Por Frida Medina
Los viñedos en Guanajuato han tenido importantes cambios históricos -las primeras plantaciones de vid, la quema de éstas y el resurgimiento de las cenizas- para ser “regulados” hasta el 2014 por la Asociación de Uva y Vino de Guanajuato de la SECTUR y los municipios de Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, Comonfort y San Felipe, con la finalidad de estimular el enoturismo, la producción del vino y la mejora de calidad. Es un estado que posee cualidades benéficas para la vid como su altitud, relieve y clima.
El cura Miguel Hidalgo y Costilla solía disfrutar de la actividad enológica y la producción del vino durante el siglo XlX, efecto que impactó en el crecimiento económico de la región, pero eran ingresos no registrados ante la Real Audiencia. Por lo que, una escuadra del virrey Zúñiga mandó quemar viñedos del cura Hidalgo y fue así como la historia del vino reiniciaría en la región.
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“Cuna de Tierra”
Unas décadas más tarde, la Bodega Cuna de Tierra revive la actividad enológica del estado con las primeras vides de Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Semillón, en Ciudad de Dolores Hidalgo en 1995. Para vinificar diez años después e iniciar el comercio de las botellas hasta el 2008. Lo cual era supervisado por los enólogos Juan Manchón, Ramón Vélez e Ignacio Vega.
Por si fuera poco, los arquitectos Ignacio Urquiza Seoane y Bernardo Quinzaños Oria terminaron de construir las instalaciones de la bodega en el 2013 para ser galardonadas un año después con los premios de: Icono del diseño mexicano por la revista Architectural Digest, medallas de plata en la 1a Bienal de arquitectura de la Ciudad de México y en la XIII Bienal de Arquitectura Mexicana 2014.
Actualmente es un viñedo boutique con un sistema estructural de muros de tepetate colado sostenible, que ha introducido variedades de vides portuguesas, italianas y francesas.
Por otra parte, cuentan con actividades para sus visitantes como: recorridos guiados en carreta por el viñedo; visita a su cava y zona de producción; catas guiadas por el sommelier; winemaker; y su restaurante.
Winemaker
Es una dinámica de cuatro horas donde el sommelier Jorge Garay te brinda la degustación de cuatro tipos de vino monovarietal directos de barrica, para crear tu ensamble con ayuda de un gotero y así formar tu propia botella con tu etiqueta personalizada. Mientras terminan de embotellar tu creación te ofrecen una tabla de quesos y charcutería.
Restaurante
Igualmente, su restaurante es un concepto de platillos estacionales con ingredientes mexicanos coordinado por el chef Ricardo Luna, con un maridaje de vinos de la casa
Nos adentramos con un par de aguachiles, el primero, un otoñal aguachile rojo ligeramente herbal con camarón y pulpo marinado en salsa de guajillo con ancho y pepino. El otro era verde con camarón, jícama y manzana con notas tropicales.
En cuanto a los fuertes, aparecieron unas costillas de cordero bañadas en gravy con shitake y salsa de morita. Un pescado cabicucho traído de Ensenada sobre un cremoso risotto con puré de coliflor, verduras a la parrilla y una lluvia de parmesano. Aparte de un jugoso rib eye choice de Sonora, con puré terso de papa, salsa morita con piquín y frutos secos. Incluso una tabla de Tomahawk de cerdo al vino, con una cama de vegetales a la parrilla con un toque de eneldo, puré de mantequilla de San Miguel de Allende, con salsa de jugo de carne.
Coronando el final con una triada de postres: fondant de chocolate con helado de café de San Miguel de Allende sobre tierra de chocolate; creme brulee con helado de yogurt y tierra de coco; junto con un bloque de mousse de guayaba acompañada de helado y bizcocho de naranja con puré de cáscaras de naranja.
¿Dónde?
Carretera Dolores Hidalgo – San Luis de la Paz Km. 11.5, Rancho el Rosillo, 37800 Dolores Hidalgo, Guanajuato, México.
