Inspirado en el vocablo griego que significa cobre, este tequila hace alusión al material de uno de los equipos que son utilizados en la elaboración de este espirituoso, el alambique de cobre; además, este metal es asociado como símbolo de elegancia, en analogía a la gama de destilados premium en donde este tequila busca posicionarse.
Y es que es el alambique, en donde Kypros enaltece los aromas del agave azul. Evidentemente al ser un tequila premium se elabora con 100% agave procedente de Amatitlán, Jalisco. Se trata de plantas que cuentan con un mínimo de seis años de edad y que luego de una cuidadosa selección son cosechadas por jimadores expertos para obtener piñas que son llevadas a cocción a una temperatura que oscila entre los 90 y 95 ºC. Una vez concluida la cocción, se llevan a molienda para obtener los jugos que se someterán a una fermentación natural sin adición de agentes externos. El siguiente paso es llevar este jugo fermentado a alambiques de cobre en donde tendrán lugar un par de destilaciones que darán origen a un destilado inigualable y del cual, surgen sus distintas líneas: blanco, reposado, añejo y premium que se trata de un cristalino.
Sobre el lanzamiento
El lanzamiento de Kypros se llevó a cabo en un evento que tenía por objetivo dar a conocer las líneas de este destilado en una cena íntima con invitados y clientes especiales. Se trató de una cena maridaje en uno de los sitios insignes de Polanco en Ciudad de México, en Hacienda de los Morales.
A la cabeza del equipo que avivó los fogones se encontraba el chef Benigno Fernández, mientras que la responsable de dirigir el maridaje fue la sommelier Joanna Vallejo, mejor conocida en sus redes sociales como “Sommelier a la carta”, y quien es especialista en bebidas espirituosas y productos gourmet. Vallejo se expresó sorprendida por la calidad de este tequila y dirigió la cata mientras nos contó un poco más acerca de la marca así como de la imagen que Kypros pretende reflejar a través de los conceptos de hedonismo y elegancia.
Tres tequilas
Por su parte Kypros blanco se trata de un tequila blanco con destellos verdosos que tiene notas cactáceas sutiles y ligeramente lácteas, algo de recuerdo a flores blancas y a vainilla verde. Si bien presenta una nariz muy sutil, no te confíes, se trata de un tequila de 38º Vol Alc. que denota calidez en boca.
El reposado es picante en nariz y cálido desde el primer golpe. Tiene un reposo de tres meses en barrica de roble blanco whiskero lo que le concede aromas suaves a penca cocida y melosa, algunos frutos en conserva, así como ligeras notas a mantequilla y un dejo de madera, que subraya su reposo fugaz en las barricas. Nuestra recomendación para este tequila es incluirlo en mixología o bien, para una mejor cata, se vale degustar a una temperatura de 18 ºC. Mantiene también una graduación de 38º Vol. Alc.
En el caso del añejo, se trata de un destilado que denota claramente su paso por barrica, que en este caso se lleva a cabo en contenedores de 600 litros de capacidad y son una combinación de roble blanco y encino. La crianza en madera para Kypros añejo es de un año, lo que le confiere un color ambarino con matices cobrizos y en nariz se expresa con un perfil a frutos secos, vainilla y madera. Es una excelente opción para cerrar una comida, degustar con algún postre o bien para también beber derecho, en una temperatura recomendada de 20 ºC. La graduación alcohólica es igual a los anteriores.
El maridaje
Para comenzar la degustación abrimos apetito con una margarita frappé con Kypros reposado y un ceviche verde. Algo fresco y simple para entrar en calor. Para la entrada llegó un plato conformado por flores de calabaza rellenas de carnitas de pato y un poco de salsa molcajeteada; un bocado más se integraba también en este platillo, un champiñón relleno de requesón con polvo de tres chiles y chicharrón. A manera de botanas funcionaron perfecto para maridar con Kypros blanco.
Para los platos fuertes en principio degustamos un filete de robalo en su punto sobre una cama de esquites, bañado con crema de frijol y perfume de hoja de aguacate. Luego de este tiempo llegó también un timbal de filete de res, nopal asado y camote confitado con una crema de chipotle. Para estos tiempos lo ideal fue un maridaje con Kypros reposado.
Para el postre degustamos un tiramisú de mole, una base de mole poblano hecho en casa que contrastaba con las notas cremosas a queso mascarpone. Para esta delicia dulce lo mejor fue una copa de Kypros añejo.
Es así que Kypros nos llevó a conocer una cara diferente del tequila, una marca que tiene por objetivo expandirse no solo por el territorio nacional sino también al extranjero, sobre todo en los entornos de aquellos amantes del tequila que quieran conocer un espirituoso a profundidad, con versatilidad y carácter, tal como lo es Kypros.
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