Beluga se viste de manteles largos

Angel Venegas
Angel Venegas
Gastrónomo y periodista gastronómico apasionado por la fotografía, historia y comida. Mantiene conexión con la cocina para preservar su sazón y comparte su pasión con otros. Dispuesto a ofrecer datos curiosos, referencias históricas y rarezas de la vida.

¿Qué mejor momento para conocer un restaurante que en pleno aniversario? Beluga Masaryk celebra su tercer aniversario y hoy te voy a contar cómo nos fue en una cena para festejarlo.

Su oferta gira en torno a los frutos del mar, aunque también cuentan con opciones de tierra muy interesantes. En esta ocasión abrimos paladar con unos ostiones al piquín, una entrada fresca y juguetona por sus destellos picantes.

Juganto entre mar y tierra

Para seguir compartiendo, fue un momento de un tartar de atún con aguacate, mango y tostadas hechas en casa. Un plato que deja ver al natural la calidad y frescura de los ingredientes que utilizan en Beluga, así como un sazón sencillo y elegante.

Como siguiente tiempo, la elección fue para consentir a todo capitalino, un queso fundido con chorizo. Mismo que rápidamente se transformó en quesadillas, con tortillas recién hechas, un apapacho simple y efectivo.

Ya que la cena estaba pensada para tener platos al centro y compartir, no podía faltar un molcajete. Base de guacamole, chiles rellenos de queso y coronado con chicharrón de rib eye, fue todo lo que se necesitó para armar unos buenos tacos.

Pero no todo se trató de entradas, así que era tiempo de que hicieran su aparición los reyes de la noche. De corazón marino, unos camarones al grill con aderezo de jengibre nos dejaron ver que aún con sabores intensos, se puede tener una experiencia redonda en boca.

Mientras que del lado de la tierra, se sirvió un rib eye de grandes proporciones, acompañado por un ajo rostizado. Un maravilloso ejemplo de que una buena carne no necesita más que el término exácto y un poco de sal para brillar.

Por supuesto que toda esta proteína necesitó de un acompañamiento vegetal y esto fue un mix de verduras a la parrilla. Pimientos, espárragos, betabel, berenjena y elotes dulces fueron los encargados de dar variedad a los últimos tiempos salados.

Para los amantes del postre

Como buena celebración no faltó el cierre dulce, ese final goloso que muchos esperan desde el inicio. Una dupla de postres fue la encargada de terminar la velada en Beluga y lo hicieron en gran escala, literalmente.

El primero fue un pan de elote con helado de vainilla que llegó con una presentación llameante. Tal cual, como se imaginan, para revelar su figura se quema una cobertura de papel dando un toque diferente.

Sabores caseros y cumplidores que no necesitan ser en extremo dulces para satisfacer la necesidad de un postre. Además de ser una porción generosa, perfecta para compartir y tener espacio para una rebanada de pastel de zanahoria.

Para los que como yo comen poca azúcar es probable que terminen empalagados, ya que les espera una porción de poco más de medio kilo. Y debo dejar algo claro, también es un postre delicioso y tradicional pero sin duda es para verdaderos golosos.

El esfuerzo y labor constante se ve reflejado en lo que Beluga ofrece y ahora celebra, una cocina comprometida y un servicio impecable. No me queda más que desearles el mejor de los éxitos y a ustedes invitarlos a conocer y probar este restaurante.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: CAPITAL ROLL: PAN CON CORAZÓN.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te podría interesar