¿Qué te parece una fresca y deliciosamente fría nieve de limón? Sinoseteha ocurrido dónde conseguir una de excelente calidad, te invitó a que recorras conmigo tres heladerías que nos quitarán de inmediato el sofocante calor citadino

Cuando llega el verano, no solamente es tiempo de sacar nuestros mejores vestidos, faldas y shorts, también es momento de tener en mente diferentes establecimientos para refrescarnos con alguna bebida o helado. ¿Qué te parece una fresca y deliciosamente fría nieve de limón? Si no se te ha ocurrido dónde conseguir una de excelente calidad, te invitó a que recorras conmigo tres heladerías que nos quitarán de inmediato el sofocante calor citadino.

 

Nevería Roxy

En 1946 se inauguró este establecimiento en la colonia Condesa. Con una idea clara, sus propietarios crearon una fórmula única para elaborar nieves y con 30 años de experiencia dentro de Roxy, el señor Abel Hernández —encargado de la tienda— sigue realizando estos helados deleites y actualmente los podemos encontrar también en Polanco, Satélite y Prado Norte.

No importa el día de la semana en la que degustemos estos helados, al entrar al lugar regresaremos a los años 40 gracias al sencillo decorado, así como los carteles que adornan la pared; cada detalle nos transportará a aquellas tranquilas calles, y lo único que captará nuestra atención será la nieve que tendremos en frente. Pero, ¿qué elegir para esta calurosa temporada? Podría ser un sabor clásico: vainilla, chocolate, fresa o limón; tal vez nuevos sabores como toronja, maracuyá o el famoso limón blanco —exclusivo de esta nevería—; o qué tal el que fue favorito del papa Juan Pablo II: helado de mamey o el tutifrutti Rox (vainilla, nueces y pasas), pero si de verdad el antojo es demasiado, por qué no saborear el Roxy Especial, donde el helado de nuez, fresa y vainilla —o los sabores que prefieras— se fusionarán con el dulce chocolate, las crujientes nueces y galletas, y el toque exacto de mermelada.

Una vez que tenemos el helado en nuestras manos, y experimentamos el primer bocado, notaremos que este producto está elaborado de manera artesanal, con fruta mexicana y sin conservadores, como nos menciona Abel Hernández, por lo que cada cucharada se derretirá poco a poco en nuestra boca, dejando esa textura suave, ese agradable frío y el antojo de pedir otra bola sencilla ($15) o doble ($30) para iniciar o terminar nuestro día.

Tamaulipas 161, Condesa.

 

Chiandoni

Pietro Chiandoni abrió en 1939 un pequeño lugar en la colonia Nápoles, y con una técnica italiana comenzó a elaborar helados artesanales con la materia prima mexicana. Dejando huella en esta zona, hace 10 años, Carmen Montaño y Luis Juárez iniciaron una nueva aventura con otra sucursal ubicada en Insurgentes Sur.

En esta heladería el ambiente familiar sale a relucir, con una excelente atención lo único que nos queda es sentarnos a disfrutar de una bola de helado de guanábana que reposa en una copa de metal que conserva el frío de nuestro postre. Por supuesto que para elegir el sabor, debimos descartar el helado de elote, piñón, plátano y rompope; las frescas nieves de limón, zapote o mandarina quedaron también en la lista de espera. Sin embargo, al terminarnos nuestra rica nieve de guanábana el antojo por probar algo más queda en nuestra mente, por lo que el souvenir Chiandoni seduce el paladar, en él los helados de vainilla, mamey, nuez y avellana descansan sobre un pan de España, mientras que el clásico Hot Fudge Sundae se presenta ante nosotros dejando ver el helado de vainilla, chocolate caliente, nuez, crema y jarabe de chocolate —todos hechos en casa. Pero si por algún motivo no quisiéramos más helado, un café frío recién molido, té, malteada o una clásica champola –—nieve de guanábana con leche espumada— podrían saciar nuestro apetito.

Estos helados son elaborados con la receta y el procedimiento original, como aseguró Carmen Montaño, por lo que la forma artesanal del helado italiano la podremos disfrutar en este clásico lugar. Dejándonos llevar por un helado sencillo ($29) o uno doble ($55), Chiandoni nos seguirá consintiendo con sus exquisitos helados.

 

El Portal del Sabor

Con tres sucursales (Miramontes, Miguel Ángel de Quevedo y Coyoacán) esta cafetheladería —como se conoce también—, ha deleitado miles de paladares de todas las edades desde 1965, y aunque han ido incorporado las nuevas tecnologías para la elaboración del helado, hay dos elementos que no han cambiado: la calidad y frescura de los ingredientes.

Respetando esta última regla, José Luis Piña —socio— nos comenta que en esta nevería siempre están probando nuevos sabores para complacer a sus clientes, dándoles la mejor calidad al preparar las bases de los helados y agregando fruta mexicana totalmente fresca. Podremos disfrutar de 60 sabores entre nieves y helados, ya sean los clásicos: limón, vainilla, chocolate y fresa; los cremosos sabores de mamey, cajeta, vainilleta o cookies and cream son otra opción; pero siempre es bueno probar algo nuevo, qué te parece el de pepino, arándano o lima; los combinados como el escalofriante (maracuyá y tamarindo) o el tri (fresa, guanábana y limón) y por supuesto los de temporada como el de nochebuena o cempazúchitl son excelentes para experimentar. Y si no puedes consumir azúcar, no te preocupes, elige alguno sin azúcar: limón, guanábana, vainilla o fresa.

Claro que si quieres algo más, no dejes de pedir los esquites; las crepas hechas en casa se encuentran también en la carta, así como los pasteles acompañados de café o una paleta de agua, crema o yogurt. Ya sea que pidamos una bola sencilla o doble los precios van de $25 a $55, dependiendo si es nieve o helado. El propósito es cumplir con aquel antojo de verano que nos quitará de manera única y exquisita el calor de esta temporada.

Xicoténcatl 313, Del Carmen Coyoacán.

 

ESCRITO POR María de los Ángeles Elizalde

maelizalde@saborearte.com.mx

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