La legislación europea en términos de Denominaciones de Origen constituye un sistema que reconoce la calidad diferenciada de diversos productos y bebidas, protegido por sus respectivos consejos reguladores que establecen estrictas normas y controles. En el caso de la producción de bebidas como el vino, se establecen diversas categorías dentro de una pirámide de calidad.
Una pirámide de calidad en producción de vinos ubica diversos niveles de protección y regulación de acuerdo con su normatividad, ubicación o condiciones especiales de elaboración.
La legislación española es un referente a nivel mundial de precisión en su sistema regulatorio, estableciendo 6 niveles de calidad:
Vino de Pago
Vino con Denominación de Origen Calificada
Vino con Denominación de Origen
Vino de Calidad con Indicación Geográfica
Vino de la Tierra
Vinos de Mesa
La categoría de “Vinos de Mesa” es la más sencilla de todas y la menos regulada, en términos generales, es un vino que puede producirse en cualquier región y con cualquier tipo de uvas sin tener que pasar por un proceso de certificación. Los “Vinos de La Tierra”, “Vino de Calidad con Indicación Geográfica, “Vino con Denominación de Origen” y “Vino con Denominación de Origen Calificada” son categorías que buscan delimitar zonas geográficas de producción específicas, protegiendo cada una de ellas con un sistema regulatorio mas estricto cada vez dependiendo el peldaño en el que se encuentren y que determinan entre otras cosas: Las cepas autorizadas, la cantidad de vides por hectárea que debe tener cada viña, la producción máxima de cada planta, los tipos de vinos que se pueden producir, los tiempos de crianza, la lectura de sus etiquetas, etc.
En la punta de la pirámide, se encuentra la categoría más especial: los Vinos de Pago. Para entender este peldaño, debemos empezar por identificar que es un “Pago”, esta palabra se refiere a un viña o viñedo con características especiales que lo distinguen del resto de la misma zona, es decir, una o varias parcelas que tienen condiciones de suelo y clima que favorecen de manera superior por su ubicación especial en la zona.
Pero este concepto va mas allá de los beneficios de estar en una ubicación privilegiada, los Vinos de Pago deben cumplir un factor adicional de suma importancia, un elemento que no es medible o visible, pero tiene su origen en la filosofía del productor, la forma en la que visualiza el potencial de su viña y va diseñando la concepción del vino de acuerdo a lo que la misma planta le vaya ofreciendo, es como un escultor que al tener frente al él la materia prima, esta le habla y le dice que hacer con ella, de la misma forma que el escultor visualiza el producto final, el viticultor y el enólogo visualizan el vino que va a representar esas condiciones privilegiadas del pago, utilizando la filosofía de la creación, estos vinos suelen brindar grandes experiencias sensoriales a los que los consumen, en ellos se deberá ver reflejado su origen y su calidad excepcional.
Los Vinos de Pago actualmente autorizados son:
Campo de la Guardia Dominio de Valdepusa en Toledo
Casa del Blanco, Dehesa del Carrizal y Pago Florentino en Ciudad Real
Finca Élez y Pago Guijoso en Albacete
Pago de Arínzano, Pago de Otazu, Prado de Irache, Pago Finca Bolandín y Pago de Cirsus en Navarra
Pago de Aylés en Zaragoza
Pago Calzadilla en Cuenca
Finca El Terrerazo, Pago Chozas Carrascal, Pago Vera de Estenas y Los Balagueses en Valencia
Raul Vega
CEO Terravid
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