Pocas cocinas son tan deliciosas como la mexicana y la italiana, que además tengan varias cosas en común, como el uso del tomate y la base de cereal (maíz y trigo, correspondientemente), así como una gran variedad de platillos deliciosos y memorables.
No es de extrañar, entonces, que la italiana sea una de las cocinas más populares en el país, pues aunque parezcan gastronomías muy diferentes, en el fondo tienen el mismo corazón.

Cocinas complementarias

A primera vista, la cocina italiana y la mexicana podrían parecer mundos aparte: una con pasta y aceite de oliva; la otra con maíz y chile. Sin embargo, ambas tradiciones comparten mucho más que el gusto por los ingredientes frescos. Su verdadera sinergia nace del alma que las une: el respeto por la cocina casera, la importancia del tiempo en familia y el amor por recetas que pasan de generación en generación.

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Tanto la cocina mexicana como la italiana son profundamente regionales y celebran la diversidad local. Cada platillo cuenta una historia y cada mesa es un punto de encuentro. Además, ingredientes como el jitomate, el ajo, la cebolla y las hierbas aromáticas forman parte esencial en ambas cocinas, generando sabores familiares a pesar de las distancias.

Cuando se combinan, el resultado es explosivo: pizzas con salsa de mole, lasañas rellenas de cochinita pibil, o tacos con prosciutto y parmesano. Dos cocinas que, al encontrarse, no compiten: se abrazan.

Bencomo recibe a Barolo

Para poner a prueba esta sinergia entre cocinas, el restaurante Bencomo, en el sur de la ciudad, que se especializa en cocina mexicana, recibió al chef Rafa Prado del restaurante Barolo.

En esta colaboración, Erick Pedregal, del restaurante anfitrión, y Rafa crearon un menú especial de seis tiempos en el que ambos chefs hicieron gala de sus habilidades para ofrecer lo mejor de la fusión italo-mexicana.

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Erick sorprendió con un carpaccio de camote con praliné de pistache, un pappardelle de jitomate con flor de calabaza y queso Ocosingo, y unas mollejas de ternera con huitlacoche, puré de maíz y salsa marsala, demostrando su capacidad para integrar ingredientes y técnicas mexicanos en recetas italianas.

Por su parte, Rafael ofreció algunos de los clásicos de Barolo que resaltan la compatibilidad entre ambas cocinas, empezando por un elotito baby con salsa de queso taleggio y polvo de chapulín; seguido de un cappelletti de lengua con pasta de trufa y parmesano y, para finalizar, una panna cotta de tomillo limón con melocotón y vino tinto.

Invitados en Bencomo

Lamentablemente, este menú especial «De la milpa a Piamonte» solo estuvo disponible por una noche; pero no te preocupes, porque eventos como este suceden con frecuencia, donde el chef Erick invita a algunos de sus colegas, como Lula Martín del Campo o Edgar Delgado, a acompañarlo en la cocina y cocinar a cuatro manos.

Sigue su Instagram para enterarte de los próximos eventos y visita Bencomo en San Jerónimo para disfrutar de su deliciosa cocina mexicana. Cuéntanos en los comentarios: ¿qué otros platillos de fusión italo-mexicana conoces?

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