Bellopuerto abrió sus puertas por primera vez en febrero del 2009, en la esquina de Julio Verne 89 y Virgilio. Andrea de la Garza y Roberto Hernández, experimentados restauranteros; y José Casas Alatriste, Economista y Emprendedor, idearon un concepto innovador y al mismo tiempo sustentado en una idea muy básica: la paz y tranquilidad, cuando se está en la playa.
Todos tenemos una referencia directa a un Bellopuerto. Puede ser Acapulco para los citadinos; Vallarta o Manzanillo para los tapatíos; Kino o San Carlos para la gente de Sonora. Veracruz para los jarochos, etcétera. Y cada puerto esconde joyas gastronómicas basadas en la frescura y sencillez de sus platillos.
Así nace la carta de Bellopuerto, como una recopilación de lo mejor de cada puertos del país. Desde los aguachiles norteños hasta la sopa de lima, pasando por un pescado a la talla acapulqueño y un exquisito taco Tijuana.
Los Chefs Jorge Martínez (Ex Olivier) y Osiel Del Carpio (Ex Grupo Mansión) le han impreso al menú de Bellopuerto no sólo la sazón tradicional de los clásicos porteños, sino también un toque personal en recetas originales que poco a poco se han convertido en clásicos como los tacos güeros (Chile güero relleno de machaca de marlín y camarón en tortilla de harina); los tuétanos de pulpo (Guiso que mezcla el tuétano con trozos de pulpo en su punto) o los huauzontles rellenos de queso y camarón en mole.
Bellopuerto se ha convertido en un referente en el medio restaurantero en el Distrito Federal. El lugar logra balancear un espacio de buen comer con un extraordinario ambiente siempre en un mood relajado.
Al año y medio de abrir sus puertas en Polanco, Bellopuerto abrió su segundo restaurante en Santa Fe. Y su más reciente apertura, fue en la Zona Rosa ya que están convencidos de que la única manera de recuperar lo que fue la zona más representativa de la vida culinaria y social de la ciudad, es apostando por ella.
Es así como Bellopuerto celebró seis años de vida, en el que los platos del mar y la relajación van de la mano, haciendo disfrutar a los comensales cada momento.