Página: https://www.cunadetierra.com/
Tel. 415 152 6060
Lunes a Sábado 10:00-19:00 horas
Domingo 11:00 – 17:00 horas
“San Lucas”
Por otro lado, San Lucas es un viñedo orgánico con dinamismo, donde cuenta con: agro mobiliario, hotel boutique, canchas de polo, spa, ecuestre, biking, restaurante, tasting room, recorridos a sus viñedos, taller de olivo, lavanda y vinícola. Sin mencionar que forma parte de la Santísima Trinidad y Viñedo San Francisco
En cuanto a sus vides y terreno, tienen un suelo de arena con arcilla que le brinda crecimiento a 14 variedades de uvas –10 tintas y 4 blancas– dentro de las cuales se encuentran Sauvignon Blanc, Syrah, Malbec -de la más desarrollada-, Macabeo, Moscatel, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Malbec, Petit Verdot, Cinsault, entre otras.
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Se almacenan en barricas de roble americano tostado en tonelerías francesas, la rotación de estos barriles únicamente se emplean tres veces: la primera para vinos blancos y rosados, la segunda para vinos reserva y por último para los crianzas. Posteriormente pasan a ser decorativos o vendidos.
Con respecto a sus talleres de lavanda y aceite de oliva. La lavanda es una planta que emplean no solo como pesticida natural para los viñedos, sino también realizan la extracción natural de este, en el cual al tener 30 kg de lavanda obtienen hasta 300 L de aceite. Por parte del aceite, es una actividad que inició en el 2017 donde adquieren un producto extra virgen.
Tasting room
La cata que realizan tiene una hora de duración en alguna de sus bodegas o salones. En nuestro caso probamos un cuarteto de vinos en su cava “El Botellero”, espacio que almacena 18,000 botellas.
Comenzamos con el “Santa Trinidad vino blanco”, el cual es una mezcla de Chardonnay, Macabeo y Moscatel sin haber pasado por barrica. Tiene aspecto dorado brillante con aromas a fruta de hueso y es seco. Es ideal para ser maridado con una tarta de uva con camembert endulzada con miel.
Proseguimos con uno de sus recientes lanzamientos estilo brut, “Santa Trinidad Rosé Brut 2022”, el cual no tuvo contacto con el hollejo, es un ensamble de Caladoc, Cabernet Franc y Malbec. Posee un color salmón con aromas florales y fresa con intensa acidez. Es un vino de aperitivo y se puede acompañar con croquetas de queso de cabra con fresas.
Continuamos con el “Santa Trinidad Malbec” con 1 año en barrica, tiene en vista un tono violáceo que en boca se transforma en aterciopelado con notas tánicas, con aroma a eucalipto, grosella, vainilla y chocolate. Es apto para ser maridado con una focaccia de olivas con nuez, gratinada con provolone y aromatizada con oliva.
Concluimos con un espumoso, creación del sommelier al reinterpretar un estilo postre asti, “Barricas de Fuego Sauvignon Blanc 2021”, es singular de degustar porque tiene notas verdosas con un retrogusto dulce y efervescencia persistente. Adecuado para complementar un chile relleno o platillos ligeramente picantes.
Restaurante
Cuentan con una cocina mediterránea con base de elaboraciones artesanales.
En nuestro caso, iniciamos con un clásico guacamole, acompañado de un fresco tartar de atún de salmón con toques ácidos y mayonesa de chiles. Posteriormente un picante aguachile de rib eye con salsa martajada, complementado con un mix de lechugas.
Seguimos con una estelar, “hamburguesa San Lucas” de carne angus con tocino, gratinada con queso gruyere, complementada con champiñones y cebolla caramelizada, con papas a la francesa.
Y terminar con un par de dulces pecados: creme brulee aromatizada con esencia de lavanda y cheesecake de frutos rojos con base de almendra.
Sin duda, es uno de los viñedos más revolucionarios del país. Para poder probar alguno de sus productos es directo en su tienda, en la plataforma de Amazon y la boutique de la Colonia Roma, “Santísima Roma”.
¿Dónde?
Carretera San Miguel de Allende, Dolores Km 81, Guanajuato, México.
Página: https://vinedossanlucas.com/
Teléfonos:
(418) 120 3089
(473) 134 1086
Horarios:
Jueves de 8:00 A 18:00 horas.
Viernes y sábado de 08:00 A 22:00 horas.
Domingos y días festivos 08:00 A 17:00 horas
