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Chère Karla: Creo que en México todos los glotones, o no, hemos comido una Torta. Hay veces que al llegar a casa, cansados del trabajo y para no meterse de lleno a preparar comida formal, la solución pronta es preparar una rica Torta y hacerse una agua de guayaba o de limón, o bien, tomarse una cerveza bien fría.

Ahora bien, para llenar esta historia, sabemos que hay en toda la República, bares, restaurantes, cocinas económicas y puestos semi-fijos que ofrecen a los hambrientos paladares alguna Torta que, claro, en la elaboración lleva el sello de quien la ha preparado. Y también, las hemos comido de distintas formas, por eso hay Tortas para todos los gustos.

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Las hay grandes, enormes, chiquitas y todas nos dejan satisfechos y contentos. Sí, chère Karla, aunque parezca poco interesante, pero la cultura de la Torta es ya parte integral de nuestra gastronomía popular.

Y miren ustedes, lectoras que comen Tortas, vean lo que don Artemio del Valle Arizpe (Escritor, Cronista. Saltillo 1884-CDMX 1961), nos decía, en los años veinte del siglo pasado, acerca de esta sabrosura: “… Ese callejón no era sino la Tortería de Armando, que era propiedad de Armando Martínez. Estaba en un zaguán viejo. (Antiguo Callejón del Espíritu Santo).

Partía a lo largo un pan francés –telera- y a las dos partes le quitaba la miga. En la parte principal, extendía un lecho de fresca lechuga, picada menudamente.

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En seguida ponía rebanadas de lomo, o de queso de puerco, o de jamón o sardinas o milanesa o de pollo, y sólo con estas especies hacía un menudo picadillo con un tranchete. Luego le sacaba tajadas a un aguacate y cubría con ellas el jamón, o lo que se ha descrito. Las tapaba con rajas de queso fresco de vaca. Luego esparcía pedacillos o bien de longaniza o bien de chorizo. Entre estos pedacillos distribuía trocitos de chile chipotle. 

La tapa la mojaba con el caldo en donde se habían encurtido los chiles, y luego la embarraba con frijoles refritos, y le ponía algunos granos de sal”.

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Así que pasado el tiempo, hasta los días presentes, el invento comestible del señor Armando Martínez, sigue vigente, ahora le ponen o le quitan más cosas, pero en esencia las Tortas siguen siendo motivos sustantivos para la creación e inventiva gastronómica de las cocineras e incluso de varios Chefs.

Así que yo, esta noche, chère Karla, me voy a preparar una Torta, tomaré una telera gigante y le pondré mostaza, chile chipotle, sardinas, aguacate, lechuga, mayonesa, y de cama en una mitad de la telera, untaré unos frijoles refritos. Sí. A gozar, a comer Tortas. Vale.

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