Las viñas ya están pesadas con las jugosas uvas que cuelgan de estos frondosos arbustos y por momentos, a la distancia, veo pequeños pueblos y castillos, sus torres alzándose hacia las montañas en el horizonte bajo un cielo azul perfecto. El paisaje se desliza rápidamente por la ventana y el suave murmuro del tren al andar marca el ritmo de esta aventura entre Francia y Suiza.

Me encuentro en la bella región de Alsacia en Francia, un mundo vinícola y gastronómico adornado con pintorescos pueblos históricos, impactantes monumentos con techos coloridos y una atmósfera cálida y acogedora. Aquí, en la hermosa ciudad de Colmar, me dejé llevar por la excelencia de los internacionalmente reconocidos y aclamados vinos de la bodega Domaines Schlumberger.

Situado en las vertiginosas alturas de las colinas de Guebwiller, en el sur de Alsacia, con pendientes que alcanzan los 50 ° y una altitud que va de los 250 a los 390 metros, el viñedo de montaña de Domaines Schlumberger es sin duda uno de los más impresionantes de Alsacia.

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Guebwiller es el único lugar en Alsacia que produce 4 Grands Crus. La mitad de este viñedo, es decir 70 hectáreas, está formado por estos “terruños” únicos. Los vinos de sus Grands Crus retratan, año tras año, el antiguo recuerdo de las piedras de esta bella tierra: la piedra arenisca de los Vosgos, en el borde de la montaña, produce matices sutiles, por lo cual parcelas ubicadas a pocos metros unas de otras pueden producir vinos muy diferentes.

Me dejé llevar por la exquisitez delicada de su Pinot Blanc, de los aromáticos matices de su Pinot Gris, de las dulces notas de su increíble Gewurztraminer y de su internacionalmente aclamado y perfectamente logrado Riesling Grand Cru 2015. Desde 1810, Domaines Schlumberger se ha dedicado a crear vinos inolvidables e icónicos de esta bella región de Francia.

Desde corazón de Colmar tomé un tren que me llevó entre viñedos, castillos y montañas a la bella ciudad de Basilea, en Suiza. La experiencia de viajar en tren por Europa no tiene igual: con lujo y confort nos llevan del centro de una ciudad a otra, cruzando largas distancias a altas velocidades, mostrándonos partes del país que no veríamos de otra manera, acerándonos a su gente y cultura.  La mejor opción para obtener los boletos de tren es definitivamente Rail Europe.

Rail Europe, en operación desde 1932, nos lleva de la mano a sumergirnos en la magia del Europa, empapándonos de cultura y permitiéndonos vivir experiencias únicas en el camino de un destino a otro. En Francia, me dejé llevar por la comodidad y belleza de viajar por tren, utilizando un maravilloso Rail Pass, disfrutando cada instante. Rail Europe combina los mapas, horarios y tarifas de 50 compañías de trenes diferentes en toda Europa, creando una solo parada para planificar y reservar nuestro viaje en tren por este fascinante continente.

Mi viaje en tren de Colmar en Francia a Basel en Suiza me recordó que esta es la forma más fácil, cómoda y auténtica de viajar en Europa. Llegué al corazón de Basilea lista para un día repleto de cultura y momentos mágicos.

Aquí gocé del exquisito arte culinario del restaurante Atelier en Teufelhof, un complejo hotelero que consta de un hotel, un teatro, el restaurante Atelier, el restaurante Bel Etage, una cervecería, un bar, un salón de café y una impactante bodega antigua. Ubicado en el corazón del casco antiguo de Basilea, en dos casas históricas del siglo XVIII reconstruidas, el hotel combina historia y tradición con un entorno artístico, moderno y urbano.

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Después de disfrutar de unos exquisitos ravioles de queso suizo en el Atelier de Teufelhof, me aventuré por el casco antiguo de Basilea, uno de los más bien conservados y bonitos de Europa. Entre sus pintorescas calles me dejé sorprender por su gran variedad arquitectónica y por sus infinitas obras de arte.

Gracias al tamaño compacto de la ciudad, es ideal descubrir sus encantos a pie. Me enamoré de esta combinación inusual de lo tradicional y lo moderno, que proporciona un paisaje urbano interesante y emocionante que se encuentra en total armonía. Basilea es romance urbano, cultura gastronómica y un ambiente de vacaciones, todo en uno.

Aquí me hospedé en Art House, un hotel único. En el centro peatonal de este bella ciudad, este original hotel es una plataforma y un escenario para la expresión creativa, la alta gastronomía y la exploración urbana. Un hotel con alma propia y un estilo singular, se encuentra en el vibrante barrio de Steinenvorstadt.

Diseñado en asociación con la cercana Colab Gallery, Art House hotel alberga exposiciones rotativas que se inclinan hacia los artistas callejeros emergentes. La piedra de ónix, el hormigón en bruto, el acero negro, el terrazo y la madera de roble crean una escena de inspiración japonesa. Este estilo único es intrigante e inesperado, recordándonos constantemente que nos encontramos en un lugar singular, miembro de la prestigiosa colección Design Hotels.

Al día siguiente fui al famoso Kunst Museum: El Öffentliche Kunstsammlung Basel, la colección de arte municipal de Basilea, se remonta a 1661, cuando la ciudad adquirió el Gabinete Amerbach. Creció de manera constante a lo largo de los siglos, lo que requirió varias reubicaciones dentro de Basilea. El Hauptbau en St. Alban-Graben se inauguró en 1936. Una primera ampliación se produjo en 1980, cuando el Kunstmuseum Basel | Gegenwart abrió sus puertas; en 2016 se agregó un tercer lugar, conocido como Neubau. Dentro de las paredes de estas tres plataformas artísticas del Kunst Museum me encontré con un mundo de arte inolvidable.

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