier insecto se requieren tan solo un perímetro de dos metros cuadrados. Y en cuanto al líquido vital, un cultivo de insectos requiere veintidós veces menos agua que cualquier ganado. Asimismo, los insectos casi no producen emisiones de gases invernadero –a diferencia del bovino-.

Tal vez te interese leer: Capirotada Zacatecana

Estas cuestiones son de suma importancia ya que con el paso de los años la población mundial crece, al igual que el consumo de carne y cada vez es más complicado dar abasto. Se ha llegado a prácticas extremas e inaceptables como la inyección de hormonas para acelerar el crecimiento del animal así como la crueldad y nula calidad de vida. Bajo ninguna circunstancia debe ser permitido o aceptado ni normalizado, no podemos seguir así, resoluciones son necesarias y una dieta a base de insectos podría ser parte del desenlace.

¿Quién come insectos?

A nivel global, un 80% tiene la tradición cultural de comer insectos, muchos de estos países se concentran en los trópicos. Echemos un vistazo a los cinco continentes del mundo:

América: es bien sabido que las culturas mesoamericanas tenían la costumbre de comer insectos en su dieta diaria. Hoy en día, al menos veintitrés países los consumen. México es uno de los más presentes con una gran variedad como el exquisito y delicado gusano de maguey, los crujientes chapulines o el manjar del escamol (larva de hormiga). Todos una absoluta exquisitez para el paladar mexicano.

Europa: uno de los continentes con más estigmas respecto al tema. Once países los consumen y únicamente como ingrediente adicional; se ha intentado promocionar con estrategias como la harina de grillo siendo reemplazo a la de trigo, utilizada para hacer galletas. 

África: el continente con más países entomófagos, treinta y seis es la cantidad exacta. En Ghana, cuando es época de lluvia, las termitas voladoras son uno de los platillos principales y se preparan de distintas formas.

Asia: con veintinueve países consumidores. Cuentan que en los bares de Tailandia la botana no son cacahuates ni papitas, son insectos para picar.

Oceanía: catorce países se alimentan con insectos. Existe en Australia una dieta aborígen a base de larvas de escarabajos y polillas que se alimentan de madera. Las rostizan y se dice que el sabor es muy parecido al de la almendra. ¡Suena bien!

Continúa leyendo: Saborearte recomienda «Sal, grasa, ácido y calor»

Metamorfosis gustativa

Es posible que decir la frase “como insectos” no suene del todo sabroso o muy convincente, aunque ante a algunos oídos así lo sea. Sin embargo, hay que tomar en cuenta y otorgar la debida seriedad a ser más conscientes sobre nuestra elección en lo que ingerimos y ponemos sobre nuestra mesa. Sopesar a fondo el impacto que éste tendrá en todas las dimensiones, desde su producción en el campo hasta los procedimientos que conlleva el traerlos a boca. No obstante, una de las razones primordiales del por qué comer insectos es el sabor. No necesitan grandes preparaciones ni muchos ingredientes, la mayoría de los platillos típicos que se preparan con ellos tienen menos de cinco ingredientes. Quiere decir, que por sí solos encontraremos pequeños bocadillos llenos de sazón. 

Intentemos deslindar de tabúes y estigmas mal fundados a nuestro paladar, expandamos nuestra mente a cosas desconocidas y así como la mariposa evoluciona hacia algo mejor, abrámosle la puerta a una metamorfosis gustativa. Los invito a conocer conmigo cada vez más sobre estas maravillas de la naturaleza. ¡Nos vemos pronto!

Sígueme en IG: @esparafina

Fotos tomadas de:
1. Danniela Juárez

Publicidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.